La leche materna de mujeres infectadas y de vacunadas contra el coronavirus contiene anticuerpos frente a la covid-19, según dos estudios liderados por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el servicio de Pediatría del Hospital Clínico de València que han determinado el impacto de la infección por SARS-CoV-2 en la lactancia materna.
Los estudios no hallaron restos del virus en ninguna de las muestras de leche analizadas y la mayoría presentaron anticuerpos específicos frente al SARS-CoV-2, tanto en mujeres infectadas de forma natural como en vacunadas. En este último caso, los niveles de anticuerpos variaron según la vacuna recibida. Estos estudios son los primeros a nivel mundial en comparar los efectos de tres vacunas en la leche materna.
El estudio del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), del CSIC, no detectó el ARN del virus en ninguna de las muestras de leche materna analizadas y, además, la mayoría de las muestras presentó anticuerpos específicos frente al virus con una gran variabilidad entre mujeres.
“Estos resultados sustentan de forma evidente la importancia de recomendar la lactancia materna de forma sistemática en todos los casos en los que la madre tenga poca o nula sintomatología”, argumentó la doctora Cecilia Martínez Costa, del Hospital Clínico Universitario de València.
En el primer estudio se desarrolló y validó el método para detectar el SARS-CoV-2 en la leche materna con la colaboración del grupo de la investigadora Gloria Sánchez del IATA-CSIC, que lidera el rastreo del coronavirus en aguas residuales en diversos puntos del país. Gracias a esto se determinó la presencia, concentración y persistencia de anticuerpos específicos del SARS-CoV-2 en la leche materna.
En el segundo estudio se analizó la presencia de anticuerpos frente al SARS-Cov-2 en 75 mujeres lactantes vacunadas con distintos tipos: 30 con vacunación completa de Pfizer, 21 con pauta completa de Moderna y 24 con la primera dosis de AstraZeneca. El trabajo mostró la presencia de anticuerpos específicos (IgA e IgG) en las muestras. Además, los niveles de anticuerpos variaron según la vacuna recibida, así como en función de la existencia de una infección previa.
En todos los casos se produjo una respuesta a la vacunación con un aumento de anticuerpos frente a SARS-CoV-2, mucho más intenso tras la segunda dosis. Se observaron diferencias entre las madres infectadas de forma natural y las vacunadas en la mayor presencia de un tipo u otro de anticuerpo. Además, algunas de las mujeres que fueron vacunadas habían pasado la Covid-19, y, tras la primera dosis de vacuna, su leche presentaba niveles de anticuerpos equivalentes a mujeres sanas con las dos dosis. Esto concuerda con la información que sugiere que individuos que han pasado la enfermedad alcanzan inmunidad medida en sangre con una única dosis.
“La lactancia materna es una prioridad, y aún necesitamos más estudios dirigidos a confirmar el potencial papel protector de esos anticuerpos presentes en la leche materna frente a la covid-19 en niños”, indicó Carmen Collado, investigadora del IATA-CSIC.
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