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Arranca la huelga de los MIR en Madrid: "Es una pena tener que llegar a esta situación"

Defienden que pelean ante la precariedad laboral de un colectivo que considera que se les ha "maltratado" durante años, especialmente durante la pandemia 

Los 5.000 médicos residentes de Madrid se sienten "fuertes y unidos" ante la convocatoria de huelga indefinida que inician este lunes. También, satisfechos por los apoyos que están recibiendo. Aseguran que "es una pena tener que llegar a esta situación", pero insisten en que no han tenido otra salida "ante el maltrato por parte de la Administración" que, aseguran, se ha acentuado con la crisis del coronavirus. Insisten en que el paro se produce por las "continuas vulneraciones de los derechos básicos del personal residente". 

El Comité de Huelga de Residentes de la Comunidad de Madrid, que incluye a MIR representantes de los hospitales públicos de la sanidad regional, inicia este lunes un paro indefinido que, el mismo día, irá acompañado de diferentes actos reivindicativos, según informan desde la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts), que forma parte del Comité en un 75% de los puestos.

El primer acto será una concentración a las ocho de la mañana ante todos los hospitales públicos del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS). También, apuntan, ante la Fundación Jiménez Díaz, que se suma a la huelga como señal de solidaridad.

Este mismo 13 de julio, los residentes comenzarán a las diez de la mañana una manifestación que arrancará en la calle Sagasta, donde está ubicada la Dirección General de Recursos Humanos de la Consejería de Sanidad, y finalizará ante el departamento que dirige Enrique Ruiz Escudero. 

Servicios mínimos "abusivos"

El pasado miércoles, se celebraba una reunión entre Sanidad y representantes del Comité de Huelga MIR y de Amyts. De esa reunión, según el sindicato médico, salió la decisión de que la asesoría jurídica de la organización sindical emprenderá "las acciones judiciales necesarias contra los servicios mínimos "abusivos, históricos y unilaterales" que, critican, la Consejería ha impuesto a los residentes.

Según la Orden 769/2020, de 8 de julio, del Consejero de Sanidad, los servicios mínimos afectarán al 100 por 100 de los residentes que tengan programada jornada complementaria (guardias) en el ámbito de atención hospitalaria, incluidos los residentes de la especialidad de medicina familiar y comunitaria que tienen programada guardia en los centros hospitalarios.

Se establece, asimismo, designar servicios mínimos en el ámbito de atención hospitalaria "durante la jornada ordinaria de los lunes, a los mismos residentes que tengan programada jornada complementaria (guardias) ese mismo lunes y, en el ámbito de Atención Primaria, en los centros en los que coincidan hasta tres residentes, uno residente en servicios mínimos por turno. En los que coincidan hasta cuatro residentes o más, dos en mínimos por turno.

Un conflicto enquistado

Residentes que, según explica a Vozpópuli Sheila Justo, portavoz de Amyts llevan años sintiéndose "maltratados" por parte de la Administración lo que les ha llevado a un conflicto que, asegura, Sanidad no ha mostrado disposición de resolver. El 22 de mayo, el Comité de Empresa MIR remitió a la Consejería un convenio MIR "histórico y que sirve de vehículo para solucionar gran parte de los problemas del colectivo", indican desde el sindicato. Sin respuesta por parte de las autoridades sanitarias madrileñas, añaden.

"Son peticiones algunas tan básicas como que haya lugares de descanso dignos o tener una cama por residente. Es totalmente inaudito que en esta crisis se haya mantenido el que se comparta camas entre turnos. Está claro que la distancia social y la protección, eran algo básico. Entre los profesionales ha habido tal cantidad de contagios que, de hecho, ni siquiera hemos tenido capacidad para poder descansar en diferentes sábanas. No estábamos protegidos adecuadamente en la práctica clínica", indica Justo.

La portavoz de Amyts se refiere a una de las quejas que los residentes han manifestado de forma reiterada durante los últimos meses en los que, defienden, han estado en "primera línea" combatiendo la pandemia. En muchas ocasiones, denuncian, han tenido que compartir dormitorios diminutos en literas de hasta seis personas, usando la misma ropa de cama con la que otro residente había dormido previamente.

Amyts alude también a la ausencia de libranza tras guardias de 24 horas (forzando al residente a trabajar hasta 35 o más horas seguidas, aseguran) o pedir a los residentes que se financien de su bolsillo cursos o másteres obligatorios, comidas o transporte en guardias alejadas de su centro de formación -sin tener en cuenta sus limitaciones económicas- o disponer de ellos a su antojo para "cubrir bajas justificadas de otros residentes obligándoles a abandonar un puesto de guardia diferente o a acudir al centro mientras disfrutaba de su tiempo libre".

Ratio de residentes por adjunto

"Entendemos que es básico que el médico en formación tenga a su disposición un personal y una plantilla estructural capaz de poder absorber toda la formación y que ellos no se sientan solos; tener una ratio de residentes por adjunto (cuatro residentes, de los cuales, solo uno podrá ser de primer año); días de formación y algunas cuestiones retributivas que están a su alcance" indica Sheila Justo en cuanto a la capacidad de maniobra de la Consejería de Sanidad.

Otra cosa, añade, es que esa "capacidad negociadora fuera de lo que es un conflicto, sea muy dudosa. Ya tenemos experiencia en ello después de ver la línea temporal de acciones para la convocatoria de la huelga: se han enviado hasta más de 30 escritos; se ha mandado al consejero de Sanidad mensaje hasta en seis ocasiones para que hablara con el personal laboral en formación y entendemos que ya no había otra opción. Ahora ya esperemos que tengan capacidad de negociar porque si no difícilmente los residentes saldrán del conflicto", continúa Sheila Justo.

La llegada de la epidemia del coronavirus, prosiguen los MIR de Madrid, evidenció su "abandono" por parte de las autoridades sanitarias. Así, en la pandemia se les pidió que realizaran funciones que, aseguran, sobrepasaban ampliamente su nivel formativo y sus competencias.

Critican, además, la falta de equipos de protección adecuados o de test de cribado; las "pésimas condiciones" de los escasos contratos generados para los residentes que han finalizado en mayo su último año o los contratos de médicos titulados recién salidos de la carrera sin especialidad como personal laboral en lugar de movilizar residentes inactivos durante la pandemia.

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