A pesar de que cuando el brote de Covid-19 comenzó a principios de año en la ciudad china de Wuhan muy pocos veíamos venir la que se avecinaba, de acuerdo con los últimos datos de casos positivos, España es ya el cuarto país más afectado por el virus. De acuerdo con el último recuento ofrecido por el Ministerio de Sanidad este martes, el número de contagiados asciende en nuestro país asciende a más de 11.000 personas, con casi 500 fallecidos.
Esto nos sitúa por detrás de China, Italia e Irán, los tres países más afectados por el virus. Como consecuencia del aumento de casos en nuestro país, el Gobierno ha optado por seguir el ejemplo italiano y poner en marcha medidas de "distanciamiento social" y obligar a toda la población a aislarse en sus domicilios para intentar "aplanar la curva". Es decir, evitar que más gente se contagie y poder dar así algo de aire a los servicios sanitarios, que se encuentran colapsados.
Sin embargo, muchos sectores se preguntan si la declaración del estado de alarma por parte de Pedro Sánchez -que ha llevado consigo enormes restricciones en la movilidad de la población, el cierre de comercios y el consecuente impacto económico- ha llegado demasiado tarde y si servirá o no para frenar la famosa curva de contagios.
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Lo cierto es que a pesar que todo apuntaba a que íbamos a seguir los pasos de nuestros vecinos italianos, que suman más de 27.800 casos positivos y cerca de 2.200 fallecidos. No obstante, si observamos la curva de contagios, el Covid-19 está creciendo a mayor velocidad en nuestro país que en Italia, lo que ha generado cierta preocupación en la comunidad científica. Esto plantea la siguiente pregunta: ¿vamos tarde con las medidas de contención del virus?
China cerró Wuhan con 570 contagios
Según explicaba en una conversación con Vozpópuli Benito Almirante, jefe de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d'Hebron, a la hora de frenar la expansión del virus, uno de los mejores ejemplos de contención fue China, que después de casi dos meses de pesadilla y más de 80.000 contagiados ha logrado que el Covid-19 remita. "Es de lo más efectivo, porque pudo encerrar al virus. Sin embargo, aquí va a ser muy complicado porque somos un país totalmente distinto", apunta.
La realidad es que las autoridades chinas reaccionaron relativamente rápido ante la expansión del coronavirus. Cuando sólo tenían 570 contagiados, optaron por decretar la cuarentena en la ciudad de Wuhan y encerrar a más de 11 millones de personas en pleno Año Nuevo Lunar, equivalente a la Nochevieja occidental.
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En España, el cierre de colegios en las zonas de riesgo no llegó hasta los 1.200 contagios, la semana pasada. Por comparar, el 23 de enero, con 17 fallecimientos, el Gobierno chino optó por cerrar por tierra y aire la ciudad china de más de 11 millones de habitantes, a la vez que ordenó el uso obligatorio de mascarillas y el teletrabajo. Poco después, a medida que los casos se iban disparando, las medidas se ampliaron a toda la provincia de Hubei, y se procedió al cierre de comercios, fábricas y colegios. Una cuarentena en toda regla.
Un control férreo de la población, multas elevadísimas y hasta penas de prisión por no cumplir con las medidas impuestas por el Gobierno han terminado por dar resultado, ya que después de llegar a registrar hasta 4.000 casos nuevos diarios, a día de hoy China apenas alcanza la veintena de casos nuevos y todos ellos todavía en Wuhan, el epicentro del brote.
España e Italia: "Estado de alarma"
En España e Italia se podría decir que hemos seguido el modelo chino: aislar a la población con la esperanza de frenar el contagio y así liberar un poco a los servicios sanitarios, apelando a la responsabilidad individual de los ciudadanos. Nuestro país vecino se ha convertido en muy poco tiempo en el segundo país más afectado por el Covid-19, con casi 28.000 contagios y más de 2.100 fallecidos según los últimos datos.
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El pasado 8 de marzo, el Gobierno italiano anunció el bloqueo de Lombardía, Veneto y otras provincias talianas para limitar la expansión del virus, cuando el número de casos diagnosticados rozaba las 6.000 personas y ya se habían registrado 230 fallecidos. La medida implicaba aislar a 16 millones de personas. Italia se convertía así en el segundo país después de China en aplicar este tipo de medidas.
Pocos días después la cuarentena y bloqueo se extendió al resto del país, así como el cierre de todos los establecimientos que no fueran de primera necesidad, el cierre de colegios y centros educativos y la suspensión de cualquier tipo de actividades deportivas que implicasen aglomeraciones. A día de hoy, nos llevan una semana de adelanto en la cuarentena a nivel nacional.
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En España, el presidente del Gobierno decretó el estado de alarma el pasado sábado, 14 de marzo, cuando el número de contagiados superaba ya las 6.000 personas. El cierre de colegios en las zonas de transmisión comunitaria, como Madrid y el País Vasco, se había producido una semana antes, cuando los contagiados en todo el país ascendían a más de 1.200 personas y se habían registrado casi una treintena de muertos.
Corea del Sur y Alemania: el ejemplo "calmado"
Sin embargo, la declaración del estado de alarma no es la única forma de enfrentar el brote, aunque sí la más efectiva a corto plazo, según los expertos. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) han alabado el modelo surcoreano, que en vez de obligar a su población a autoaislarse en sus casas han optado por aumentar las recomendaciones de prevención a la población y llevar a cabo pruebas masivas.
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Mientras que España apenas ha realizado 30.000 pruebas de coronavirus a día de hoy por falta de recursos, en Corea del Sur se llegaron a realizar más de 200.000, hasta 15.000 diarias. Las primeras medidas de prevención tuvieron lugar en la ciudad de Daegu, donde se concentraban la mayoría de los casos, vinculados a una organización religiosa.
Había cerca de un centenar, lo que les convierte en uno de los países más previsores. Y los resultados avalan al país asiático: con 8.320 personas contagiadas a día de hoy, los casos nuevos se han frenado y apenas ha registrado 75 víctimas mortales durante todo el brote.
Esta estrategia más "calmada" basada ante todo en informar a la población y realizar pruebas masivas -incluso desde el coche- a la población para detectar el mayor número posible de contagiados es una técnica por la que también está apostando Alemania, que no ha decretado el cierre de colegios hasta este lunes.
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En particular, los estados federados alemanes del Sarre y de Baviera cerrarán los colegios y las guarderías a partir del lunes y al menos hasta después de las vacaciones de semana santa, una medida que ha sido ampliamente discutida. Si bien el país presenta un amplio número de casos positivos -más de 7.000 personas- igual que ocurría en Corea del Sur, sólo han fallecido 17 personas en todo el país.
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