Uno de cada tres test rápidos de anticuerpos puede fallar en su diagnóstico, de acuerdo con un trabajo publicado recientemente en la revista The British Medical Journal, que ha revisado más de 40 estudios previos y en el que sus investigadores recomiendan empedernidamente que no se utilicen como método de diagnóstico ni para medir el nivel de inmunidad de la población.
Según establecen en el trabajo, han encontrado "graves debilidades" sobre la fiabilidad de este tipo de pruebas, por lo que establecen que las evidencias "no respaldan" el uso de este tipo de pruebas, cuyos resultados se establecen sin pasar por un laboratorio.
De acuerdo con los resultados de su informe, en el que han analizando más de 40 estudios donde se analiza la sensibilidad de estas pruebas entre el 1 de enero y el 30 de abril, los test rápidos sólo aciertan de media un 66% de las veces. Al analizar marcas determinadas, el porcentaje baja hasta un 49%.
En ese sentido, ponen un ejemplo: si en un colectivo de 1.000 personas unas 100 tuvieran el virus, al usar estas pruebas en torno a 34 casos positivos pasarían por alto, es decir, serían falsos negativos. Por otro lado, al menos 31 personas serían falsos positivos, lo que les podría hacer pensar que son inmunes al virus cuando no es así, con el riesgo que eso implica.
Si bien han revisado varios tipos de test, se centran especialmente en los denominados como Lateral Flow Assay (LFA, por sus siglas en inglés), los test rápidos por excelencia. Son los aquellos que identifican el coronavirus a través de una muestra de sangre que se obtiene con un pinchazo en el dedo.
¿Cómo falla un test rápido?
Hay dos maneras en las que un test rápido de anticuerpos puede dar un resultado erróneo. Por un lado, podría determinar que la muestra de sangre de una persona contiene anticuerpos cuando no es así, lo que se considera un falso positivo. Por otro lado, podría determinar que no hay anticuerpos cuando sí los hay, lo que se considera un falso negativo.
Estas pruebas cuentan con dos cualidades fundamentales para poder detectar de manera eficiente los anticuerpos de una persona: la especificidad y la sensibilidad. Cuando la sensibilidad es la encargada de determinar cuando un caso es positivo, mientras que la especificidad mide cuando es negativo. Si cualquiera de estos dos medidores está por debajo de un 90%, por ejemplo, tiende a dar falsos positivos o falsos negativos, en función.
En el informe, los investigadores determinaron que la sensibilidad de los test de anticuerpos analizados varía de hasta un 60% hasta un 97%. Por otro lado, también han analizado las pruebas que se realizan a través de un laboratorio, como los test ELISA. De acuerdo con sus conclusiones, aciertan entre un 84% y un 97% de las veces, por lo que sus autores recomiendan mucho más su uso en vez de un test rápido.
En España se siguen usando
El hecho de que los test rápidos no son del todo fiables es un dato bastante conocido entre la población española, sobre todo a raíz de la compra de un lote defectuoso a un proveedor chino al principio de la pandemia, lo que provocó un escándalo en el Ministerio de Sanidad. No obstante, se trata del primer estudio en el que se revisan tantas pruebas diferentes a nivel internacional, lo que da una idea de hasta qué punto pueden fallar estas pruebas, incluso si no son defectuosas.
Por otro lado, el fin del estado de alarma está provocando un 'boom' en la demanda de las clínicas privadas, ya que son muchas las personas que optan por hacerse una prueba antes de visitar a sus familiares este verano. Los test rápidos, al ser más baratos que un test PCR o una prueba ELISA, siguen siendo una de las opciones más demandadas.
Sanidad recomienda no hacerlas en las empresas
De hecho, hace dos días el propio Ministerio de Sanidad actualizó su protocolo de instrucciones de cara a la gestión de las nuevas medidas de seguridad por parte de las empresas. En este nuevo protocolo, el Gobierno pide que se prioricen las pruebas PCR a todo caso sospechoso de infección en las primeras 24 horas frente a los test rápidos.
Es una recomendación que se basa en las ya emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha pedido en varias ocasiones que se priorice el uso de pruebas moleculares, como las PCR, ya que no considera que las técnicas de detección rápida de antígenos o anticuerpos no las considera adecuadas para el diagnóstico de infección aguda.
En cuanto a las pruebas de detección de anticuerpos, Sanidad recuerda que proporcionan información de la fase de recuperación, cuando muchas de las oportunidades de intervención clínica o interrupción de la transmisión ya han pasado. Además de los falsos positivos que pueden aparecer, dice que no hay evidencia de que puedan predecir si una persona es inmune a la reinfección.
"Estas observaciones indican importantes debilidades en la evidencia en las pruebas serológicas de covid-19, particularmente aquellas que se comercializan como pruebas de punto de atención", escriben los autores. "Si bien la comunidad científica debe ser elogiada por el ritmo al que se han desarrollado nuevas pruebas serológicas, esta revisión subraya la necesidad de estudios clínicos de alta calidad para evaluar estas herramientas --alertan--. Con la colaboración internacional, tales estudios podrían realizarse rápidamente".
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación