Política

Rajoy nombrará un 'gobernador' para Cataluña si se aprueba un nuevo 155

La idea estuvo sobre la mesa hace seis meses, pero se deshecho al convocarse las elecciones del 21-D. El cargo tendría las funciones propias de la presidencia de la Generalitat y lo ejercería algún catalán 

  • El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo

El Gobierno nombrará un gobernador con poder para desempeñar las funciones propias de la presidencia de la Generalitat y gestionar Cataluña si se vuelve a aprobar un nuevo 155. Es la idea con la que trabaja Moncloa, que ya deshechó esa opción cuando Mariano Rajoy eligió la convocatoria de elecciones en lugar de una intervención prolongada de la autonomía catalana después de la declaración unilateral de independencia en octubre.

El presidente del Gobierno ha reaccionado a la investidura de Quim Torra programando sendas reuniones con el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el de Ciudadanos, Albert Rivera, esta misma semana. Rajoy quiere reconstruir el consenso de fuerzas constitucionalistas a la espera de los primeros pasos de Torra, que tomará posesión del cargo en los próximos días. “Las cartas están sobre la mesa”, dicen fuentes de Moncloa consultadas por Vozpópuli. Si Torra cumple las amenazas de su discurso de investidura en el Parlament y persiste en la vía de la república catalana, el Gobierno llevará al Senado un 155 mucho más duro. Rivera lo exige y Sánchez ha abierto la puerta a esa posibilidad este lunes.

Como en la Segunda República

El 155 era una hoja en blanco antes de octubre del 2017. El Gobierno dudó mucho sobre qué fórmula aplicar. Rajoy planteó imponer la figura de un gobernador con funciones ejecutivas en Cataluña. Este gobernador tenía previsto asumir las competencias propias de la presidencia de la Generalitat. Es una solución históricamente similar a la que adoptó la Segunda República cuando Lluís Companys proclamó el Estado catalán en 1934. El Gobierno, que suspendió entonces la autonomía catalana, creó el cargo de Gobernador General de Cataluña.

Sin embargo, el Gobierno deshecho la idea en la misma mañana del 27 de octubre. Rajoy dio un golpe de efecto con la convocatoria del 21-D y transformó el 155 en una intervención blanda. Cataluña ha sido gestionada de forma administrativa, sin apenas decisiones políticas, por la Comisión de Secretarios de Estado y Subsecretarios, que coordina la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.

"Hasta Podemos está criticando con dureza al nuevo presidente catalán", dicen fuentes del Gobierno.

No volverá a ocurrir. Si hay otro 155, Moncloa baraja recuperar la figura del gobernador. Rajoy, entonces como ahora, prevé que esa persona sea de origen catalán y le dará poderes para dirigir Cataluña y nombrar su propio equipo de gobierno. Hace unos meses se especuló con algunos nombres para este cargo, como el del delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo; el de la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat; e incluso outsiders como el ex líder de Unió, Josep Antonio Durán i Lleida.

Hay un cierto desasosiego en el Gobierno por lo que está ocurriendo en Cataluña. La sensación es que se ha vuelto a la casilla de salida seis meses y un 155 después. Pero quizá por esa misma razón existe el convencimiento de que no se va a dejar pasar tanto tiempo como ocurrió en la crisis de septiembre y octubre. No se esperará a la proclamación de una segunda república catalana. El discurso de Torra, su trayectoria y sus escritos dejan poco margen a las dudas de las fuerzas constitucionalistas para actuar. Fuentes del Ejecutivo advierten que "hasta Podemos, más laxo o comprensivo hasta la fecha, está siendo extremadamente crítico con el nuevo presidente" catalán.

Conflicto con el Estado

El Gobierno, tal y como informó este diario el lunes, piensa en un 155 que incluya el control del Parlament, TV3 y los medios públicos. Y ahora recupera la idea del gobernador. Rajoy pidió este lunes “mesura”, pero su equipo está convencido de que Torra va a alentar el conflicto con el Estado. Y que el Ejecutivo no puede templar demasiado. No sólo porque la situación del país no se lo permite, sino también porque tiene a Rivera -su enemigo electoral declarado- presionando al límite.

“Lo que hemos escuchado a lo largo de las últimas horas no me ha gustado, pero como ya he señalado voy a juzgar los hecho,”, dijo Rajoy en Segovia. La novedad es que el PSOE está de acuerdo. Y Rivera insiste en que hay que intervenir en Cataluña a costa del Presupuesto, el futuro político de Rajoy y lo que haga falta.  

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