El Hospital de Emergencia Covid-19 de Sevilla, inaugurado hace apenas una semana y adscrito al Hospital Virgen del Rocío, ya acoge a sus primeros pacientes con coronavirus. En concreto, a una treintena de enfermos en planta y cinco en la Unidad de Cuidados Intensivos. Detrás de los datos de asistencia, la historia de un centro sanitario -el antiguo Hospital Militar Vigil de Quiñones- que ha vuelto a la vida en plena tercera ola de la pandemia y tras quince años de abandono.
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el vicepresidente, Juan Marín, inauguraban el pasado lunes un centro que durante años ha estado sumido en el olvido. "No es un hospital de campaña, ni un hospital provisional. Es un hospital-hospital, que abre en una primera fase para luchar contra la pandemia y que se quedará para el futuro" indicaba en el acto el mandatario andaluz.
El Hospital de Emergencias Covid-19 se suma así a la apertura de otros centros sanitarios concebidos para hacer frente a la pandemia y a futuras crisis sanitarias. Es el caso del Enfermera Isabel Zendal de Madrid, el primero en inaugurarse, o los cinco espacios polivalentes que han comenzado a abrirse en Cataluña y, también, como en Andalucía, dependientes de otros grandes centros de la comunidad.
Abierto en una primera fase
El nuevo hospital sevillano, presume la Junta, se ha reabierto en tiempo récord –las obras comenzaron el pasado mes de agosto– en una primera fase para luchar contra la pandemia. Actualmente cuenta con siete de las trece plantas de las que dispone -lo que significa en torno a un 50% del edificio-, que albergarán 144 camas para hospitalización y 25 camas para la Unidad de Cuidados Intensivos.
Dispondrá de las 144 camas distribuidas en tres plantas, 25 camas UCI y una planta de Rayos, TAC y Ecografía para diagnóstico por imagen. Además, en esta primera fase, cuenta con 282 profesionales. Algunos son extrabajadores o médicos formados en este mismo hospital. Ha contado con una inversión de 34,5 millones de euros, de los que 15,6 millones se han destinado a obras; 6,4 a equipamiento y 12,5 a personal.
Desde el Virgen del Rocío informan a Vozpópuli que, apenas una semana después de su apertura, el centro ya acoge a 33 pacientes en planta y 5 en cuidados intensivos. Los primeros llegaron derivados de este gran hospital hispalense y, también, del Hospital de Valme. El centro se convierte así en un respiro para una provincia donde los contagios no cesan: con datos del viernes superaban los 1.200 nuevos casos respecto a una jornada anterior.
Según datos facilitados ese día por la Consejería de Salud y Familias había 4.742 pacientes confirmados con covid-19 ingresados en los hospitales andaluces, de los que 717 estaban en UCI. Por provincias: en Almería eran 450 hospitalizaciones (93 en UCI); Cádiz, 877 hospitalizaciones (112 en UCI); Córdoba, 415 ingresos (73 en UCI), Granada, 643 (118 en UCI); Huelva, 306 hospitalizaciones (32 en UCI); Jaén, 338 ingresados (44 en UCI); Málaga, 935 hospitalizaciones (123 en UCI) y Sevilla tenía a esa fecha 778 hospitalizaciones (122 en UCI).
Unas instalaciones abandonadas
En la puesta en funcionamiento del antiguo hospital, el presidente andaluz anunció la licitación inmediata de las obras para recuperar el cien por cien del centro a lo largo de la actual legislatura con una inversión de 40 millones de euros. Así, subrayó se recupera para Sevilla, unas instalaciones que estaban sumidas en el abandono.
La historia del antiguo Hospital Militar se remonta al 24 de julio de 2003. Después de tres años de pleito, el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo; el presidente de la Junta, Manuel Chaves, y el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, firmaron un acuerdo para entregar el que era uno de los hospitales de referencia de las Fuerzas Armadas, recuerdan desde la Junta de Andalucía.
En 2005 el Ejecutivo autonómico de entonces decidió cerrarlo. Entonces, según subrayó el actual presidente andaluz en la apertura del centro, "llegó el olvido, el vandalismo, el abandono y el desmantelamiento". En seis meses, destacó, lo que era "una escombrera" es la primera fase de un "hospital avanzado".
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