El 'nuevo' PP vasco se presenta en sociedad en diez días. Los días 13 y 14 de septiembre celebra en San Sebastián una Convención para ofrecer a los vascos "una oferta política renovada". Desde un punto de vista estratégico dicha renovación consiste, básicamente, en distanciarse de la dirección nacional que lidera Pablo Casado, desmarcarse de cualquier acuerdo electoral con Ciudadanos, huir de la "radicalidad" de Vox y, a medio y largo plazo, buscar acuerdos sectoriales con el PNV. Pactos que pretenden dar la imagen de "ser útiles" a la sociedad de Euskadi.
Las caras del PP vasco no van a ser nuevas. Los Alfonso Alonso, Borja Sémper o Iñaki Oyarzábal, que ya comandan la formación, llevan varios meses comentando a todo aquel que les quiere escuchar que con esta Convención se busca una "voz propia" o un "perfil propio" y defender "nuestras señas de identidad" pero dentro del PP nacional. No se trata de escindirse, ni mucho menos, pero sí de poner el acento en una idiosincrasia diferente que viene dada por la situación política vasca. Así lo adelantó, sin ir más lejos, el propio Sémper en una entrevista con este diario semanas atrás.
No habrá "Euskadi Suma"
El propio Alonso daba algunas pistas este mismo lunes en una comparecencia pública. Pero sin salirse del guión repetido hasta la saciedad. El PP vasco seguirá defendiendo "la foralidad" -"somos foralistas", aseguran- y, por ello, se alejan de cualquier pacto electoral con Ciudadanos y con Vox. Con estos últimos, solo aspiran a "acuerdos puntuales", pero no a listas conjuntas. En otras palabras, no habrá un "Euskadi Suma".
Esta posición, que choca abiertamente con la idea de "España Suma" que defienden Casado y los suyos, es una muestra más de las diferencias que existen -"matices", dicen en Euskadi- entre el PP autonómico y Génova 13. Unas diferencias de criterio que pueden quedar aún más en evidencia en la propia Convención de la semana próxima.
¿Y Casado aparecerá?
Por extraño que parezca, este mismo martes la secretaria general del PP vasco, Amaya Fernández, desvelaba que han invitado a Casado a clausurar el evento, pero que todavía no había confirmado su presencia. A sólo 11 días de la cita. A este respecto, las tensiones y los roces entre la marca autonómica y la dirección nacional se han repetido una y otra vez desde que el actual presidente se hizo con el poder.
No puede obviarse que el núcleo dirigente del PP vasco respaldó en dicho combate a la otra aspirante, Soraya Sáenz de Santamaría. No obstante, las fuentes consultadas por Vozpópuli aseguraban este miércoles que Casado sí acudirá a la cita. Una ausencia así tendría difícil explicación.
El PNV, posible socio y rival al mismo tiempo
En el PP vasco insisten en que ellos son "de centro" y que van a "huir de cualquier radicalidad de derecha o de izquierda", en palabras del propio Alonso. Y añaden, eso sí, que la gran meta es presentarse como "la gran alternativa al nacionalismo vasco" en la comunidad. Mucho tienen que cambiar las cosas, si se observan los últimos resultados electorales. Dos sonoros fracasos tanto en las generales del 28-A como en las municipales y forales del 26-M. El PP de Euskadi tiene menos poder y menos influencia que nunca en la política vasca.
Para ser esa "principal alternativa" al nacionalismo, tendrán que adelantar en las urnas tanto al PSOE como a Podemos. El reto es complicado pero ellos aseguran que es posible. La clave de bóveda de la nueva estrategia de los populares vascos radica en su relación con el PNV. Porque los peneuvistas van a ser posibles socios y grandes rivales al mismo tiempo.
Esto, aunque parezca contradictorio, se explica porque en el PP vasco diagnostican que buena parte de su electorado se ha pasado al PNV por la "radicalización" del PP nacional. Quieren recuperar a esos votantes. Para eso quieren "centrarse", con el ejemplo de lo logrado por el propio Sémper en San Sebastián, única ciudad donde el PP frenó el descalabro.
Por ello, Alonso y los suyos están dejándose querer por el PNV como posibles socios que aprueben los presupuestos vascos. Justo lo que necesita el Gobierno de Íñigo Urkullu para no adelantar las elecciones autonómicas. Ese acuerdo, que aún está en fase embrionaria y no es sencillo, abonaría esa idea de "utilidad" que el 'nuevo' PP vasco quiere vender a la sociedad.
Sin renegar de sus principios
Eso sí, desde el PP de Euskadi también remarcan que no van a ceder ni un ápice en sus principios tradicionales. De hecho, en la propia Convención se aprobará una ponencia que propone "políticas públicas" que prevengan la "radicalización violenta" en Euskadi, con propuestas para "actualizar" la forma de "dar respuesta" a fenómenos como los 'ongi etorri' a etarras.
En dicho texto, desvelado en gran medida por Europa Press, defenderán la lucha contra los actos de "culto al terrorismo", abogarán por impulsar las ayudas a las víctimas de ETA y remarcarán su idea de pedir a Bildu que "condene el asesinato selectivo de personas".