Psiquiatras y psicólogos llevan semanas advirtiendo sobre las demoledoras consecuencias del coronavirus. Ansiedad, depresión, angustia, insomnio...son algunas de las manifestaciones que llevan días viendo en consulta. Ahora es la Organización Mundial de la Salud (OMS) la que ha alertado sobre "un aumento a largo plazo del número y la severidad de los problemas de salud mental" en todo el mundo por el "sufrimiento inmenso de cientos de millones de personas". El mundo, aseguran los psicólogos, no solo va a tener que lidiar con la pandemia vírica. También deberá hacerlo con la emocional.
"La situación actual, con aislamiento, miedo, incertidumbre y crisis económica, puede causar trastornos psicológicos". Son palabras de Dévora Kestel, directora del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS que el jueves instó a los países a estudiar las necesidades de todos los sectores y garantizar que el apoyo psicológico está disponible como parte de los servicios esenciales. Sanitarios y personal de primera respuesta son los grupos de mayor riesgo, según Kestel.
"Las consecuencias y secuelas psicológicas que dejará la covid-19 son incalculables, el virus apela directamente a lo más valioso para nuestra sociedad; la salud, la economía y el tiempo" señala a Vozpópuli Mireia Cañeque, licenciada en Psicología Clínica y Social y cofundadora, junto a Alex López-Rodó, de PsicoLink, una plataforma digital que une a clientes y psicólogos cuando se le pide una valoración de la advertencia de la OMS.
Miedo a la nueva vida
"Desde que se decretó el estado de alarma hemos recibido un aluvión de demandas relacionadas con la covid-19", detalla Cañeque. Hasta un 70 %. Destaca las relacionadas con problemas familiares, de pareja, ataques de angustia y pérdida de un ser querido.
Incertidumbre por los cambios de fase
Mireia Cañeque alude también a la incertidumbre de los cambios de fase en la 'desescalada'. "Conocemos las medidas y fases, pero desconocemos las consecuencias. "Reina la incertidumbre y con ello las preocupaciones, los pensamientos rumiativos, la ansiedad, la depresión, la hipocondría, la pena, la culpa, la impotencia y la resignación...", enumera la psicóloga.
Destaca también el duelo de toda una sociedad por la situación vivida."Duelo por no poder estar ni despedir a los que más queremos, duelo por las rupturas víctimas de esta situación, duelo por los despidos y por todo. Por la vida que muchos dejan atrás", describe.
Cañeque explica que la llegada del coronavirus a nuestras vidas "ha potenciado el malestar psicológico a personas con un mayor nivel de vulnerabilidad, como las que ya parten de una situación previa de contacto con la salud mental", pero a ellos se suman personas que, tras pasar por esta situación, padecerán estrés post traumático, depresión, ansiedad, ataques de pánico, rupturas, angustia, miedo y conflictos relacionales, entre otros.
La sanidad pública, desbordada
También quienes están en “primera fila” merecen una atención especial, subraya. "Este colectivo ya es el más afectado por el virus, y muy a nuestro pesar, se prevé que también serán quienes sufran el mayor impacto en su salud mental indica en alusión a los sanitarios.
Cañeque augura que presentarán secuelas a largo plazo, y sintomatología relacionada con EPT (estrés post traumático) agudizado "por la preocupación al pensar que tienen mayor probabilidad de estar contagiados y por lo tanto propagar el virus a otros. O pensar que, con su ausencia, su ámbito laboral no cuenta con suficiente personal y causar un trabajo extra para sus colegas".
El problema es que muchas personas que precisan de un acompañamiento psicológico no pueden permitírselo: la sanidad pública sigue desbordada", dice Mireia Cañeque
El impacto del confinamiento en las mujeres
Analizar los efectos del confinamiento en la salud mental y cerebral, así como otros factores que mitigan o agravan su impacto, es precisamente el objeto de un estudio que acaba de poner en marcha el Barcelona βeta Brain Research Center (BBRC), el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall. Pretende evaluar cuatro grandes hipótesis sobre los efectos del confinamiento durante la pandemia de la covid-19.
El trabajo, impulsado por la Fundación ”la Caixa”, se ha diseñado para evaluar cuatro grandes hipótesis sobre los efectos del aislamiento social durante la pandemia de la covid-19 en otros tantos ámbitos: la salud mental, el estilo y la calidad de vida, la salud cerebral, y el impacto sobre las mujeres, especialmente las cuidadoras.
Se prevé que la larga reclusión se asociará con cambios en los estilos (sueño o ejercicio) y la calidad de vida, así como en el consumo o uso de drogas psicotrópicas
Se considera que el confinamiento tendrá un impacto psicológico, incluyendo el aumento de sentimientos de ansiedad y depresión, y se asociará con irritabilidad, frustración y preocupaciones. También se augura que la larga reclusión se asociará con cambios en los patrones de estilo de vida (el sueño o el ejercicio) y la calidad de vida, así como con los cambios en el consumo o uso de drogas psicotrópicas (café, alcohol o nicotina).
En salud cerebral, las variables relacionadas con el confinamiento, como podría ser el estrés crónico, se han relacionado con un mayor riesgo de padecer Alzheimer y también se plantea una cuarta hipótesis del impacto del confinamiento en las mujeres y las cuidadoras.
El aislamiento social perjudica la salud mental
El estudio contará con la participación de más de 2.500 personas cognitivamente sanas, de entre 45 y 75 años y, en la mayoría de los casos, familiares de personas con Alzheimer. Prestará especial atención a los cambios cerebrales relacionados con esta enfermedad y al impacto del confinamiento en los participantes que están cuidando de una persona con dependencia o necesidades especiales, incluyendo los que tienen demencia.
"Hay precedentes de este tipo de medidas de aislamiento social que demuestran que la cuarentena y el confinamiento pueden crear efectos perjudiciales para la salud mental. Analizar el impacto de este tipo de medidas, así como otros factores que puedan mitigar o exacerbar su impacto en la salud mental, son fundamentales para impulsar medidas de salud pública”, según Eider Arenaza-Urquijo, investigadora principal del estudio.
En la investigación, los participantes deberán responder una serie de cuestionarios online en dos periodos diferentes: durante el confinamiento, y unos 18-24 meses después. Quieren evaluar los resultados relacionados con la ansiedad, la depresión y un posible estrés postraumático.
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