Alberto Núñez Feijóo ha repetido, durante toda la campaña, que su objetivo es gobernar allá donde gane y que no piensa en pactos post-electorales. Quizá por ese motivo, el presidente del PP no ha descolgado el teléfono para hablar con los líderes de los partidos con los que puede llegar a acuerdos no solo después de los comicios del 28-M, sino también después de las generales.
Así, según explican a Vozpópuli fuentes de la dirección nacional del Partido Popular, Feijóo no ha contactado, en las últimas semanas, ni con Santiago Abascal, ni con los dirigentes del PNV y UPN. Un silencio que desde el PP tampoco confirman si se va a romper o no después del 28 de mayo.
Desde Génova explican que la última conversación con el líder de Vox se produjo antes de la moción de censura de Ramón Tamames el pasado mes de marzo. Tal y como informó este diario, Abascal adelantó a Feijóo la candidatura del catedrático y el dirigente popular dejó clara su opinión en contra. Desde entonces, la comunicación entre los dos políticos ha sido inexistente.
El presidente de Vox, en todo caso, no ha rebajado su presión al PP y lleva semanas advirtiendo que si los populares necesitan los votos de su partido para alcanzar gobiernos autonómicos, Vox exigirá su entrada en esos ejecutivos autonómicos a cambio de facilitar las investiduras de los candidatos del PP.
Consciente de esa estrategia, Feijóo ha ordenado a sus barones ignorar a los de Santiago Abascal para tratar de convertirlos en irrelevantes, como sucedió el pasado mes de julio tras la mayoría absoluta de Juanma Moreno en Andalucía. Con esa consigna procedente de Génova, ningún candidato popular quiere hablar de pactos con Vox durante la campaña.
Ni con UPN ni el PNV
El rechazo de Feijóo a hablar de pactos con Vox contrasta con la apuesta del presidente nacional del PP de ceder los votos de su partido a UPN en Navarra para evitar un nuevo pacto de los socialistas con Bildu para mantener el gobierno de María Chivite. No obstante, y a pesar de ese posible escenario, el líder popular no ha hablado con su homólogo de Unión del Pueblo Navarro, Javier Esparza.
La relación entre ambos dirigentes, en todo caso, se enfrió después del fichaje, por parte del PP, de los dos diputados díscolos de UPN, Carlos García Adanero y Sergio Sayas, a los que el partido regionalista expulsó después de saltarse la disciplina de voto y rechazar, junto al Grupo Popular en el Congreso, la reforma laboral presentada por el Gobierno.
Esparza, de hecho, acusó hace unos meses al equipo de Feijóo de tener "incontinencia verbal" después de que se desvelara la comida entre ambos dirigentes el pasado verano, en la que no hubo ningún tipo de entendimiento de cara a las autonómicas y municipales que se celebran ahora y tampoco de cara a las generales.
Esas elecciones de diciembre tampoco han provocado ningún contacto reciente entre Alberto Núñez Feijóo y los dos máximos representantes del PNV: el lehendakari Iñigo Urkullu y el presidente de la formación jetzale, Andoni Ortuzar.
Algunos dirigentes del PP apuestan por un nuevo acercamiento a los nacionalistas vascos de cara a esas generales, teniendo en cuenta también que "ellos tienen que marcar distancias con Bildu", pero Feijóo no quiere precipitarse a la hora de iniciar esa interlocución. Sobre todo, sin saber qué tipo de acuerdos puede alcanzar el PNV tras las elecciones del día 28.
Los pactos, a partir del 29
Una vez conocidos los resultados de las autonómicas y municipales, Feijóo apuesta por volver a ofrecer al PSOE que gobierne la lista más votada. Será Pedro Sánchez el que, ya con el escrutinio completado, tenga de nuevo la pelota en su tejado.
Si, como todo hace indicar, los socialistas vuelven a rechazar esa propuesta, "nosotros estaremos legitimados para negociar con quien consideremos". Pero, hasta entonces, desde Génova no hablan de pactos... y Feijóo tampoco descuelga el teléfono para contactar con sus posibles socios.
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