Pedro Sánchez no considera a Yolanda Díaz una líder política de extrema izquierda pese a que Sumar, la coalición que ha construido para concurrir el próximo 23-J, aglutina hasta 15 partidos a la izquierda del PSOE, entre ellos Podemos e Izquierda Unida -nave nodriza del Partido Comunista de España-. El presidente del Gobierno se ha sentado este martes en el plató de El Hormiguero, el programa de máxima audiencia señalado veladamente por el líder del PSOE como altavoz de visiones conservadores que han inflado la "burbuja del sanchismo". "Yo no la compararía [a Yolanda Díaz] con Santiago Abascal", ha espetado el presidente cuando el presentador, Pablo Motos, ha lamentado que el PSOE y el PP se dejen influenciar por sus extremos.
Sánchez ha exhibido todo un catálogo de agravios: desde la derecha mediática, a la que culpa de influir negativamente en sus opciones de revalidad el Gobierno, hasta el propio PP, con el que, lamenta, no ha podido pactar nada. Tal es la animadversión que se profesan, que parece imposible que ninguno de los dos facilite la investidura del rival. "Con quien no he sido capaz de pactar es con el PP", ha zanjado Sánchez, tras detallar el carrusel de acuerdos al que sometió la reforma laboral con la patronal y con los sindicatos y, también, la Comisión Europea.
El presidente ha intentado contrarrestar las críticas de quienes le han señalado por convocar las elecciones en pleno periodo estival y vacacional. Ese ha sido uno de los momentos de más tensión. Porque el propio PP ha sido muy duro con el líder socialista por ese motivo. Es más, Alberto Núñez Feijóo ha llegado a insinuar que se celebran las elecciones en esa fecha para desmovilizar por olas de calor que provocan muertes. Sánchez se ha enzarzado con Motos porque uno de los colaboradores del programa, Juan del Val, dijo que la fecha de los comicios persigue dejar a la gente en casa. "No se puede decir que convoco las elecciones el 23 de julio porque quiero trastocar el resultado".
El presidente, incluso, ha tildado de "politiquería" que se haya señalado que el objetivo de la convocatoria veraniega de elecciones tenga por objeto evitar una rebelión interna en el PSOE que le pueda derrocar tras el batacazo del 28-M. Aunque algunos de sus barones están con el cuchillo afilado a la espera de qué ocurre el 23-J. Y es que una derrota estrepitosa de los socialistas dejaría al hoy presidente del Gobierno en la cuneta.
Pero Sánchez no ha parado ahí. El presidente, guiado por la acción José Luis Rodríguez Zapatero en esta precampaña, se ha defendido de las acusaciones de mentira con el mismo argumento. El presidente, ha espetado, no faltó a la verdad, sino que cambió de opinión. Y para justificarse tiró de lo que hicieron dos de sus antecesores: "¿Mintió Adolfo Suárez cuando dijo que no iba a legalizar el PCE y luego lo hizo. O Felipe González cuando dijo que la OTAN de entrada no y luego convocó un referéndum por el que pidió el 'sí'?", se ha defendido Sánchez.
Aunque pese a tirar de memoria política, el presidente ha tenido algún que otro lapsus. Si no, no se entiende que confundiera las fechas de gobierno de Felipe González. El primer presidente del PSOE tras la muerte de Franco gobernó en España entre 1982 y 1996. Pero para el presidente fue entre 1980 y 1990. Un error sin importancia para el PSOE, que está pletórico tras la entrevista. "Al final nos vamos a quedar con ganas de más", explican fuentes de la cúpula a este diario.
Una vez mas, como acostumbra en estos últimos días en cada entrevista que ha concedido, Sánchez ha vuelto a reconocer el error del 'sí es sí' en primera persona y a pedir perdón por las rebajas de penas de los agresores sexuales. El presidente ha evitado cargar directamente contra la ministra de Igualdad, Irene Montero. Aunque sí ha vuelto a incidir en la idea de que Montero ha esgrimido un discurso feminista demasiado duro que ha herido la sensibilidad de algunos hombres.
Pese a todo, el presidente ha tildado la agenda feminista de su gobierno como "intachable". Aunque ha dejado claro que no le gustan algunas de las declaraciones del equipo que lidera el Ministerio de Igualdad. No, a Sánchez no le gustó que la secretaria de Estado, Ángela Rodríguez 'Pam', dijera que los hombres en España son "bastante violadores". "No me siento representado por esas palabras", ha dicho Sánchez. En cualquier caso, el presidente ha salido vivo de su encuentro con las hormigas. Moncloa vende la remontada. "Está muy fuerte", zanjan fuentes del núcleo de Sánchez. Falta menos de un mes para las elecciones.
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