Ecuador de la campaña electoral madrileña. Rocío Monasterio (Madrid, 1974) recibe a 'Vozpópuli' en un bar del distrito de Chamartín, a cinco minutos del 33 de la calle del Padre Damián donde Vox decidió abrir su segunda sede en la capital. Allí es ella, y no tanto Jorge Buxadé, quien hace y deshace. Era abril de 2021 y la arquitecta acababa de protagonizar un sonado enfrentamiento con Pablo Iglesias en Cadena Ser con las cartas amenazantes recibidas por el Gobierno como telón de fondo. "¡Cierre la puerta al salir!", espetaba mientras Ángels Barceló trataba de convencer al entonces candidato de Unidas Podemos de permanecer en el debate.
Apenas han transcurrido dos años de aquel episodio y la formación morada lucha por sobrevivir en la comunidad que vio nacer a Iglesias. Vox lo hace por alcanzar el número de escaños suficiente para que Ayuso no pueda gobernar en solitario. Actualmente tienen 13 y, a tenor de las encuestas, no parece que vayan a dispararse.
"Nosotros no vendemos la piel del oso antes de cazarlo. Nosotros estamos en los barrios trabajando y hablando de los problemas reales", apunta Monasterio en esta entrevista para Vozpópuli justo antes de partir a Carabanchel. Dice que al resto les falta calle. "Y no me refiero a tomar cañas en los bares...", comenta con sorna antes de dar un sorbito a una infusión.
Es la tercera vez que se presenta como candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Lo hace "con ganas". ¿Le gusta la canción oficial del PP? "La verdad es que me da cringe...", reconoce echando mano de la jerga de la Generación Z, la que le enseñan sus hijas.
Nos ha citado en un lugar que se llama 'Vino y se quedó'. ¿Ha venido usted a la política para quedarse?
Yo tengo compromiso con mejorar la sociedad. Tengo vocación. Antes de la política la he tenido también en otras cosas, en fundaciones... Y me gusta, me interesa y me preocupa. Veo que estamos en un momento en el que hace falta implicarse, hace falta compromiso. Así que, sí. No sabía que este sitio se llamaba 'Vino y se quedó', pero me encanta. Me ha encantado.
¿Hay visos de mejorar resultados? Es la tercera vez que se presenta como candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid...
Lo que creo es que si Vox entra con fuerza, hay visos de mejorar Madrid, que es lo que tiene que ser.
Vox suele llenar los actos. Lo acaba de hacer en Chinchón. Sin embargo, esa afluencia no parece reflejarse en las últimas encuestas. ¿A qué lo atribuye?
La verdad es que no he mirado las últimas encuestas. ¿Qué decían las últimas encuestas?
Que Ayuso roza la mayoría absoluta y que Vox podría quedarse como está.
Es verdad que Ayuso y el Partido Popular han contado que tenían la mayoría absoluta. Nosotros no vendemos la piel del oso antes de cazarlo. Nosotros estamos en los barrios trabajando y hablando de los problemas reales. Convenciendo, generando confianza y pidiendo la confianza. De eso se trata una campaña. Y aportando propuestas. Porque Madrid no es el infierno que pinta la izquierda, pero tampoco es el paraíso que dice el PP. Hay muchos temas que mejorar. ¿Ha mejorado la Sanidad? ¿Ha mejorado la Educación? ¿Ha mejorado la Vivienda? Yo creo que tenemos mucho trabajo por delante y nosotros podemos aportar soluciones, ilusión, arranque, coraje y determinación. Madrid no se puede quedar cuatro años sin avanzar, que es lo que estamos viendo.
Entonces, ¿se ve con posibilidades de alcanzar los escaños suficientes para convertirse en socia necesaria de Ayuso?
Yo sí que creo que lo que nos pasa en la calle refleja lo que va a pasar el 28. Tenemos a mucha gente diciéndonos que somos los únicos que estamos hablando de los problemas de verdad. El día siguiente al debate de Telemadrid, iba andando por Villaverde y la gente se acercaba a decirme que era la única que había hablado de sus problemas. El resto de candidatos iban uniformados y hablaron, con mayor o menor intensidad, de la economía verde, del cambio climático, del género... Y poco más. La realidad es que la gente no está en eso. La gente está en llegar a fin de mes, en que la Sanidad mejore, en que la Educación mejore, que no haya inseguridad y, sobre todo, en conseguir prosperar, que no está siendo fácil y no va a ser fácil.
¿Se arrepiente de haber brindado su apoyo al PP en esta legislatura? ¿Se ha arrepentido en algún momento?
Nosotros tuvimos que elegir entre tener un puesto dentro del Gobierno o dejar las manos libres a Ayuso. Lo que hicimos fue dejarle las manos libres, aprobarle 29 leyes y hacerla presidenta. Ahora es cuando hay que evaluar cómo ha resultado, cuál ha sido el desempeño de este Gobierno y si realmente queremos seguir sin mejorar o tenemos ganas de mejorar. Vox quiere mejorar, quiere mejorar Madrid. Yo creo que no podemos permitirnos cuatro años más en los que las cosas se deterioran. Y lo que vemos en los barrios son promesas incumplidas. La gente nos dice que los barrios están cada vez más deteriorados y que son cada vez más inseguros. Todo es un círculo vicioso.
Sus detractores les acusan de generar una alarma exagerada en torno a la inseguridad...
A mí lo que me alarma es ir a Carabanchel y que, en un paseo de media hora, me paren ocho personas y cada uno me cuente una historia de inseguridad. Que una señora mayor me cuente que a su vecina le robaron el bolso cuando volvía de una boda, que la medio la desnudaron y que no ha vuelto a salir de casa. Que me digan que echan la llave del portal para coger las cartas o que les han atracado al salir del supermercado. Me alarma que un panadero autónomo me diga que la gente no entra en su panadería porque tiene a un grupo de okupas enfrente. Eso es lo que me alarma. Hay días que digo... ¡Esto no puede ser! Algo está pasando en Madrid y nosotros contamos lo que los vecinos nos cuentan.
El resto de candidatos iban uniformados en el debate y hablaron de la economía verde, del cambio climático, del género... La gente no está en eso
¿Cree que el resto de partidos están mirando para otro lado? ¿Mira para otro lado el PP?
Yo no quiero pensar mal. Prefiero pensar que no, pero les falta calle. Les falta calle. Están en otro mundo. Están en el mundo de la Agenda 2030, del cambio climático, del coche eléctrico en el mundo de la industria de microchips, como dijo Lobato el otro día. Es maravilloso... ¡Cuénteme usted cómo! Yo he hablado con fabricantes de microchips taiwaneses y me han dicho que con la reforma laboral de Yolanda Díaz no vienen a España. Esa industria necesita mucha agua y tampoco tenemos. Además existe un problema de inseguridad jurídica, el coste laboral es elevado y la legislación cambia retroactivamente, por lo que no vienen a España. La Comunidad de Madrid tarda dos años en darte los permisos para abrir una zanja para una cometida eléctrica. ¿Cómo van a venir a España?
¿Y qué solución plantea?
Primero hay que arreglar todo eso para atraer inversión. Yo soy la primera que quiero atraer inversión a Madrid, pero para eso tenemos que tener seguridad jurídica, tenemos que no tener retroactividad a las normativas que generamos, tenemos que acelerar los procesos y quitar trabas. Y tenemos que bajar impuestos y conseguir unas jornadas laborales que hagan atractivo el mercado para las empresas que vienen de fuera. Es muy sencillo, pero como no saben, dicen cosas que son ingenuas. Porque, repito, les falta calle. Les falta calle y les sobra ingenuidad.
Me acuerdo de la campaña del 4-M. Precisamente, Ayuso apeló reiteradamente a la calle, los autónomos, la hostelería, a los "tabernarios"... ¿A ella también le falta calle?
Bueno, es que no me refiero a tomar cañas en los bares. Calle es recorrer los barrios deteriorados. Calle no es ir a tomar una cerveza por Chamberí. Calle es recorrer el entorno rural de la Comunidad de Madrid, que es mucho. Chinchón, Aranjuez, Carabanchel, Villaverde, Usera... Los barrios más deteriorados. Cuando me refiero a calle, me refiero a eso y también a escuchar mucho porque si no lo haces, no analizas bien. Y si no analizas bien, luego no puedes dar soluciones.
¿Cuál es su relación ahora mismo? Hemos sabido que Feijóo y Abascal no hablan desde hace meses y ella manifestó su deseo de ir por libre...
No me consta si ellos hablan o no. Lo que sé es que a nosotros dejaron de contestarnos en WhatsApp. Nos dejaron 'en visto'.
¿Hace cuánto?
Pues desde noviembre. Y fue repentino, de la noche a la mañana. Nos dejó 'en visto'. La verdad es esa. La verdad es esa y no sabemos muy bien por qué. Nosotros seguimos tendiendo la mano hasta el último Pleno, cuando se nos dijo que separaban los caminos.
¿Y qué era lo que ustedes les estaban planteando en aquel momento?
Estábamos negociando presupuestos, estábamos negociando nuestras enmiendas para pagar mejor a los médicos, para bonificar dos cuotas de autónomos, para el bono energético para el pequeño comercio, la reducción de medio punto en el tramo autonómico del IRPF, en todos los tramos... Y, de repente, no querían una foto con Vox. Creo que fue una orden de Génova porque, reamente, quedaban todavía 20 días para los presupuestos. Se podían haber aprobado igual que hicimos antes con los presupuestos del Covid. Me pidieron el apoyo y yo contesté que se aprobarían. Luego se contó otra cosa, pero fue así. Es lo que tiene tener 127 millones de publicidad para medios de comunicación como la señora Ayuso. Vox no los tiene.
No tienen ese dinero para publicidad, pero han disparado el número de candidatos en sus listas para el 28-M. ¿Cómo lo han hecho?
Aunque lo tuviéramos, no lo gastaríamos en eso. Lo gastaríamos en médicos, en profesores...
Pero sin tenerlo, aseguran haber aumentado los candidatos más de un 200%, incluso en sitios donde PP y PSOE no se han presentado. ¿Cómo se ha logrado ese incremento?
La verdad es que es trabajo de mucho tiempo. Es un trabajo metódico y de muchos meses. Y del fantástico equipo que tengo. Hemos estado en la calle buscando candidatos y buscando equipos. Eso no se hace de un día para otro, se hace con método y con tesón. Es el trabajo, como digo yo, de hormiguita. Yo creo en el trabajo poco a poco consolidando.
Trabajo de hormiguita, pero algún que otro candidato ha salido 'rana'. Me refiero a la concejala de Parla detenida por narcotráfico o al candidato a acalde en Pozuelo de Calatrava, que dice que ni siquiera es de Vox y figura en las listas...
Cuando uno presenta 20.000 candidatos, puede haber un porcentaje de ellos que, a lo mejor, no son los idóneos. Y el caso de Parla es una buena oportunidad para que Vox demuestre su contundencia contra el narcotráfico y contra la delincuencia. Ha sido fulminada en cuestión de horas.
¿Se conocían?
Había caminado con ella. Salimos en un vídeo que han sacado por todas partes. Es lo que tiene estar en la calle con mucha gente, que mucha gente te puede sacar una foto y un vídeo. Pero la hemos fulminado en 12 horas y es lo mismo que vamos a hacer con los okupas cuando lleguemos al Gobierno. No van a estar ni 12 horas ocupando las casas que no son suyas.
De producirse una situación similar a la de Castilla y León, en la que pudiesen entrar en el Gobierno de la CAM. ¿Qué consejerías querría para Vox?
Cuando llegue ese momento, resolveremos esa cuestión. Ahora estamos en un paso previo, que es que los madrileños confíen en nosotros. Como no me considero propietaria de los votos de nadie, no me atrevo a hacer predicciones. Veo a otros políticos que se lanzan a anunciar resultados y a mí eso me da pudor. Igual pierdo todos los apoyos en una semana o gano todos los del mundo. Ojalá ganar todos los del mundo.
Yo estoy en ganarme la confianza, en contar nuestras propuestas de verdad. Y sobre todo en dar esperanza. Vox tiene un proyecto que puede dar esperanza a muchísima gente. Hay gente pasándolo muy mal. No llegan a fin de mes con una cuota hipotecaria brutal; autónomos que están a punto de cerrar comercios; gente pasándolo muy mal con muchos problemas de salud mental. La gente necesita que alguien le cuide. Hay una epidemia de soledad, sobre todo entre la gente mayor. Es terrible. También nos estamos equivocando con los jóvenes.
¿En qué sentido?
Están pegados a una pantalla y, en muchos casos, lo hacen porque sus padres tienen jornadas laborales terribles. Se sienten solísimos. Tenemos que hacer un análisis y un cambio de modelo de sociedad, de valores... Tenemos que replantearnos ciertas cosas. Y, en esto, el apoyo a la familia es fundamental. La familia es el anclaje y, cuando todo va mal, siempre está ahí. Las madres siempre lo damos todo sin pedir nada a cambio. Y ese es el espíritu que deberíamos tener con los vecinos en general. Quiero recuperar ese espíritu en la sociedad.
Cuando cruzo la Castellana con mis cuatro hijos, me miran como si fuera un lince ibérico. Y no debería ser algo excepcional. Sin hijos, España no sale adelante
Dice que tiene un Máster en comunismo. ¿Cuál ha sido la asignatura más difícil de superar?
Pues, fíjate, la más difícil para mí es ver morir a tus padres y a tus tíos con la tristeza de no haber podido volver a Cuba. No han podido volver a Cuba, ¿sabes? Y te dicen que ojalá nunca nos pase a nosotros. El otro día hablaba con un tío mío cubano que está en Chile y me decía, con noventa y ocho años, que me mandaba a sus nietos a Madrid y que los vigilase porque no sabía qué iba a pasar en Chile. Es muy triste que con noventa y ocho años esté pensando en tener que exiliarse otra vez. Dejarlo todo es algo durísimo.
Aquí nos saludan por las calles venezolanos, colombianos, ecuatorianos, nos saluda un montón de gente que ha huido del comunismo y nos dan ánimos. Y lo que quieren es que en España no pase lo mismo. Yo lucho para que eso no pase y tengo ahí un compromiso especial que lo llevo desde antes de estar en Vox.
¿Calificaría de comunista a alguno de sus adversarios políticos?
Mire, a ver, Alejandra Jacinto es comunista. Mónica García, comunista total. Y el socialismo, al final, acaba en comunismo. La prueba es que han pactado con la ultra izquierda. Todas las propuestas de supermercado público, de banca pública o de inmobiliaria pública son comunistas. Ya se han probado en otros sitios y ha sido la ruina. Son muy comunistas todos ellos.
Ellos también tienen algún calificativo para ustedes. "Fascista" o "facha" son de los más usados...
Pero para ser fascista hay que ser socialista. Y al socialismo, ni agua. Que le pregunten a Lobato, que es el socialista del equipo.
¿Le ha llegado el bono térmico como a Enrique Ossorio o a Mónica García?
Pues no. No se me ocurre solicitar un bono para las personas vulnerables o vulnerables severos. Yo tengo el de familia numerosa. Tengo los que hay para las familias numerosas. Todo lo que es para familia numerosa lo tengo. Y me parece poco, porque tendría que haber mucho más. Ahora mismo, cuando cruzo la Castellana con mis cuatro hijos, me miran como si fuera un lince ibérico. Y no debería ser algo excepcional, tenemos que conseguir que las familias se animen a tener hijos porque, si no, España no sale adelante.
¿Qué va a arreglar Mónica García? Si no sabe ni gestionar su cuenta. No se enteró de que tenía dos sueldos ni de que había cobrado el bono social térmico
¿Coincide con Mónica García en que la Sanidad es lo primero que hay que arreglar?
En nada, en nada, con Mónica García no coincido en nada (se ríe).
Pero usted ha señalado la Sanidad como uno de los principales problemas de Madrid y la candidata de Más Madrid pone tuits diariamente en los que pide "arreglar" la Sanidad.
Sí, ¿pero qué va a arreglar ella? Si en Sanidad lo que hay que hacer es gestionar bien. Ella no sabe ni gestionar su cuenta, que no se enteró de que tenía dos sueldos y de que había cobrado el bono social térmico. ¿Qué nos va a arreglar Mónica García? Por favor, seamos serios. Me da la risa, la verdad.
La campaña electoral empezó con la problemática de la sequía, pero ha derivado en las listas de Bildu con 44 condenados por pertenencia o colaboración con ETA. ¿Qué opina de este giro?
Bueno, yo ayer en Chinchón hablé del problema que tenemos en el entorno rural. Están abandonados y nadie habla de ellos. Nosotros hemos pedido muchas veces un plan para los regantes, que es fundamental, y ahora llegamos tarde. Respecto a Bildu, mantenemos lo que llevamos diciendo años: ilegalizarles. Se lo pedimos al PSOE y al PP y votaron en contra. Con lo cual, no sé qué tienen que hablar ahora. Nosotros nos mantenemos en nuestra línea. Siempre. Esa es la garantía que tienen los que votan a Vox, que votar a Vox es seguro.
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