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El confinamiento en los enfermos de cáncer: más del 34% ha sufrido ansiedad y depresión

La AECC advierte sobre una emergencia social, científica, sanitario y económica entre los pacientes y sus familias: las peticiones de ayuda se han doblado respecto al año pasado

Las consecuencias del confinamiento impuesto por el coronavirus han sido demoledoras para los enfermos de cáncer y sus familias. La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) alerta de una emergencia  social (se ha duplicado la petición ayudas por parte de las familias), científica y sanitaria por los aplazamientos en los tratamientos o retrasos en las pruebas. Además, la entidad ofrece datos de un estudio que ha hecho durante el confinamiento y arroja resultados preocupantes: más del 34% de los enfermos ha sufrido ansiedad y depresión durante estos meses.

La crisis sanitaria provocada por la covid-19 está provocando una situación de emergencia en cáncer, alerta la AECC que alude al "impacto económico-laboral, sanitario, psicológico y científico en una población ya de por sí vulnerable". La asociación ha hecho público hoy el estudio “Malestar psicológico en pacientes de cáncer durante el confinamiento del COVID-19”. En España se diagnostican cada año hasta 275.000 casos nuevos.

Realizada por el Observatorio del cáncer de la AECC durante el confinamiento, a más de 2.000 personas diagnosticadas con esta enfermedad en España, la investigación buscaba conocer la prevalencia de trastornos psicológicos en estos en pacientes y los factores que influyen en su aparición. También, determinar los programas de intervención y soporte más necesarios para ayudar a este grupo de riesgo, apunta la AECC. 

Más preocupación que el resto de población

Entre las principales conclusiones, que las personas con cáncer se muestran bastante más preocupadas por la pandemia que la población española en general: el 67% de los pacientes reveló estar "muy preocupado", frente al 58,9% de la población general.

El riesgo de infección por coronavirus, las posibles complicaciones por la inmunodepresión al estar en tratamiento o los problemas en la capacidad sanitaria para prestar una atención adecuada que pudiera interferir con el tratamiento óptimo de su enfermedad, son algunas de las principales inquietudes que mostraron los encuestados. 

La AECC ha comenzado a analizar cómo va a afectar esta crisis sanitaria a las personas con cáncer a todos los niveles. Los primeros datos del estudio presentado hoy (realizado en pleno confinamiento, entre el 16 y el 25 de abril de 2020), apuntan a las secuelas psicológicas, según Belén Fernández, responsable del Observatorio del cáncer de la AECC. 

Retrasos en las pruebas diagnósticas

Con la Escala de Malestar Psicológico de Kessler K-6, utilizada como instrumento de medición, el informe ha revelado que el 34,3% de la población con cáncer ha sufrido ansiedad y depresión durante ese tiempo que estuvo confinada en sus domicilios. El estudio contará con una segunda fase, dentro de seis meses. Entonce se evaluará y comparará los resultados obtenidos con la presencia de estrés postraumático y variables asociadas en las personas con cáncer, una vez acabe el confinamiento

Entre las conclusiones, que los retrasos en las pruebas diagnósticas provocados por la pandemia se relacionan en mayor medida con el malestar psicológico que los retrasos en los tratamientos. Los oncólogos del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP)  alertaban hace apenas unos días a este digital sobre la cancelación de cirugías, pruebas diagnósticas y tratamientos y sus consecuencias. En el mes de abril, la reducción de primeras consultas ha oscilado entre el 25 y el 35% en hospitales españoles con diferente nivel de incidencia de la infección covid-19, aseguraban a Vozpópuli.

Cuanto más joven es el paciente, mayor malestar presenta, apunta el estudio. Los más susceptibles de padecer trastornos de ansiedad y depresión son los adultos de entre 18 y 24 años

Según los datos de la AECC, los trastornos psicológicos son mayores durante el primer año tras el diagnóstico de la enfermedad o lo que es lo mismo: hay mayor preocupación entre las personas recién diagnosticadas o en tratamiento activo.
Cuanto más joven es el paciente, mayor es el malestar que presenta, apunta el estudio. Los más susceptibles de padecer trastornos de ansiedad y depresión son los adultos de entre 18 y 24 años, recién diagnosticados, en situación de desempleo o con ingresos inferiores a los 1.100 euros, y con dificultad para gestionar la información en el contexto de la covid-19.

Desconfianza en las instituciones

Un cuestionario psicosocial complementario ha permitido conocer las diferentes variables asociadas a dichos trastornos psicológicos, apuntan desde la asociación. Así, el empeoramiento de la situación económica de la unidad familiar como consecuencia del confinamiento se muestra como una de las principales causas relacionadas con ese malestar: un 27% de los encuestados (cuya situación económica no ha cambiado) sufren malestar significativo; frente a un 58,6% de aquellas familias cuya economía ha empeorado mucho.

A su vez, un 46% de las personas con cáncer cuyos ingresos netos mensuales son inferiores a 1.100 euros demuestran malestar psicológico moderado o severo, frente a sólo un 17,5% de aquellos con ingresos superiores a 3.900 euros.

El malestar psicológico es significativamente más elevado entre quienes muestran mayor desconfianza hacia las instituciones sanitarias y políticas.

Otros datos interesantes que refleja el estudio es que aproximadamente el 50% de los pacientes con cáncer que durante este tiempo no han sido capaces de desconectar de la actualidad informativa sobre la covid-19, sufren malestar psicológico que, es significativamente más elevado entre quienes muestran mayor desconfianza hacia las instituciones sanitarias y políticas.

El miedo al contagio (propio o de los seres queridos), prosigue la AECC,  y la preocupación específica por el coronavirus están relacionados de manera moderada con el malestar psicológico general, aunque en menor medida que otros factores.

Se han doblado las demandas de ayuda

Entre las grandes preocupaciones que traslada la entidad, tras recordar que, según los datos del Ministerio de Trabajo, la covid-19 destruyó más 816.000 empleos en sus dos primeros meses en España, está que el incremento de demandas de ayudas económicas de familias con cáncer a la propia asociación se ha duplicado con respecto al mismo período del año anterior. 

Según los datos publicados por la AECC el pasado 4 febrero, con motivo del Día Internacional contra el Cáncer y justo antes de que la pandemia del coronavirus estallara en nuestro país, en España se diagnostican cada año hasta 275.000 casos nuevos. Se estima que existen en nuestro país un millón y medio de personas afectadas por esta enfermedad. 

Para pagar todos los costes derivados del cáncer (bajas laborales, la pérdida de productividad, los gastos médicos...) haría falta todo el presupuesto de la Comunidad de Madrid: 19.300 millones de euros.

Para pagar todos los costes derivados del cáncer (bajas laborales, la pérdida de productividad, los gastos médicos...) haría falta todo el presupuesto de la Comunidad de Madrid, la tercera con más presupuesto en España: 19.300 millones de euros. Esta cifra equivale al 1,6% del PIB de nuestro país. Así se desprendía de un estudio elaborado por la consultora Oliver Wyman para la AECC.

Lo dramático de la cifra es que el 45% del coste lo asumen las familias, que tienen que hacer frente al impacto económico que suponen las bajas laborales, la incapacidad y el tener que cuidar a un familiar enfermo, además de los gastos médicos y los traslados sanitarios.

Que el Gobierno tenga en cuenta la especial vulnerabilidad

Por eso, la entidad ha hecho llegar su advertencia al Gobierno y a la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica. Pretende que se tenga en cuenta la "situación de la vulnerabilidad de esta población, se diseñen medidas ajustadas a sus necesidades y se proteja a las familias con cáncer".

La AECC ha hecho este llamamiento  en el marco de la European Week Against Cancer (EWAC), el movimiento europeo organizado e impulsado por la Association of Cancer Leagues (ECL), que se celebra durante la semana del 25 al 31 de mayo con el objetivo de sensibilizar sobre aspectos fundamentales del abordaje del cáncer como la prevención, la investigación o el acceso a tratamientos.

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