Política

Podemos presiona al PSOE para que el dinero de la UE se centre en asistencia social y no en reformas económicas

El partido morado admite diferencias de “sensibilidad” con el PSOE pero reivindica su objetivo de que el grueso de los 140.000 millones previstos vayan a los más necesitados, aunque sea a fondo perdido

  • El vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias (i), junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d)

Podemos quiere interferir en la negociación del Gobierno con la Unión Europea para garantizar que una buena parte del paquete de 140.000 millones de euros para hacer frente a la crisis del coronavirus se dirija a la asistencia social. Es decir, a políticas a fondo perdido que tradicionalmente la UE no ve con buenos ojos, y que podrían convertirse en un problema para la delegación que negocia las condiciones con la Comisión Europea.

Fuentes de Podemos admiten que la “sensibilidad” sobre los asuntos sociales no es la misma entre los morados y el PSOE. "Hay una coalición, pero somos dos partidos diferentes, con dos historias diferentes", afirman fuentes de Podemos, que reiteran su objetivo de que la crisis de la covid-19 no sea parecida a la financiera de 2008. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha concentrado en los ministros socialistas la negociación con los socios comunitarios. Ese proceso se intensificará en otoño, cuando el Ejecutivo deberá enviar a Bruselas su plan presupuestario y todas las reformas que quiere emprender y que servirán de palanca para obtener los millones de euros de ayudas del Recovery Fund.

Debate sobre las reformas

Los socios comunitarios están dispuestos a poner sobre la mesa una gran cantidad de dinero, pero en el Gobierno reconocen que tendrá “un coste”. Es decir, que Sánchez deberá garantizar que esos fondos se destinan a “reformas estructurales” que permitan a la economía recuperarse y volver a generar riqueza.

Para Podemos el punto de las reformas es secundario. En el partido de Pablo Iglesias admiten que algunas reformas estructurales se deberán abordar, pero no quieren renunciar al eje de su política, que es trabajar para que “nadie se quede atrás”. Es decir, para activar ayudas directas a los más desfavorecidos que calquen el ejemplo del ingreso mínimo vital

La fórmula retórica del que "nadie se quede atrás" es eficaz en el ámbito electoral, pero en las salas donde se debate el futuro del dinero europeo lo es menos. De ahí que los socialistas esperan que Podemos no se exceda en sus maniobras. "De la política económica hay una responsable que se llama Nadia Calviño", recuerdan fuentes del sector más próximo a la ministra de Economía. 

Nadia Calviño, directora general en la Comisión Europea.

Más competitividad, menos subsidios

El problema para algunos ministros socialistas es que saben que Sánchez toma decisiones sin siquiera consultarles. Y a veces asumiendo como propios los consejos de Iglesias. En este caso, sin embargo, los socialistas advierten de que si España quiere recibir las ayudas europeas deberá presentar un plan de reformas que aumente la competitividad y eficacia del país y no la reduzca, tal y como se podría entender del proyecto económico de Podemos.

En los últimos meses, Iglesias ha pisado el acelerador para el lanzamiento del ingreso mínimo vital. El pasado jueves revindicó ese proyecto que recibió el respaldo de la ONU. Y según el planteamiento de los morados ese mismo modelo tiene que fortalecerse para evitar que de esta crisis se generen protestas y pobreza, tal y como ocurrió en la crisis financiera de 2008-2012. Para los detractores de la medida, el líder de Podemos ha puesto en marcha un mecanismo que se podría resumir en una compra de votos a través del erario público.

Subvenciones

La tarea de Podemos no será sencilla. La UE no quiere oír hablar de “subvenciones”, y prefiere que el dinero entregado a los países más castigados por el coronavirus se fundamente sobre planes de estímulos y crecimiento. Así lo traduce una fuente comunitaria: "Merkel ha cedido en el plan de ayuda por la opinión pública y también porque ha cundido la idea de que la economía alemana se hundirá si colapsan las de los países europeos”.

El dinero que Alemania y otros socios comunitarios pondrían sobre la mesa deberá devolverse de manera indirecta a través de las economías europeas, que Berlín considera ya casi como sus satélites. Es un principio de realpolitik que ni Berlín ni París estarán dispuestos a negociar, y que obligará a España a adoptar decisiones tal vez impopulares. Para Podemos la única manera para asumirlas será aumentar las ayudas sociales directas. Con la esperanza de que Sánchez adopte una vez más la agenda del partido morado.  

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