El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está copiando punto por punto la campaña que le encumbró en las primarias del PSOE en 2017. Sólo que ahora lo hace para las elecciones generales del 2023. Apertura con un gran mitin en Dos Hermanas (Sevilla), programa de Évole, presencia en programas de entretenimiento como El Hormiguero y entrevistas en medios "hostiles".
Esta apelación a la épica, sin embargo, no convence demasiado en el partido. Fuentes del PSOE ven a Sánchez “solo”. “Los cuadros socialistas en los pueblos, en las comunidades no están metidos en campaña y se nota mucho”, explican estas fuentes a Vozpópuli. “A Sánchez le siguen sus ministros… Y, bueno, le queda Zapatero”.
Los territorios no conocen todavía ni el plan, ni la estrategia de campaña. Pero lo que intuyen no les gusta. La imitación de las primarias del 2017 como recurso casi “épico” les parece un sinsentido. “El contexto ha cambiado”, afirman. “Hace seis años, llenó Dos Hermanas sin apoyo ni nadie. El otro día lo hizo con autobuses fletados desde toda España”.
"El contexto ha cambiado"
En ese sentido, recuerdan que Sánchez se enfrentaba entonces al aparato de un partido con un universo de votantes que eran afiliados del PSOE. Ahora, se dirige al conjunto del país. “En el mejor de los casos, la mitad del electorado no le soporta”, señalan. “Pero es que dentro del PSOE ocurre lo mismo. Mucho votante socialista, como se vio el 28-M, prefiere no votar para no apoyar a Sánchez”.
Ante esta situación, nadie sabe muy bien cómo seguirá la campaña de Sánchez. Se conoce la insistencia del presidente por los debates con el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. La aparición y desaparición de Nadia Calviño. Los ataques a Irene Montero. Pero nada de esto, según estas fuentes, tiene demasiado sentido.
Uno de los problemas que detectan en las comunidades es que no se ha hecho una lectura en profundidad de la debacle del 28 de mayo. La falta de análisis se debe, sin duda, al adelanto electoral que precipitó el propio Sánchez. La pérdida de poder municipal y autonómico deja a mucha gente del partido en el paro y eso, dicen, "genera cabreo".
Este malestar se puede ver, dicen, en la soledad de Sánchez. El presidente se ve respaldado por sus ministros y diputados más afines –todos colocados convenientemente en las listas del 23-J- pero no en los territorios. “A lo sumo está Zapatero por ahí dando entrevistas”, dicen.
Sánchez se apoya en Zapatero
Zapatero y los migueles (Miguel Barroso y José Miguel Contreras) son nombres que están en boca de todos dentro del PSOE. Su influencia en las decisiones del presidente, que Zapatero quiso negar a Carlos Herrera en la COPE, es ahora mismo determinante. De hecho, creen que la estrategia de campaña es más de ellos que de su equipo de Moncloa, Óscar Puente y Antonio Hernando, o Ferraz, Santos Cerdán.
Ferraz, por su parte, seguirá dando "cancha y cuartelillo" al ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero en los medios. El entorno de Sánchez considera que "funciona". Pero niegan que esté implicado en nada estratégico y que su presencia en campaña es una iniciativa personal. Zapatero, por si acaso, pide a los barones que se impliquen con Sánchez. No lo están haciendo demasiado hasta ahora.
“La campaña la está llevando el propio Pedro”, dice un ex alcalde que perdió el Ayuntamiento hace unas semanas. “Y lo que está en boca de todos es que Zapatero y los migueles son los que le están aconsejando en todo. Más que Óscar y Antonio”.
Ferraz y La Moncloa vuelven a exhibir las tiranteces habituales partido-Gobierno. Tiranteces, que según estas fuentes, se han recrudecido por la hecatombe de mayo y las malas sensaciones para el 23-J.
“Hay mucha gente que ya no traga a Santos”, dicen. “No se sabe muy bien qué equipo maneja, si están estudiando encuestas, qué hacen exactamente”.
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