"El uso de mascarilla es obligatorio para viajar". Es la única obligación que impone a AENA a los pocos pasajeros que utilizan el transporte aéreo en estos meses. El Gobierno no ha adoptado hasta la fecha otras medidas de prevención sanitaria contra el coronavirus en los aeropuertos, lo que ha convertido a España en el único gran país de la Unión Europea que incumple los protocolos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Ninguno de los escasos pasajeros que ha utilizado la red de aeropuertos españoles durante el estado de alarma ha sido sometido al más mínimo chequeo sanitario. No se les toma la temperatura, como ocurre en otros países. Pero tampoco se hace una recopilación de sus "declaraciones de salud".
Estas declaraciones son más recomendadas por la OMS que la toma de temperatura. Se trata de recabar información de los últimos movimientos y datos de contacto del pasajero a la llegada para poder realizar una evaluación de riesgos y localizarlos, en caso de que descubran que son covid-19 positivo, en el marco de un rastreo de contactos.
España, destino seguro
Algunas empresas del sector turístico llevan semanas avisando al Gobierno de la necesidad de implantar controles de este tipo si se quiere recuperar una mínima actividad de cara al verano. Para eso, dicen estas empresas, hace falta que España sea percibido como un lugar seguro para el turista, y no un coladero del virus. Fuentes de AENA han explicado a Vozpópuli que los aeropuertos cumplen los "protocolos que les pide Sanidad e Interior".
Pero dichos protocolos se circunscriben a las mascarillas, distanciamiento, higiene, o no acudir al aeropuerto con más de 90 minutos de antelación al embarque. Otra medida que se ha tomado, por ejemplo en Madrid, es centralizar todas las operaciones en la Terminal 4 y cerrar el resto.
Muchos de los españoles que han sido repatriados desde otros países en vuelos fletados por el Ministerio de Asuntos Exteriores han mostrado su sorpresa por esta laxitud. De hecho, algunos de ellos han llamado recurrentemente a los teléfonos de emergencia consular para preguntar qué documentación sanitaria debían aportar a su llegada a España. Y si, por ejemplo, había que justificar con el pasaporte los últimos países en los que han estado. La respuesta de las embajadas ha sido que no tenían que hacer nada.
El departamento de Salvador Illa ha respondido ante las quejas de aerolíneas y hoteleros que el Gobierno ha decretado el confinamiento general de la población. Y que esos pasajeros se encierran en sus casas después de aterrizar.
El tráfico aéreo ha descendido a mínimos históricos por la emergencia sanitaria. El Gobierno ha prohibido viajar salvo por "razones inaplazables". Y apenas hay operaciones en España. AENA prevé una caída del tráfico de pasajeros de más del 95% en abril. Los datos se darán a conocer la próxima semana.
Menos pasajeros, más mercancías
El descenso correspondiente a marzo -el estado de alarma y el cierre de fronteras se decretaron a mediados de marzo- fue de casi el 60% con respecto al mismo mes del año anterior. Un total de 8,1 millones de pasajeros transitaron por nuestros aeropuertos en marzo, frente a los 42 millones que lo hicieron en marzo del 2019. El 25% de estos pasajeros era británicos.
Pero el tránsito de pasajeros no es el único en los aeropuertos españoles. A falta de los datos de abril, el transporte de mercancías, que también implica movimientos de personas, no se ha hundido de la misma manera. En especial, por los esfuerzos en la compra de material sanitario.
En marzo, se transportaron 66.692 toneladas de carga en toda la red, un 29,8% menos con respecto al mismo mes de 2019. La caída, según explicó AENA, también se debe a que una parte importante de la carga habitual se traslada en aviones comerciales. Los aeropuertos que más mercancías están recibiendo son Madrid, Zaragoza, Barcelona y Vitoria.