El pasado lunes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el adelanto de las elecciones generales al 23 de julio de 2023. Casi cinco meses antes de lo previsto, ya que todo hacía indicar que los comicios se celebrarían en diciembre. El batacazo electoral que sufrió el PSOE a manos del PP, aunque también de VOX, llevó al líder del Ejecutivo a anunciar tan tajante decisión.
Esto nos deja menos de 60 días para otra nueva cita electoral, una más importante aún si cabe que el 28-M, ya que se decidirá el Gobierno de la nación para los próximos cuatro años. Aunque la noticia pilló a medios de comunicación y ciudadanos de sorpresa, ya se ha empezado a dibujar la hoja de ruta de cara a tan esperada fecha.
Sin embargo, viendo el calendario, han empezado a surgir muchas complicaciones. Y es que el 23 de julio es una fecha terrible para los intereses de millones de españoles, los cuales se encontrarán previsiblemente de vacaciones dentro o fuera de España. Además, las elevadas temperaturas que pueden darse en decenas de ciudades y miles de pueblos de nuestra nación pueden poner en riesgo muchas actividades relacionadas con las elecciones, incurriendo en problemas de salud como golpes de calor, insolaciones o calambres.
Por supuesto, el principal inconveniente de la fecha elegida por Pedro Sánchez son las vacaciones de verano que millones de españoles ya tendrán elegidas, pagadas o reservadas con tan poco margen de maniobra. Y es que recordemos que tener las vacaciones cogidas no es razón para librarse de una mesa electoral. Se podría notificar a la Junta Electoral de tu zona y ellos decidirían, pero no es una causa de fuerza mayor.
Las vacaciones, primera 'víctima' de Pedro Sánchez
Julio y agosto son los dos meses preferidos por los españoles para realizar sus vacaciones de verano. Son los 62 días del año que más carga de viajes y millones de desplazamientos tienen. Atendiendo a los datos del Instituto de Turismo de España, los españoles llevaron a cabo 19 millones de viajes en julio de 2022, 17,4 millones de ellos por España. Por estadística, julio es el segundo mes del año más desplazamientos, solo superado por agosto. Sus 31 días de duración aglutinan el 34% de las vacaciones de los españoles durante el verano. Datos demoledores.
Al caer las elecciones en 23 de julio, Pedro Sánchez hipoteca también, al margen de las vacaciones, el puente por la festividad de Santiago Apóstol, que corresponde al 25 de julio, el martes siguiente a los comicios. Aunque no es festivo en toda España, las Comunidades Autónomas de Galicia, País Vasco, Navarra y Castilla y León sí la celebran.
Por tanto, la celebración de las elecciones en julio no solo afecta a los viajes ya pagados, sino a los potenciales cambios y movimientos que pueden moverse a meses como junio y septiembre, históricamente con menos desplazamientos. Afectará, indiscutiblemente, a las cifras de previsión de este 2023. Según la Encuesta de Turismo de Residentes realizada por el INE, en el tercer trimestre de 2022 (julio, agosto y septiembre) hubo 56,8 millones de viajes. El empleo relacionado con el turismo también será más volátil, ya que se perderán en esas semanas bastantes reservas y dinero.
Altas temperaturas, el otro gran hándicap
Julio de 2022 fue el mes más cálido en España desde 1961, año en el que comenzaron los registros, así lo expuso la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Aunque estos días están siendo algo anómalos debido a los episodios de DANA que azotan la península, los cuales han rebajado las temperaturas en un tramo generalmente cálido del año, la semana de las elecciones generales se prevé como una de las peores del año.
Atendiendo a los datos de 2022, la temperatura media sobre la España peninsular fue de 25,6º, superando en 0,2º a julio de 2015, más cálido de la serie hasta entonces. Como bien recordarán, hubo una ola de calor que duró desde el 9 al 26 de julio, llegando a temperaturas de 46º en Morón de la Frontera (Sevilla) el 24 de julio.
Tomando como referencia estos datos, más el tradicional calor que azota a España durante julio, el 23-J puede ser un auténtico infierno para los ciudadanos que tengan que desempeñar labores relacionadas con las elecciones al aire libre. Desde policías, personal sanitario, personal de limpieza, periodistas, gente de las mesas electorales, apoderados y un largo etcétera de profesionales que actuarán para que las elecciones transcurran con absoluta normalidad.
Una fecha que, por ejemplo, no podría elegirse para unas elecciones autonómicas o municipales en Andalucía, tal y como reza el Artículo 14.2 de la ley electoral andaluza.
"El Decreto de Convocatoria fijará la fecha de la votación, que no podrá estar comprendida entre los días 1 de julio a 31 de agosto, y la de la sesión constitutiva del Parlamento, que tendrá lugar dentro de los veinticinco días siguientes al de la celebración de las elecciones".
Todo esto choca de lleno con la normativa aprobada por el Gobierno en mayo de 2023, la cual permite prohibir determinados trabajos al aire libre cuando la AEMET active alertas naranjas o rojas por altas temperaturas. Pues bien, Pedro Sánchez quiere tener a miles de españoles trabajando el 23 de julio a 40 grados, con el riesgo para la salud que ello conlleva.
Una incongruencia más que trae bajo el brazo este volantazo político de un presidente que se ve entre la espada y la pared tras la marea azul del pasado 28 de mayo.
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