Sanitatem

La contaminación del tráfico puede aumentar la presión arterial

Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha constatado que la contaminación atmosférica derivada del tráfico está asociada a niveles altos de presión arterial.

Una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha constatado que la contaminación atmosférica derivada del tráfico está asociada a niveles altos de presión arterial. El trabajo, publicado en la revista 'Journal of Hypertension', se ha centrado en la concentración media diaria de partículas ultrafinas de Barcelona y su impacto en más de 500 pacientes, ha informado el CSIC este miércoles en un comunicado.

Los investigadores han observado que un incremento de la concentración diaria de contaminación atmosférica por material particulado ultrafino --diámetro inferior a 100 nanómetros-- está asociada a un "aumento significativo" de la presión arterial, medida a través del monitoreo ambulatorio mediante un dispositivo portátil durante 24 horas.

El investigador del CSIC Aurelio Tobías ha resaltado que las partículas ultrafinas, cuya principal fuente de emisión en áreas urbanas es el tráfico, son un factor de riesgo cardiovascular y en el control de la presión arterial: "Un incremento de 10.000 nanómetros de partículas ultrafinas está asociado con aproximadamente un aumento de 3 milímetros de mercurio de los niveles de presión arterial diastólica".

Puede provocar enfermedades cardiovasculares 

Tobías ha recordado que la presión arterial es uno de los factores de riesgo más importantes de las enfermedades cardiovasculares, y que un incremento significativo de ésta "puede conllevar riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, un ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal o muerte prematura".

El estudio también señala que la contaminación atmosférica también aumenta los síntomas respiratorios, y los investigadores han señalado que las medidas puestas en marcha para reducir el tráfico en las grandes ciudades son insuficientes. En la investigación se han empleado datos del registro Cardiorisc correspondientes a 521 pacientes en la ciudad de Barcelona entre 2009 y 2014.

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