El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, que estas próximas semanas se juega también convertirse en el próximo presidente del Gobierno, denunció el pasado fin de semana que Pedro Sánchez ha realizado una "colonización institucional" (a base de 'dedazos') y ha dejado un reguero de cargos en instituciones públicas que tendrá que 'tragarse' Feijóo si consigue llevarse la victoria el próximo 23 de Julio.
El pasado domingo aseguró que Sánchez ha convocado "a 100 periodistas de sus gabinetes con contrato indefinido a la administración general del Estado" y que ha querido "nombrar altos cargos policiales en puestos para dejarlos ahí en los siguientes años". Aunque para el líder popular, lo peor que ha hecho Sánchez ha sido "nombrar fiscal de sala, por primera vez en la historia con las cortes disueltas, a la exministra de Justicia y exfiscal general del Estado".
Y lo cierto es que si finalmente las urnas dan como ganador a Feijóo, el popular va a tener que recoger varios cargos puestos por Sánchez 'a dedazo'. El último de ellos, y probablemente uno de los más controvertidos, es el caso de la ahora Fiscal de Memoria Democrática, Dolores Delgado (aunque su historial de cargos polémicos no empieza aquí).
El nombramiento, definitivo desde este martes, ha provocado que el mundo de la justicia esté muy removido. Al resto de fiscales les ha parecido que hay incompatibilidades y 'enchufismos', por la relación entre Dolores Delgado y Baltasar Garzón. También por su pasado, también cuestionado por supuestos enchufismos. Si Feijóo gana las elecciones del 23-J, tendrá que quedarse con Delgado (nombrada además pocas semanas antes de los comicios) y gestionar un muy decepcionado y cansado sistema judicial.
Feijóo en sus declaraciones también se refirió a altos cargos policiales y a un centenar de periodistas de sus gabinetes 'colocados' en la administración pública. Estos nombramientos no tienen tanta carga por sí mismos, pues son habituales. Lo recriminable según algunos es que lo ha hecho a pocas semanas de las elecciones, por lo que busca "dejarlos ahí los siguientes años". Sin ir más lejos, a principios de junio, Marlaska modificó la cúpula policial, a sólo mes y medio de las elecciones. Unos días después, publicó una veintena de destinos en embajadas para mandos policiales.
También tendría que cargar con el actual presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, hombre de confianza de Sánchez y durante años, jefe de Gabinete de la Ejecutiva Federal de los socialistas. En su momento, el nombramiento fue muy polémico por la relación entre ambos. Ahora, si se cumplen lo que dicen las encuestas, Feijóo tendría que lidiar con este cargo, precisamente en un período en el que el mundo de la política todavía está envuelto en el escándalo del voto por correo.
No debe olvidarse tampoco el caso de Indra: el próximo gobierno cargará con los 'polémicos' consejeros de Indra, por ser amigos de Sánchez: Juan Moscoso (diputado durante tres legislaturas en el PSOE), Miguel Sebastián, y Antonio Cuevas. Los tres consejeros, elegidos no sin cierto enchufismo, seguirán en su cargo gane quien gane.
Y el presidente del Centro de Investigaciones Sociólogicas (CIS), José Félix Tezanos, tampoco va a dejar el organismo público si hay un cambio de Gobierno, por mucho que se cuestione su papel por haber sido militante del PSOE y de la UGT, y que fue uno de los autores y coordinadores del proyecto político de Pedro Sánchez para las primarias de mayo de 2017.
Hay otros nombramientos cuestionables que herederá el próximo Gobierno: el caso de Pedro Saura, exsecretario de Transporte y vinculado al PSOE, ahora director de Paradores; el de Maurici Lucena, diputado y portavoz del Grupo Socialista en el Parlamento de Cataluña desde 2012 a 2015 y desde 2018 presidente de Aena; o el de Beatriz Corredor, ministra de Vivienda con Rodríguez Zapatero y presidenta de Red Eléctrica de España desde 2020.
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