La vuelta de Xavi Hernández es el regreso del hijo pródigo. Su fichaje como entrenador del Barça casi nos obliga a recordar algunas de sus muchas machadas como jugador. Hay casi demasiadas donde elegir, pero quizás una de sus páginas más brillantes en el campo ocurrió en la Eurocopa de 2008, torneo del que fue elegido como mejor jugador. Concretamente su actuación fue sublime en las semifinales frente a Rusia.
En tantas temporadas en la élite, con tantos títulos en su mochila, no resulta sencillo encontrar un momento para la historia del fútbol en la carrera de Xavi. Podríamos recordar su debut, en 1998, en el campo del Mallorca, cuando logró el gol del equipo dirigido por Louis Van Gaal. O podríamos hablar del día en que dio cuatro asistencias de gol en el Bernabéu, en aquella humillación a su eterno rival (2-6), pero ocurre que de ese encuentro ya hablamos aquí por otros motivos. O narrar el que según el propio interesado es su mejor partido como azulgrana: el 5-0 al Madrid de Mourinho en 2010.
Tampoco estaría de más recordar la final de Champions de 2009, cuando el de Terrassa fue designado como el mejor del partido. Un encuentro en que el histórico equipo entrenado por Guardiola se coronó en Europa. O podríamos rememorar el último partido de la misma competición dos años después, en Wembley, cuando el absoluto control del balón del catalán en el centro del campo fue decisivo una vez más para que el equipo azulgrana volviera a triunfar.
Ese día sobre el campo se vivió la sublimación del famoso tiki-taka con que la selección de Luis Aragonés asombró al mundo
La elección es compleja, como ya se ha dicho, pero al menos para quien esto escribe el momento en que Xavi pasó a la historia balompédica es el 26 de junio de 2008. Ese día en Viena se celebró la semifinal de la Eurocopa. Ese día España ganó a Rusia por 3-0. Ese día el nuevo entrenador del Barça abrió el marcador en una jugada cocinada junto a su compañero Iniesta. Ese día sobre el campo se vivió la sublimación del famoso tiki-taka con que la selección de Luis Aragonés asombró al mundo.
Xavi era quizás el mejor exponente de ese estilo de juego que descansaba sobre el dominio perpetuo del esférico. Un dominio tan cansino como certero. Un rondo permanente para unos rivales que solo podían rendirse. Esa forma de jugar, que con tanto acierto continuaría luego Vicente del Bosque para conquistar el Mundial de 2010 y la Eurocopa de 2012, permanecerá en las memorias. No resulta exagerado decir que aquella selección practicó el mejor fútbol que se haya visto nunca sobre un terreno de juego.
Y la verdad es que aquella semifinal frente a la potente Rusia de los Arshavin, Zhirkov y Pavlychenko es uno de los mejores partidos de un equipo irrepetible. Durante setenta minutos, muchos de ellos de exhibición futbolística, el epicentro del juego fue una vez más Xavi que, paradojas de la vida, fue sustituido después de marcar y cuando el partido iba solo 1-0. Pero estas son las cosas inexplicables de este hermoso deporte.
Si quieren recordar aquel partido, con Xavi en su máximo esplendor, escondiendo el balón a los rusos con una facilidad casi insultante, tocando y moviéndose siempre con sentido, imponiendo el ritmo del encuentro, pinchen aquí y disfruten.
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