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Amazon pisa el acelerador para expandir su negocio farmacéutico fuera de EEUU

La multinacional acaba de solicitar el registro de la marca "Amazon Pharmacy" en más de una docena de mercados internacionales: la Unión Europea, México, Australia, Canadá, Brasil, Turquía, China, Japón y hasta Israel, entre otros países

Amazon se ha propuesto hacerse fuerte en el sector sanitario. En 2018, una de las compañías de distribución más grandes del mundo se hizo con la start-up PillPack, especializada en el reparto de medicinas a domicilio. Esta semana, acaba de solicitar el registro de la marca "Amazon Pharmacy" en más de una docena de mercados internacionales: la Unión Europea, México, Australia, Canadá, Brasil, Turquía, China, Japón y hasta Israel, entre otros países.

Después de hacerse con PillPack, en noviembre de 2019 optó por cambiarle el nombre por Amazon Pharmacy. A principios de este año, según informa el medio norteamericano CNBC, la compañía habría registrado dicha marca en Estados Unidos, con el objetivo de que englobe mucho más que el reparto de productos farmacéuticos, sino también preparados médicos y veterinarios; instrumentos quirúrgicos, médicos y dentales, y servicios médicos y farmacéuticos.

El que Amazon haya comenzado el proceso de registro de su nueva marca farmacéutica no quiere decir que vaya a poder repartir medicamentos en la Unión Europea de manera inmediata, pero supone un primer paso en lo que espera que se convierta en una de las expansiones más importantes que lleve a cabo en los últimos años.

Oportunidad sin precedentes

La oportunidad es clara, ya que se trata de un mercado millonario que apenas está explotado por los agentes tradicionales del sector: las farmacias. No obstante, no está exento de riesgos, y en nuestro país la regulación es el primer escollo con el que se encontrará la multinacional estadounidense de intentar empezar a vender productos farmacéuticos a través de su web.

Uno de los primeros puntos a tener en cuenta es que el reparto a domicilio de medicamentos con receta en nuestro país es ilegal. Para poder comprar la mayor parte de los fármacos, primero debemos contar con la receta de un médico y segundo, tiene que haber un farmacéutico de manera presencial que nos lo proporcione.

Sin embargo, tanto los distribuidores farmacéuticos tradicionales -como Cofares- como las farmacias son conscientes de que el comercio online es una de sus asignaturas pendientes. La sombra de Amazon, por otro lado, les está sirviendo de aliciente para poner en marcha iniciativas con las que explotar este mercado.

Según los últimos datos disponibles de IQVIA, la consultora especializada en el sector, las farmacias españolas facturaron algo más de 19.000 millones de euros. De ese total, según estimaciones de la consultora especializada Statista, los ingresos del sector farmacéutico derivados del comercio electrónico alcanzaron unos 1.076 millones de euros en España.

En particular, las ventas directas de las oficinas de farmacias a través de Internet alcanzaron apenas los 130 millones de euros, de acuerdo con IQVIA, una tasa mucho inferior al del resto de países europeos. De acuerdo con un informe elaborado por el profesor Rafael Fraile, experto en tendencias económicas de ESADE Business School, el comercio electrónico del sector 'farma' en España se encuentra en un momento muy embrionario.

La gente desconoce el 'e-commerce' farmacéutico

En nuestro país apenas 9 millones de personas hacen uso de páginas web para comprar productos farmacéuticos -de los que se excluyen, como resulta lógico, los medicamentos que requieren receta médica-. Por otro lado, más de un 71% de la población encuestada en su informe jamás ha hecho uso de estos servicios. "Está claro que es el futuro, por lo que las farmacias tendrán que adaptarse. Llegar va a llegar, la cuestión es que tienen que asegurarse de que forman parte de esta nueva tendencia", apunta Fraile.

Según señala el informe, las perspectivas para este tipo de negocio son bastante halagüeñas, a pesar de encontrarse en su fase más inicial. Las oficinas de farmacia cada vez dependen más de las ventas de los productos conocidos como Consumer Health o OTC (over the counter, en inglés), dos denominaciones técnicas que hacen referencia, simplemente, a todo aquello que se puede comprar en una botica sin necesidad de ir al médico antes: productos de autocuidado, cosmética o medicamentos sin receta.

Es en este tipo de productos donde el comercio electrónico se centra, precisamente. Se espera que de cara a 2023 la cifra de ingresos obtenida por este tipo de negocio duplique a la registrada en 2017, tanto en número de usuarios como en beneficios, hasta rozar los 2.000 millones de euros.

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