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La falta de fábricas de vacunas deja a España fuera de la alianza europea para hacerse con la de la covid-19

El tejido industrial farmacéutico español se ha centrado en la producción de genéricos o en el campo de la oncología, pero apenas hay fábricas especializadas en la producción de vacunas

El pasado miércoles, 3 de junio, el Gobierno holandés anunció a través de un comunicado la creación de una alianza de cuatro países europeos con el objetivo de impulsar el desarrollo y la fabricación masiva de una vacuna contra la covid-19. Esta alianza, que no depende de la Unión Europea, la conforman Francia, Italia, Alemania y Países Bajos. Tiene una meta muy clara: aumentar la capacidad de negociación con la industria farmacéutica para hacerse con una vacuna y, acto seguido, ser capaces de producirla en Europa lo antes posible.

La iniciativa, tal y como adelantó El Español este fin de semana, no incluye a España de primeras a pesar de ser junto a Italia uno de los países que más ha sufrido el impacto de la covid-19. ¿El motivo? Que nuestro país carece de las infraestructuras necesarias para poder fabricar la vacuna una vez desarrollada. 

Los países que forman parte de la alianza, bautizada como 'Alianza por una Vacuna Inclusiva' "tienen la intención de que la vacuna se fabrique en Europa si es posible". De esta manera, según explica el Gobierno holandés en su comunicado, creen que "una estrategia conjunta e inversiones comunes pueden resultar cruciales para tener éxito en este aspecto". En el texto también especifican que la alianza incluye la posibilidad de que cualquier miembro de la Unión Europea pueda participar "en iniciativas que resulten de esta alianza", por lo que abre la puerta a la incorporación de otros países.

Falta de tejido industrial para vacunas 

Desde hace años, el tejido industrial farmacéutico español se ha centrado en la producción de genéricos o en el campo de la oncología, pero apenas hay fábricas especializadas en la producción de vacunas dentro del territorio español. Las más importantes, de hecho, están especializadas en vacunas veterinarias, como es el caso de la planta de Salamanca del gigante farmacéutico norteamericano MSD. 

Estas plantas podrían utilizarse en caso necesario como fábricas de una vacuna contra la covid-19, ya que sólo necesitarían la homologación por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), organismo dependiente del Ministerio de Sanidad. No obstante, la distancia entre la capacidad de producción española y la de países como Alemania, por ejemplo, todavía es muy grande. 

Lo cierto es que los cuatro países que han optado por formar parte de la alianza cuentan con una industria farmacéutica notable. Por un lado está Francia, hogar de varias plantas de fabricación de vacunas de Sanofi, uno de los gigantes del sector a nivel internacional. De hecho, el Gobierno francés está colaborando activamente con la compañía para intentar lograr una vacuna lo antes posible. 

Dentro del grupo, Alemania es probablemente uno de los países cuya industria farmacéutica es más potente. De hecho, cuentan con una vacuna bastante avanzada en desarrollo, de la mano de la compañía alemana CureVac, que en su momento intentó comprar el Gobierno norteamericano en exclusiva. Más allá de eso, tienen varias empresas nacionales y también cuentan con varias plantas de fabricación de vacunas de gigantes extranjeros, como es el caso de la británica GSK. 

Italia y Países Bajos tienen una situación parecida. En su mayoría las plantas de fabricación de vacunas son de gigantes farmacéuticos extranjeros, pero cuentan con varias y de gran tamaño. En el caso italiano se concentran ante todo en la zona de Milán, cuyas afueras son un foco de la industria farmacéutica italiana. En Países Bajos, por su parte, cuentan por ejemplo con varias instalaciones especializadas en vacunas de Janssen -la filial farmacéutica de Johnson & Johnson- además de varias empresas nacionales.

Siguiendo los pasos a EEUU

Esta decisión se produce poco después de que se haya dado a conocer que la Unión Europea esté planeando destinar un total de 2.400 millones de euros a este mismo objetivo. Las dos propuestas surgen como respuesta a la estrategia que está llevando a cabo Estados Unidos, que ha lanzado la bautizada como Operation Warpspeed para alcanzar tratos millonarios con farmacéuticas que crea que pueden ser las que desarrollen con éxito la vacuna contra la covid-19.

Dentro de ese marco, ha invertido más de mil millones de dólares para garantizar su acceso a millones de dosis de la vacuna en la que está trabajando la farmacéutica británica AstraZeneca junto a la Universidad de Oxford. El Gobierno británico también tiene garantizadas al menos cien millones de dosis, al igual que CEPI, una alianza de vacunas para destinarlas a países con pocos recursos. La Unión Europea, no obstante, tendrá que llegar a un acuerdo con esta compañía por sus propios medios, justo para lo que está diseñada la alianza recién anunciada por el Ejecutivo holandés.

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