Era la noticia más esperada. El Consejo de Ministros aprobaba este martes un decreto ley que permite que la covid-19 sea declarada como enfermedad profesional para los sanitarios que se contagien. Una consideración que, entre los profesionales, deja un sabor "agridulce". El decreto es bienvenido, pero tenía que haber llegado mucho antes, señalan quienes llevan reclamándolo desde el principio de la pandemia. "Es de justicia", afirman. Hasta la fecha 118.000 sanitarios se han contagiado y 107 médicos han fallecido en el ejercicio de su profesión.
El cambio, señalan desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), permitirá que los facultativos puedan acceder a las mismas prestaciones a las que acceden otros colectivos profesionales con el objetivo de dar cobertura laboral durante toda la vida de trabajador, independientemente de cuándo pueda contraer secuelas o complicaciones derivadas de la covid-19, puesto que estará protegido por la Seguridad Social, precisan.
La norma, abunda la corporación, se contemplará desde la declaración de la pandemia internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y hasta que las autoridades sanitarias levanten todas las medidas de prevención adoptadas para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la enfermedad. "Es un acto de justicia", resaltan y recuerdan que es una reivindicación que llega tras diez meses de trabajo.
Prestación económica
Esta medida, continúan desde la corporación, supone que la consideración de enfermedad profesional comparta con el accidente la cuantía de la prestación económica, la responsabilidad de la mutua en su asistencia sanitaria y el recargo de prestaciones por falta de medidas de seguridad e higiene, establecidas en el artículo 164 de la Ley General de la Seguridad Social.
Las prestaciones que tengan su causa en accidente de trabajo o enfermedad profesional se aumentarán, según la gravedad, de un 30 a un 50 %, cuando, por ejemplo, la infección se produzca por causa de equipos de trabajo deficientes
Según explica Ricardo De Lorenzo, director de la asesoría jurídica del CGCOM, todas las prestaciones económicas que tengan su causa en accidente de trabajo o enfermedad profesional se aumentarán, según la gravedad de la falta, de un 30 a un 50 %, cuando, por ejemplo, la infección se produzca por causa de equipos de trabajo deficientes o actividades en lugares de trabajo que carezcan de los medios de protección reglamentarios.
En mayo de 2020, el CGCOM solicitó ante el Ministerio de Trabajo y Economía Social, así como al de Ministerio de Sanidad, el reconocimiento para los profesionales de la calificación de enfermedad profesional para todos aquellos que hubieran sufrido contagio. La corporación señala que, a través de esta reivindicación, se pretende evitar que los médicos se vean obligados a recurrir a los tribunales para conseguir el cambio de contingencia y el recargo de prestaciones, no teniendo pérdida económica por supresión de complementos salariales y guardias.
Un reconocimiento que, resaltan, también es necesario para los casos en los que se ha producido el fallecimiento del médico, a fin de reconocer las prestaciones correspondientes a los familiares supervivientes. Detallan que, con el soporte normativo actual, para que la muerte de un profesional por coronavirus pueda derivar en una pensión de viudedad originada por una contingencia profesional, es necesario probar que la enfermedad ha sido contraída en el trabajo.
Todo el periodo de la pandemia
"Lo primero esperar a leer la norma del Gobierno, que esperamos que contemple todo el periodo de la pandemia", señala a Vozpópuli Ángela Hernández Puente, vicesecretaría general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS).
En AMYTS, sindicato mayoritario entre los médicos de Madrid, llevan desde febrero de 2020 afirmando que la covid-19 era enfermedad profesional. Los motivos, continúa el sindicato, es que hablar de accidente laboral supone "que la carga de la prueba recae sobre el profesional que lo sufre, con lo cual necesitamos un parte de accidentes que tiene que ser valorado por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de nuestro centro sanitario, el cual tiene que asegurar, por tanto, que nos infectamos en el ejercicio de nuestra profesión".
Además, subrayan, a diferencia del accidente laboral, en la enfermedad profesional, la carga de la prueba recae sobre la empresa y es ésta quien está obligada de alguna forma a demostrar "que no nos infectamos en el ejercicio de nuestra profesión y además está obligada a tener una vigilancia de la salud del profesional hasta el final de sus días". Un punto fundamental, inciden, considerando que este coronavirus" es desconocido y de evolución incierta y no sabemos qué consecuencias tendrá".
Un sentimiento agridulce
"Nos despierta un sentimiento agridulce porque, si bien desde los sindicatos médicos, AMYTS a nivel de la Comunidad de Madrid y la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) a nivel nacional, se ha estado solicitando de forma insistente tanto a las autoridades como al Defensor del Pueblo, es un reconocimiento imprescindible que hubiera sido de recibo hace meses", afirma Hernández Puente.
Desde Amyts recuerdan "la angustia" que la situación ha generado a un colectivo en el que "sin querer ser héroes, muchos han tenido que actuar como si lo fueran"
La vicesecretaria general de AMYTS se remite a "la angustia" que la situación ha generado al colectivo: "Sin querer ser héroes, muchos han tenido que actuar como si lo fueran". La representante de Amyts recuerda esa primera oleada con un desabastecimiento generalizado de las medidas de protección más básicas. Durante aquellas semanas, revive Hernández, "se inició un goteo insoportable de fallecimientos (que aún continúa), que nos minaban la moral. Luis, Rocío con la que trabajé, Sara, a los 28 años… Y saber que podíamos ser los siguientes", continúa.
"Cuando me enteraba sólo me quedaba irme a otra habitación en la que no estuvieran mis hijos para que no me vieran llorar, de rabia y de impotencia. Y sobre ese dolor, el enfado al ver que las familias tenían que iniciar reclamaciones farragosas para que dicho fallecimiento se considerara como enfermedad profesional. La sensación de abandono ha sido tremenda. Esto tenía que haber llegado antes, pero es bienvenido", abunda.
Todo esto ha demostrado que la medicina es una profesión de riesgo, insiste Hernández Puente. "El reconocimiento de la covid-19 como enfermedad es un paso, ahora toca respaldar a los que se están jugando la vida atendiendo a los que tienen la desgracia de enfermar en esta pandemia, y a los que demuestran su compromiso a lo largo de toda una vida de ejercicio, subsanando situaciones incomprensibles, como que las guardias no cuenten como jornada trabajada ni de cara al cálculo de la edad de jubilación", añade.
Cuestión de derecho
"Es una cuestión de derecho que veníamos reclamando desde el principio, cuando vimos que una enfermedad como esta podía dejar las secuelas que está dejando. Que forme parte, por tanto, del listado de enfermedades profesionales es una cuestión es justicia", indica Rosa Muelas, responsable de Salud Laboral de CCOO Sanidad Madrid.
En la misma línea se pronuncia el Sindicato de Enfermería (SATSE) que "valora positivamente" que el Gobierno "haya sido sensible a una reivindicación que la organización sindical viene realizando desde el inicio de la pandemia. Del total de contagiados, 118.000 hasta la fecha, el sindicato estima que en torno al 60 % son enfermeras y enfermeros.
"Después de que se reconociesen las bajas como accidente laboral, el paso lógico y necesario era que se considerase enfermedad profesional para que resulte posible acceder a determinados beneficios, como el de un incremento en la prestación económica percibida correspondiente al periodo de baja, así como recibir una mayor protección en caso de posibles recaídas y/o secuelas, entre otras cuestiones y, todo ello, sin límite temporal, es decir, de por vida", apuntan.
Con carácter retroactivo
Por su parte, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) espera que este reconocimiento se aplique con efectos inmediatos, con carácter retroactivo (la norma así lo contempla), de oficio y a todos los contagiados hasta la fecha. A la espera de conocer el detalle de la norma, desde CSIF aseguran que estarán "vigilantes" para que esta medida se reconozca "al conjunto del personal, incluido personal administrativo, de limpieza, celadores, entre otros".
CSIF piden que el reconocimiento se amplíe a trabajadores de laboratorios, ambulancias o clínicas dentales
Además, piden que el reconocimiento se amplíe a los trabajadores que, por su actividad laboral, puedan estar más expuestos al virus y citan laboratorios, clínicas dentales, personal sociosanitario, ambulancias o centros penitenciarios.
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