Las vacunas se han convertido en la gran esperanza de la humanidad para atajar la pandemia de coronavirus. A pesar de su constatada efectividad, el proceso de vacunación no está sirviendo para mitigar la tasa de incidencia de la covid en algunos países, como Chile, ejemplo de que ni con la mitad de la población vacunada ha conseguido evitar que las cifras de contagio sigan disparadas.
La llegada de las vacunas se ha traducido en una rápida reducción de las restricciones sanitarias en determinados países. Así ha ocurrido en Chile, donde prácticamente ya está inmunizada la mitad de la población. El 44% de los chilenos ha recibido las dos dosis y una prácticamente el 60%. Sin embargo, las cifras de contagio siguen disparadas y al alza.
Chile tiene una tasa de incidencia acumulada a 14 días de 531,9 casos. En este momento, en todo el país hay más de 45.000 contagios activos -con la capacidad de diseminar el virus- y, de ellos, cerca del 75% se concentran en Santiago, la capital chilena. El Gobierno ha tenido que confinar la capital ante el repunte de contagios. El Ministerio de Salud se ha visto obligado a decretar nuevamente una cuarentena total para toda la Región Metropolitana, zona donde se ubica la capital y en la que habitan más de siete millones de personas.
Las restricciones "laxas" del Gobierno chileno
Esta decisión del Gobierno chileno llega tarde, cree Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública. Según apunta este experto a Vozpópuli, "no se han planteado unos criterios claros" desde que comenzó el proceso de vacunación y el relajamiento de las restricciones ha derivado en un "cumplimiento muy bajo de las medidas": "El gran problema va ligado a la situación de flexibilización que ha hecho el Gobierno de Chile... Han estado abriendo sin saber muy bien hacia dónde iban".
March pone de ejemplo las "laxas" cuarentenas "de prácticamente un fin de semana" que tenían que respetar las personas contagiadas. "No han seguido una línea clara, esperaban que la situación mejorara muchísimo más y la realidad es que en estos momentos hasta las UCI están saturadas", señala March: "La vacunación por sí sola está claro que no es la única medida que sirve".
El caso chileno ha puesto en duda la efectividad de la vacuna inoculada mayoritariamente: la china CoronaVac. Sin embargo, March duda que el incremento de los contagios tenga que ver con la marca: "Aunque no quiero descartar que influya el tipo de vacuna, no creo que se deba a eso".
La OMS pide cautela para levantar las restricciones
La Organización Mundial de Salud ha puesto a Chile de ejemplo de que las vacunas no son la panacea. "Todos los países deben tener en cuenta que las vacunas son una herramienta muy poderosa, pero que también se necesita aplicar otras medidas que pueden prevenir infecciones", apuntaba esta semana la jefa del comité técnico contra la pandemia de la OMS, María Van Kerkhove.
Para la OMS, confiar en las vacunas como única solución a la pandemia y levantar las restricciones sanitarias con demasiada premura "puede ser desastroso". Las medidas "deben levantarse con cuidado y ajustarse según la circulación del virus y la capacidad de respuesta", apuntaba el propio director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesu, recordando la creciente transmisión de nuevas cepas cada vez más contagiosas.
Por su parte, la directora científica de la OMS, Soumya Swaminathan, concluyó que “hay una tendencia natural a pensar que una vez que se está vacunado se está protegido y (se puede) bajar la guardia y dejar de usar mascarilla o guardar distancia. Quizás esto es una llamada de atención a la población donde la vacunación aumenta, pero no ha llegado al punto en el que podemos bajar la guardia”.
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