La campaña de vacunación no va a poder evadirse de la irrupción de las nuevas cepas de coronavirus. Su presencia y propagación preocupa cada vez más a los epidemiólogos. Tal es así, que el el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), la institución de referencia epidemiológica del continente, ya hace previsiones donde se muestra el impacto de las nuevas cepas en la vacunación. Goza de más vigencia que nunca la necesidad de que el suministro de vacunas se realice a tiempo, ya que un retraso podría aumentar hasta el 30 por ciento el número de muertes a causa de las nuevas variantes.
El último informe del ECDC que lleva por título 'Respuesta Covid-19 integrada en el era de la vacunación' así lo indica. Incluso manteniendo medidas restrictivas en el ámbito social hasta el 1 de mayo, un retraso en las vacunas del 25 por ciento de las dosis en un mes y de otro 25 por ciento en dos meses llevaría a un "30 por ciento más de muertes".
"Si las dosis se retrasan debido al suministro, la adquisición, la distribución o problemas administrativos, las intervenciones no farmacéuticas deberán mantenerse durante más tiempo para mitigar el impacto de las nuevas cepas más transmisibles", advierte el informe.
Como se observa en el gráfico, la relajación de medidas el 1 de marzo, unido a problemas en el suministro provocaría todavía más muertes. También se percibe la preocupación de los epidemiólogos europeos ante las nuevas cepas ya que prevén una cuarta ola incluso si el ritmo de vacunación es bueno y las medidas de contención se extienden al 1 de mayo.
"Para evitar un aumento de la mortalidad por covid-19 en el primer semestre de 2021, será necesario utilizar ambos modos de respuesta: reducción de contactos sociales y reducción de susceptibilidad mediante vacunación", apuntan los expertos, que insisten en la necesidad de dar prioridad a los grupos con mayor riesgo de enfermedad grave y muerte.
"Durante al menos varios meses más, será necesario mantener restricciones sociales estrictas para evitar una mayor transmisión, hospitalización y muerte. Los retrasos en la obtención, distribución y administración de vacunas significarán que estas medidas deberán mantenerse durante más tiempo", prosigue el informe.
En contra de alargar la primera dosis
Como ya adelantó este diario, los problemas de suministro de dosis y la mala organización de la vacunación llevó a algunas comunidades autónomas a optar por alargar la primera más allá de lo indicado por el fabricante. El ECDC se opone a esta práctica en el informe ya que considera que puede resultar en problemas de seguimiento farmacológico.
"En el escenario de suministro limitado de vacunas, algunos Estados miembros están considerando vacunar a un mayor número de personas con una dosis de vacuna y retrasar la segunda dosis. Esto puede tener un impacto negativo en la cobertura de vacunación si los intervalos más largos conducen a una pérdida de seguimiento, donde las personas no regresan para una segunda dosis", sentencian.
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