El pasado 1 de enero, el Ministerio de Sanidad comenzó a subvencionar, por primera vez en su historia, tres medicamentos para dejar de fumar. La iniciativa forma parte del Plan Integral contra el Tabaco puesto en marcha por la antecesora del actual ministro de Sanidad, María Luisa Carcedo.
La idea es frenar el consumo de cigarrillos y poner cota a la expansión de lo que desde la industria denominan como "dispositivos sin humo": los cigarrillos electrónicos y el tabaco calentado. Las tabaqueras -que han invertido millones en cambiar su modelo de negocio hacia esta vertiente- alegan que estos productos son hasta un 90% más seguros que el tabaco tradicional, por lo que los presentan como una alternativa de consumo para aquellas personas que quieran dejar de fumar.
No obstante, desde el Ministerio se resisten a esa hipótesis, al igual que ocurre con la mayoría de las principales asociaciones médicas, como es el caso de la SEPAR, que ha declarado una guerra abierta a estos productos. Es por ello que como contramedida, Sanidad optó por facilitar el acceso a dos medicamentos que ayudan a dejar el tabaco.
Se trata de el bupropion y la vareniclina, fabricados por los laboratorios GSK y Pfizer, respectivamente. Este último, según el último informe del mercado farmacéutico publicado por la consultora especializada IQVIA, ha experimentado un crecimiento de un 309% durante el mes de enero en comparación con el mismo periodo el año anterior.
Supera -con creces- a GSK
En total, la vareniclina -Champix, por su nombre comercial- ha registrado casi 7,3 millones de euros en ventas, muy por encima de su principal competidor, la británica GSK. Al contrario que Champix, las ventas de Zyntabac sólo han logrado revertir su caída y registrar una subida de un 1,3%. En total, han generado ventas por valor de 67.000 euros. ¿Cómo es posible?
Por un lado, hay que tener en cuenta que mientras que la vareniclina no tiene equivalentes genéricos, el bupropion sí. No obstante, ni siquiera la suma de la marca original con sus competidores genéricos supera las ventas de Champix. Por otro lado, para poder acceder a estos fármacos es necesario contar con la prescripción de un médico, que se basa en una serie de requisitos clave para acceder a subvencionar el medicamento, lo que parece indicar que la vareniclina es la preferida entre los profesionales sanitarios.
Por otro lado, Zyntabac es un antidepresivo que fue objeto de sospecha en Reino Unido hace unos años, tras la muerte de unas 50 personas supuestamente relacionado a su consumo. Jamás se demostró, no obstante, Lo que sí es cierto es que, mientras que es igual de efectivo para dejar de fumar que Champix -tienen una tasa de éxito en torno al 33%- cuenta con muchas más contraindicaciones que el medicamento de Pfizer, especialmente para personas con un historial de alcoholismo o problemas diabéticos.
En total, según adelantaba hace unos días Cofares, durante el pasado mes de enero se vendieron un total de 18.700 unidades, en comparación a las 4.700 del mismo periodo de 2019, cuando estos dos tratamientos para dejar de fumar no estaban financiados por la sanidad pública.
Antes de lograr la subvención pública, la varniclina tenía un precio que rondaba los 300 euros al año. Ahora, el coste es de aproximadamente 3,55 euros por persona en el caso de la vareniclina y de 1,03 euros/día en el caso de bupropion. Esto implica una reducción del coste de la vareniclina de un 36% y en bupropion, del 72%.
Un 24% de fumadores
Según la última encuesta realizada por la Sociedad de Medicina y Comunitaria (semFYC), el número de personas que fuman en España ha aumentado un 3,3% en los últimos años, hasta situarse en un 23,3% de la población española.
El consumo de tabaco a día de hoy supone la principal causa de enfermedad y muerte prematura evitable en nuestro país, con una media de muertes anuales de 51.870 personas al año. La inclusión de estos dos fármacos supondrá un impacto presupuestario de 7,9 millones de euros en las arcas públicas, pero desde el Ministerio que preside María Luisa Carcedo esperan que dé resultados muy pronto.
De acuerdo con los últimos datos facilitados por Sanidad, la tasa de éxito entre aquellos fumadores que siguen un tratamiento farmacológico específico es de hasta un 40%, frente al 5% de éxito que presentan aquellas personas que deciden dejar el tabaco sin ayuda alguna. Desde el Ministerio esperan que más 83.000 personas con problemas de adicción al tabaco puedan beneficiarse de este programa.
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