Faltan más estudios, advierten desde la Sociedad Española de Neurología (SEN), pero cada vez parece más evidente que la música tiene fines terapéuticos en la recuperación a largo plazo de los pacientes con ictus y demencias, sobre todo, pero también en el abordaje de la enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple o epilepsia.
La SEN habla de musicoterapia con motivo del Día Mundial que se conmemora el 1 de marzo. La sociedad explica que en las dos últimas décadas se han realizado numerosos estudios para evaluar los efectos de esta terapia en la neurorrehabilitación de diferentes enfermedades neurológicas.
Todavía, dicen, se necesita impulsar la investigación pero, por lo pronto, se han encontrado resultados positivos en la mejoría del rendimiento motor, el lenguaje, la cognición y el estado de ánimo de los pacientes neurológicos.
Una técnica complementaria
Aunque de momento no se conocen por completo los procesos neuroestructurales que se desencadenan cuando los pacientes escuchan música, señalan desde la sociedad, parece que su utilización mejora la activación neuronal, la neurorregulación, el aprendizaje o la neuroplasticidad.
“Parece claro es que es una técnica complementaria que motiva a los pacientes e implica a los familiares y cuidadores. Además es una terapia con un coste y una disponibilidad muy asequible”, destaca David Ezpeleta, secretario de la Junta Directiva de la SEN que, insiste, faltan más estudios para definir el tipo, la frecuencia y la intensidad óptimos para conseguir los mejores resultado.
La música como complemento
La sociedad cita estudios realizados en pacientes que han sufrido un ictus, que muestran que la música como terapia mejora la recuperación cognitiva y previene la depresión. Además, puede ser beneficiosa para mejorar la marcha, la motricidad y la función ejecutiva, añaden.
“La música nos puede llevar a momentos de nuestra vida buenos, emocionantes y tiene todo ese papel evocador. Lo veo como un complemento porque muchas veces la vida en hospitales no nos llena, sobre todo en pacientes terminales”, señala Elías Díaz-Albo, coordinador de la Unidad de Paliativos del madrileño Hospital Beata María Ana.
“La música es un valor universal, introducirla entre enfermos con patologías crónicas ayuda a llenar esos tiempos vacíos que se producen en un hospital”, dice el doctor Díaz-Albó
“La música es un valor universal, introducirla entre enfermos con patologías crónicas ayuda a llenar esos tiempos vacíos que se producen en un hospital”, añade Díaz-Albo desde un centro cuya Unidad de Daño Cerebral (UDC) ya figura como el servicio especializado con mayor dotación tecnológica para rehabilitación en España.
Mejora la agitación psicomotriz
En casos de pacientes con enfermedad de Alzheimer y con demencia vascular, las investigaciones parecen mostrar que, junto con la estimulación o el ejercicio físico, cantar o escuchar música, mejoran el rendimiento cognitivo. Además, la musicoterapia también parece ser efectiva para mejorar los síntomas neuropsiquiátricos (depresión, ansiedad y agitación psicomotriz) que tienen los enfermos.
En pacientes con esclerosis múltiple (incluso en las formas progresivas), la música puede ayudar a mejorar el equilibrio, la marcha o la fatiga
En la enfermedad de Parkinson, las investigaciones apuntan a utilizar este tipo de terapias pueden tener efectos positivos en la mejoría del rendimiento motor, marcha, equilibrio, movilidad global y cognición, aseguran desde la sociedad. Lo mismo en pacientes con esclerosis múltiple (incluso en las formas progresivas), en los que la música puede ayudar a mejorar el equilibrio, la marcha o la fatiga.
La SEN resalta que también se ha estudiado el efecto antiepiléptico de la música y cita un estudio realizando con niños y adultos que padecían la enfermedad y que mostró más de un 24% de reducción media de la actividad epiléptica en estos pacientes.