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Sarampión: los expertos advierten de los peligros de no vacunar

Al margen del contagio, que suele ser muy virulento, el principal peligro de no vacunar contra el sarampión se puede traducir en hepatitis, apendincitis y meningitis viral, entre otras enfermedades. Así lo aseguran investigadores de Malta en BMJ

Las complicaciones del sarampión pueden ser muchas y variadas, y más graves de lo que comúnmente se piensa, advierte un equipo de clínicos del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Mater Dei, de Malta y tal y como ha recogido este lunes Biotech Magazine & News. 

Los doctores Thelma Xerri, Nicola Darmanin, Maria Alessandra Zammit y Claudia Fsadni, son los autores del estudio que se ha publicado en BMJ Case Reports, después de tratar a un grupo de adultos con esta infección.

El sarampión es una infección viral respiratoria altamente contagiosa, cuyos síntomas incluyen fiebre, tos, conjuntivitis y una erupción cutánea extensa en todo el cuerpo. Pero, como recuerdan estos investigadores, es completamente prevenible ya que la vacuna utilizada para inmunizar contra él es segura y efectiva.

No obstante, en las últimas décadas, los temores infundados sobre la vacuna la han llevado a resurgir como un flagelo de salud en todo el mundo, con un número creciente de casos en adolescentes y adultos, señalan los autores de este trabajo.

Complicaciones adicionales

En 2017, el número total de muertes en todo el mundo por el virus del sarampión fue de 110.000, aproximadamente. La mayoría en niños de corta edad.

Los autores del estudio trataron a tres personas con sarampión que tuvieron complicaciones adicionales como resultado directo de su infección. El primer caso fue un joven, que solo había recibido la primera de dos dosis de la vacuna contra el sarampión cuando era niño. También fue diagnosticado con hepatitis.

El segundo lo protagonizó una mujer joven que desarrolló apendicitis asociada con sarampión. En el tercer caso, un hombre de mediana edad se quejó de visión borrosa y dolor de cabeza intenso. Fue diagnosticado con meningitis viral, causada por su infección de sarampión.

Los tres pacientes se recuperaron completamente después de un tratamiento y atención adecuados, y ninguna tuvo problemas de salud como resultado de su enfermedad.

El virus del sarampión afecta al sistema inmune

Investigadores y clínicos saben desde hace mucho tiempo que el virus del sarampión afecta al sistema inmunitario de la persona que infecta, y se asocia con complicaciones en diversos órganos del cuerpo. Entre ellas, neumonía, convulsiones febriles y encefalomielitis (inflamación del cerebro y la médula espinal).

Otra posible complicación del sarampión es el SSPE (panencefalitis esclerosante subaguda), un trastorno neurológico progresivo que causa daño permanente al sistema nervioso y conduce a un estado vegetativo.

Actualmente, se están produciendo grandes brotes con muertes en países europeos que previamente habían eliminado o interrumpido la transmisión endémica, describen los autores del estudio. Solo en los primeros seis meses de 2019, se reportaron 10.000 casos de sarampión en Europa.

Estos científicos atribuyen el aumento de nuevos casos a la publicidad negativa que surgió a principios de este siglo, vinculando la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR) con el autismo.

Son muchos los estudios científicos que demuestran lo contrario y determinada revista con peer review se tuvo que desdecir al publicar un trabajo, con datos falseados, de un médico.

Enfermedad altamente contagiosa

Ante esta situación, estos clínicos de Malta insisten en que se necesitan esfuerzos urgentes para garantizar la cobertura global con las vacunas contra el sarampión de dos dosis, “a través de la educación y el fortalecimiento de los sistemas nacionales de inmunización”, afirman.

El sarampión es una enfermedad altamente contagiosa causada por un virus que se reproduce en la nariz y en la garganta de un niño o adulto infectado. Está demostrado que cuando una persona con sarampión tose, estornuda o habla, las gotas infectadas se expulsan al aire, donde otras personas pueden inhalarlas.

Las gotas infectadas también pueden depositarse sobre una superficie, donde permanecen activas y contagiosas durante varias horas. Si se toca la boca o la nariz con los dedos o se refriega los ojos después de tocar una superficie infectada, puede contraer el virus. Según Mayo Clinic, alrededor del 90% de las personas propensas que se exponen a una persona que tiene el virus, puede infectarse.

 

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