El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sigue confiando en consumar su particular remontada electoral. El líder del Ejecutivo, en un acto en Barcelona con Salvador Illa, cabecilla del PSC, se ha dado un baño de masas más propio de un preestreno de cine que de un mitin electoral. "Vamos a volver a ganar las elecciones", proclamaba el secretario general del PSOE.
Con las encuestas en contra, y a falta de una semana para que los españoles acudan a las urnas a decidir qué futuro Gobierno desea, Sánchez ha ocupado el fin de semana en pedir el voto tanto ayer en Valencia como hoy en Barcelona. No lo ha hecho con el plan de gobernabilidad del Partido Socialista Obrero Español en la mano, sino azuzando el miedo social por un posible Ejecutivo de PP y Vox.
"Vamos a gobernar porque lo hemos hecho bien. O apoyamos a aquellos que nos hemos dejado la vida por la gente o damos aliento a aquellos que quieren destruir todo lo logrado en estos cinco años", comentó Sánchez. A nivel de pactos, la cosa parece claro. Pedro Sánchez ha confirmado que "a partir del próximo 23 de julio Gobernaré con el partido de Yolanda Díaz".
"Solo hay una papeleta que es garantía de avance, y es la del PSOE. Vamos a ganar por los derechos de nuestros trabajadores, pensionistas, jóvenes y mujeres", proclamó Sánchez. El partido que, según su secretario general, "ha protegido a 3,5 millones de trabajadores durante la pandemia, ha hecho que España crezca cuatro veces más que la media de la Unión Europea y ha defendido a las mujeres".
No han faltado las promesas de un Sánchez que reconoce "estar buscando votos hasta de debajo de las piedras". Ha prometido 5.000 millones de euros para la "hucha" de las pensiones, seguir peleando los fondos europeos en Bruselas "sin ayuda de PP y Vox" y regularizar por ley la situación de los trabajadores indefinidos en el estatuto de los trabajadores.
Contra las dudas de aquellos jóvenes indecisos, Sánchez les pide que "vayan a votar al partido que va a seguir trabajando para avanzar en su futuro". La posible llegada de Feijóo y Abascal a La Moncloa hará que España "retroceda", por lo que el presidente del Gobierno ha pedido el voto en una Cataluña que, asegura, "es mejor en 2023 de lo que era en 2017".
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