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Piel con piel y lactancia: la odisea de los médicos para no separar a los recién nacidos de sus madres con covid

Un registro de la Sociedad Española de Neonatología documenta más de 1.100 casos de bebés nacidos de mujeres infectadas; entre las conclusiones, que la tasa de prematuridad fue especialmente alta

La Sociedad Española de Neonatología (SENEO) ha documentado más de 1.100 casos de recién nacidos hijos de madres enfermas de coronavirus durante el embarazo o en el parto, el mayor registro de sus características, en el que colaboran más de un centenar de hospitales españoles, públicos y privados. Tras los datos, los médicos relatan la odisea que supuso, al inicio de la pandemia, consensuar recomendaciones sobre cómo actuar tras los partos. En más del 60% de los casos se consiguió no separar a los bebés de sus madres. "Fueron unos meses muy complicados, especialmente en las zonas donde golpeó con más dureza", aseguran. 

La SENEO quería conocer el efecto de la pandemia en los recién nacidos, hijos de madres enfermas de coronavirus durante el embarazo o en el parto y también en aquellos bebés que se infectaron después de nacer. De hecho, ha sido uno de los temas centrales en la V Jornada Nacional de Neonatología celebrada este 2020. 

En colaboración con más de un centenar de hospitales españoles, los neonatólogos llevan meses trabajando en un registro de casos de bebés nacidos de madres covid que ya arroja unas primeras conclusiones: "los bebés no han padecido una enfermedad clínica sugestiva de infección por coronavirus y la evolución ha sido favorable salvo por los problemas relacionados por su prematuridad". 

En algunos casos, la separación de la madre de su hijo ha sido necesaria por la imposibilidad estructural de mantener a ambos aislados en habitaciones individuales, pero estos casos, asegura la sociedad, han sido poco frecuentes

Más del 60% de bebés junto a sus madres

Desde SENEO se precian de que es "probablemente el mayor registro de estas características y los primeros datos han sido ya aceptados para su publicación científica en revistas de alto prestigio". Los datos indican que, en más del 60% de los casos se ha mantenido la no separación de la madre de su bebé, el contacto piel con piel al nacer y la lactancia materna.

Cuando esto no ha sido posible, los motivos han sido la gravedad de la enfermedad de la madre o la necesidad de hospitalizar al recién nacido, generalmente por prematuridad, ya que la tasa de prematuridad ha sido especialmente elevada (15,7%) frente a la habitual del 6,5%, indican. También se han registrado 48 recién nacidos que se han infectado, o bien en la comunidad -tras el alta hospitalaria- o durante su hospitalización. En todos los casos la enfermedad ha sido leve, el tratamiento sintomático y la evolución favorable.

"La tasa de prematuridad fue especialmente alta en los primeros meses de la pandemia", según la doctora Belén Colomer

"La tasa de prematuridad fue especialmente alta en los primeros meses de la pandemia que fue cuando se presentaron los casos más graves en embarazadas y no se recogían los casos asintomáticos. Por ello, antes de hablar de causalidad consideramos que hay que recoger más datos y durante más tiempo para ver si realmente hay una relación entre infección por covid en la gestante y prematuridad", explica a Vozpópuli la doctora Belén Colomer, coordinadora de la comisión de infecciones de la SENEO. 

El registro de SENEO comenzó la recogida de datos el 3 de abril y colaboran mas de cien hospitales de todas las comunidades autónomas. Los que han aportado más casos han sido hospitales de Madrid, seguido de Cataluña, Castilla y León y Castilla-La Mancha. "Todos los grandes hospitales de nuestro país, tanto públicos como privados, han enviado casos", señala la especialista. 

La incertidumbre del inicio de la pandemia

Cuando estalló la pandemia, la junta directiva de la asociación se dio cuenta de que no existían datos fiables sobre el impacto de la infección por SARS-CoV2 en los recién nacidos. Los que llegaban entonces de China "eran muy preocupantes". Los expertos asiáticos recomendaban la separación inmediata tras el parto de los recién nacidos hijos de madres positivas, evitar la lactancia materna y en algunos casos mantenerlos separados hasta la negativización de la infección de la madre. 

Desde China recomendaban la separación total de madre e hijo y la retirada de la lactancia materna, hasta que la madre estuviera recuperada

"De China llegaban pocos datos y con resultados muy inciertos, porque presentaban casos de hijos de madres infectadas que nacían con síntomas que achacaban al SARS-CoV-2 y, sin embargo, los estudios de PCR realizados al niño al nacer eran negativos", explica la doctora Colomer.

En marzo, prosigue, los mismos expertos sacaron un documento de consenso recomendando la separación total de madre e hijo y la retirada de la lactancia materna, hasta que la madre estuviera recuperada (más de 15 días). "Estas medidas a nuestro entender eran demasiado radicales cuando no se comunicaban casos claros de infección vertical (de madre a hijo) ni se detectaba el virus en la leche materna". 

Las recomendaciones italianas

Por eso, en España, se inclinaron por atender otras recomendaciones: "no separar y mantener la lactancia, tal como estaban haciendo en Italia", indica la doctora Colomer. Precisa que tanto la Sociedad Italiana de Neonatología, UNICEF, Naciones Unidas y la OMS, entre otras organizaciones, aconsejaban mantener la lactancia materna aunque la madre fuera positiva y evitar la separación de la madre y su recién nacido si el estado clínico de ambos era bueno tras el nacimiento. "Hay que tener en cuenta que retirar la lactancia materna en países con bajo nivel de desarrollo puede suponer la muerte del bebe", afirma la médico.

Los neonatólogos tenían "un absoluto desconocimiento" sobre las consecuencias de la infección en la gestante y el feto/recién nacido y muy poca evidencia científica

Admite que en aquellos días los neonatólogos españoles, como en el resto de mundo, tenían "un absoluto desconocimiento sobre las consecuencias de esta infección en la gestante y el feto/recién nacido y muy poca evidencia científica al respecto". Por tanto, optaron por elaborar unas recomendaciones que se consensuaron entre todos los profesionales implicados (obstetras, matronas, enfermeras, anestesistas, etc) y fueron oficializadas por el Ministerio de Sanidad.

Consejos como mantener las medidas de asepsia propias de un parto normal pero con máxima protección del personal sanitario; realizar un clampaje tardío del cordón umbilical y hacer contacto piel con piel con la madre, al igual que en otro parto sin infección covid-19, pero manteniendo la mascarilla de la madre. Cada hospital fue adaptando estas recomendaciones a sus circuitos asistenciales. 

Sin evidencia de transmisión del virus

Y sobre todo, fomentar la lactancia materna ya que no existía evidencia de transmisión del virus ni intraútero, ni a través de la lactancia materna. Los casos comunicados, eran ocasionales y esporádicos. "Se han publicados casos aislados de transmisión vertical demostrada a través del aislamiento del SARS-CoV-2 en la placenta, el líquido amniótico y en el neonato tras el parto pero, como digo, han sido casos aislados y todos se presentaron como formas clínicas leves y que se resolvieron satisfactoriamente. También ha habido casos aislados de positividad del virus en leche materna, sin ningún tipo de consecuencia para el lactante", abunda Belén Colomer.

"Fueron meses muy complicados. No fue fácil convencer a los gestores que debían mantener a una madre positiva, aislada junto con su hijo sano y en una planta segura", señala la doctora Colomer 

"Indudablemente fueron unos meses muy complicados, especialmente en las zonas donde la pandemia golpeó con más dureza. No fue fácil convencer a los gestores hospitalarios 'con la que estaba cayendo' que debían mantener a una madre positiva, aislada junto con su hijo sano y en una planta segura para ambos", admite la neonatóloga.

Los circuitos hospitalarios, continúa, estaban divididos entre infectados y no infectados y debían estar claramente separados. "Por eso está situación de alojamiento conjunto madre-hijo era difícil de gestionar y aún así se consiguió en más del 60% de los niños, lo que supone un gran logro de obstetras, neonatólogos y personal sanitario implicado", concluye.

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