Los médicos de las residencias públicas de mayores y de personas con discapacidad intelectual de Madrid han roto el silencio que mantenían desde el inicio de la la pandemia por coronavirus. Por primera vez, relatan el drama vivido en una comunidad con casi 6.000 ancianos fallecidos por covid-19. En una larga y durísima carta remitida a las autoridades madrileñas se quejan de discriminación respecto a sus compañeros, de "pésima coordinación" en la crisis entre las consejerías de Políticas Sociales y Sanidad en la crisis, de una respuesta tardía y de ausencia de medios y recursos. "Hemos estado en las trincheras, es más, nosotros hemos construido las trincheras", aseguran.
“Iniciamos el tratamiento de nuestros mayores sin apenas EPIS, de forma empírica, viendo cómo se desarrollaban los acontecimientos y estudiando día a día como dar un mejor tratamiento a nuestros usuarios”. Así se expresa el colectivo de médicos de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS)en la carta que han enviado junto a Julián Ezquerra, secretario general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts) a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso; al consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero; al consejero de Políticas Sociales y Familia, Alberto Reyero; al director general de Coordinación Sociosanitaria, Francisco Javier Martínez Peromingo y al gerente de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS), Óscar Álvarez López.
La misiva, con fecha de 12 de junio, está suscrita por 45 facultativos que trabajan bajo el amparo de la AMAS, que a su vez depende de la Consejería de Políticas Sociales, Familias, Igualdad y Natalidad. Ahí, especifican, surge uno de los primeros problemas porque son personal sanitario en un ámbito social y "manejados por una Consejería que nada tiene que ver con la salud".
La separación de las Consejerías, origen del problema
El coronavirus y la tragedia vivida en los centros residenciales, indican, ha puesto sobre la mesa "un grave problema en la atención sanitaria de las personas que viven en las residencias para personas mayores y para personas con discapacidad intelectual de la Comunidad de Madrid". Un problema indican que, desde AMYTS y los médicos que trabajan en estos centros, llevan años denunciando.
El trasfondo, como explican más adelante, en los anexos a la carta que han enviado, "la primera desmembración de la asistencia sanitaria en dos Consejerías diferentes, cuando la antigua Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales a la que pertenecían dichas residencias se separó en dos". Como consecuencia de esa escisión, explican, el personal sanitario de las residencias de mayores y las de personas con discapacidad intelectual fue derivado a una consejería no sanitaria. De ahí, señalan vienen sus problemas.
"Hemos tenido fallecimientos, pero también hemos salvado a muchos de nuestros residentes que han estado al borde de la muerte, con jornadas maratonianas. En las residencias hubo que implantar zonas de aislamiento lo que ha implicado cambios de habitaciones de los residentes y un sin fin de tareas organizativas en las que ha sido imprescindible la participación del médico quién además debía ocuparse de los enfermos con covid-19 y del todo el trabajo habitual (patologías crónicas y agudas no covid) con medios mucho menores que en los hospitales (algunas veces sin oxigenoterapia)", detallan.
Sin poder derivar a mayores a los hospitales
Añaden que muchas veces no tuvieron la posibilidad de derivación a hospital de los residentes por diferentes motivos: "pacientes en cuidados paliativos, saturación de los servicios de urgencias hospitalarios y de las camas hospitalarias, saturación del SUMMA 112...", relatan.
Para la elaboración de los protocolos "que se debían aplicar en las residencias no se
ha contado con la colaboración de los médicos que trabajan en ellas y se les ha dado más valor a las decisiones sobre la salud de los pacientes que podían tomar otros médicos externos que a la opinión de los profesionales que trabajan habitualmente con ellos y los conocen", prosiguen.
Sin mascarillas y la medicación con retraso
En la crisis sanitaria por la covid-19, señalan, esta situación ha sido especialmente dramática. Y denuncian: las medidas llegaron tarde. Citan ejemplos: a los trabajadores de las residencias no se les entregaban ni mascarillas quirúrgicas; la medicación y el oxígeno llegaban con retraso en la mayoría de las residencias; también las órdenes de aislamiento la mayoría de las residencias, así como determinadas órdenes sobre aislamiento, etc.
"Si esta tragedia vuelve a producirse nos encontraremos de nuevo con los mismos problemas para atender a nuestros pacientes: falta de medios y una pésima coordinación con Sanidad", denuncian
Los resultados de la gestión de la asistencia sanitaria en los centros dependientes de la Consejería de Políticas Sociales en esta crisis son de dominio público, indican. Y prosiguen: "la pandemia se ha cebado de forma especial con estos pacientes; y lo que es peor, si esta tragedia vuelve a producirse como apuntan, los médicos de las residencias nos encontraremos de nuevo con los mismos problemas para atender a nuestros pacientes, problemas que no son derivados de nuestra falta de capacitación, sino de la falta de medios y de una pésima coordinación con Sanidad que no se mejora haciendo que médicos que no conocen a los pacientes tomen decisiones sobre su salud".
Reivindican su labor durante estos tres meses: han puesto tratamientos tanto hospitalarios, cuando han llegado, como extrahospitalarios. " Muchos compañeros han caído enfermos al enfrentarse con el virus lo que empeoró todavía más la atención que podíamos ofrecer a nuestros pacientes. Hemos realizado certificados de defunción en nuestros centros y en otros centros asignados por las alertas de la comunidad de Madrid, a altas horas de la noche y después teníamos que ir a trabajar a nuestro centro".
Ignorados por los políticos
"Hemos estado en las trincheras, es más, nosotros hemos construido las trincheras", sentencian. Por eso, dicen que les duele y desmotiva el oír que las residencias no son centros sanitarios o que entre los sanitarios invitados a las celebraciones del día de la Comunidad de Madrid, el pasado 2 de mayo, "no hubiera ningún sanitario de la AMAS, como duele cuando vemos que en los medios de comunicación nunca hay un médico de residencia para opinar sobre lo que ha ocurrido en estas, como duele que todavía nuestros políticos no nos hayan preguntado qué ha fallado", denuncian.
Con más del doble de camas que toda la red pública de hospitales en España las residencias, son "los centros de atención a la población más frágil", recuerdan
Los médicos de las residencias públicas piden que no se olvide que "si nuestros compañeros han sufrido, somos nosotros los que hemos visto morir a los pacientes con los que nos relacionamos todos los días, la mayoría de las veces durante muchos años". Ha sido esta pandemia la que, desgraciadamente, claman, "ha puesto de manifiesto para la opinión pública y los gobiernos de España y de las Comunidades autónomas, de una forma brutal, las deficiencias que los médicos llevábamos denunciando desde hace muchos años".
Con más del doble de camas que toda la red pública de hospitales en España las
residencias, son "los centros de atención a la población más frágil. Somos grandes
centros de atención integral e integrada, centros de agudos, de mediana y de larga
estancia".
Sanidad contrata a geriatras y los médicos se van
Los médicos se sienten "desaprovechados" por imposibilidad de realizar proyectos sanitarios "que mejorarían la salud y calidad de nuestros usuarios y reducirían las derivaciones hospitalarias, que suponen una incomodidad para los pacientes y un aumento del gasto sanitario". También porque "no pueden investigar" (investigación que sería pionera en algunos campos como la discapacidad intelectual, reseñan) y porque no pueden formar a otros médicos y profesionales sanitarios en la atención a personas dependientes.
Explican que la Consejería de Sanidad, de cara a poder dar mejor respuesta en caso de rebrote o nueva pandemia, ha iniciado una campaña de contratación de geriatras. Como las condiciones laborales de los profesionales sanitarios de Políticas Sociales son "claramente" peores que las de sus compañeros del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) se está "produciendo un éxodo de estos profesionales hacia sanidad con lo cual todavía queda más en precario" la situación de estos centros.
A caballo entre atención primaria y hospitalaria
Para que se conozca su trabajo, explican que se encuentra "a caballo entre el
nivel de Atención Primaria y el de atención hospitalaria en el ámbito de la medicina interna y geriatría". Tienen acceso a todos los programas de salud: a recetas del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS); a la petición directa de interconsultas con especialistas, a realizar prescripción de dietoterápicos, estupefacientes, etc; realizan consulta, diagnóstico y prescripción de tratamientos médicos o prescripción de tratamientos médicos o dietas.
En medicina preventiva, prosiguen relatando, su labor consiste vacunaciones; valoración y control de pacientes con Emergencias Sociales; tratamiento de personas en cuidados paliativos; de pacientes con dolor crónico y, en general, precisan, valoración y seguimiento de los síndromes geriátricos y de las personas con
discapacidad intelectual.
Por ley, recuerdan, está estipulado que todas las residencias públicas deben de tener un 5% de la capacidad total del centro de camas para unidades de agudos, clínicas o enfermerías. En el caso de una residencia con 400 plazas, explican, deben de tener una unidad de agudos con 20 plazas. En estas unidades se atiende a pacientes con enfermedades agudas, muchos de los cuales requieren tratamientos propios del ámbito hospitalario y pacientes que necesitan rehabilitación, concluyen.
Bloqueo de acceso a la formación sanitaria
En la carta, explican que la situación que atraviesan se remonta a muchos años atrás. "Algunos de nosotros accedimos a una plaza por oposición cuando la Consejería a la que se accedía era de Sanidad y Asuntos Sociales y, de hecho, en la oposición del año 1993, había ofertadas tanto plazas residenciales, como sanitarias, sin diferencia", explican.
Después, prosiguen, se produjo el desdoblamiento en dos consejerías y "los que estábamos en residencias y centros sociales nos quedamos aislados en la parte social y los que estaban en centros sanitarios se quedaron del lado de salud". Desde este momento, continúan, se inició una discriminación hacia los médicos que trabajaban en el ámbito social, con "una merma salarial importante, con disminución de recursos, con infravaloración en procesos selectivos a nivel de baremación, y con bloqueo de acceso a formación sanitaria".
El colectivo indica que han sido reiterados sus intentos de que les integraran en el sistema público de salud "pero no ha sido posible por problemas, políticos, económicos y de diversa índole, continuando con la discriminación hasta el momento actual. Su labor, recuerdan, es sanitaria. Actualmente la mayoría de las plazas de médico de la AMAS tienen nivel de especialista y las que no lo tienen, añaden, es por la dificultad "de encontrar médicos con estas características para trabajar en ellas que con la necesidad de que sea así por la complejidad de la atención médica de los usuarios".
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