La falta de rastreadores ha sido uno de los principales motivos que ha llevado a Madrid al colapso sanitario situándose como la región europea con mayor incidencia de la covid-19. "Era la única alternativa que había para frenar la pandemia: rastreando los casos o aislando los contactos para no tener que confinar a toda la población otra vez. Y no lo tomaron en serio", afirma contundente Mar Noguerol, médico de un centro de salud de Fuenlabrada, donde el porcentaje de PCR positivas, sobre el total de las realizadas, es del 26%.
La detección de contagios es clave y se debe cumplir el ratio de 1 rastreador por cada 5.000 habitantes, señala. En Madrid, con 500 rastreadores según el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero y 800 según la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, se debería haber triplicado la cifra. El colapso en el rastreo ha sido determinante para que Madrid vuelva a situarse en el epicentro de la pandemia, aseguran los sanitarios.
Son las 16.30 de la tarde y Mar Noguerol, de la plataforma AP Se Mueve, continúa en su consulta del centro de salud de Fuenlabrada. Le quedan por llamar 16 pacientes no covid. A los covid los atendió durante la mañana. Su jornada de trabajo finaliza a las 3 pero, admite, no puede permitirse salir a esa hora.
"Es el pan nuestro de cada día", señala apurada ante el trabajo que le queda por delante. Noguerol se siente tan desbordada como el resto de sus compañeros. Sabe que los pacientes esperan días, hasta diez, para tener una cita presencial y admite que cada vez hay más casos de personas que, con sospecha de síntomas, y sin poder contactar con su centro de salud o con Salud Pública de la Comunidad, optan por autoconfinarse quejándose de que nadie les hace seguimiento ni a ellos ni a sus familias. O por hacer el propio rastreo de sus casos y comunicarlo a sus contactos.
Unidades específicas para el control de casos
Sobre Primaria recae parte importantísima del rastreo de casos de coronavirus en la Comunidad. E insisten una y otra vez: están desbordados. Llevan meses pidiendo que se aumente el número de rastreadores de Salud Pública pero, señala Noguerol, nadie les ha hecho caso. "Hemos tenido tres meses perdidos" señala la médico en alusión a la publicación, en junio de la Estrategia de Detección Precoz, Vigilancia y Control de la Covid-19 publicada el pasado junio por el Ministerio de Sanidad. "Ahí se dice que hay que empezar a hacer PCR a todos los contactos, que eso marca un punto de inflexion en salud pública", indica.
Esta misma semana el Foro de Médicos de Atención Primaria denunciaba la situación de los centros de salud y pedía crear unidades específicas de apoyo para la realización de las PCR frente a coronavirus y la comunicación de resultados negativos y positivos. "Si somos los médicos los responsables de comunicar a diario estos numerosos resultados, no queda tiempo disponible para atender a las familias e importantes enfermedades agudas y crónicas se diagnosticarán demasiado tarde", aseguraban.
Una curva vertiginosa
Desde Atención Primaria, al principio el seguimiento y realización de PCR fue complicado, añade Mar Noguerol, pero el escenario, a comienzos de verano, era mucho mejor y el coronavirus daba un respiro. "Hasta ahí estábamos relativamente tranquilos haciendo nuestro trabajo y rastreando e identificando nosotros", prosigue. Pero, a mediados de julio, cambia la situación. Los rebrotes comienzan a reproducirse por toda España y Noguerol sostiene que los dirigentes madrileños no pensaron que una segunda oleada llegaría tan pronto.
"Tengo las fechas clavadas. Me fui de vacaciones un 17 de julio y Madrid tenía 186 rastreadores, con 6 millones de habitantes, el mismo número que Euskadi con dos millones", dice Mar Noguerol
"Tengo las fechas clavadas. Me fui de vacaciones un 17 de julio y Madrid tenía 186 rastreadores, con 6 millones de habitantes, el mismo número que Euskadi con dos millones", continúa. Esa última tarde de trabajo les llega un caso positivo en una piscina, otro en un funeral y conocen los contagios del club de fútbol de Fuenlabrada. "A partir de ahí se produce una curva vertiginosa hasta llegar a ahora, que amanecemos con 50/60 positivos diarios, con un porcentaje de PCR positivas, sobre el total de las realizadas, del 26%. Cuando en otras comunidades -apunta nuevamente a Euskadi- están en un 5%", continúa.
La portavoz de AP Se Mueve habla de la "onda expansiva" que supone cada caso positivo. Y prosigue denunciando la falta de inversión que se ha hecho en Madrid en el capítulo de rastreadores. Cita cifras y fechas. De los 180 iniciales y, pese que a mediados de agosto, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, señaló que en Madrid había 500 profesionales dedicados a este seguimiento, en septiembre, la directora general de Salud Pública de la Comunidad, Elena Andradas, admite, en respuesta a una petición de información de CCOO Madrid, que sólo se habían contratado a un total de 210, incluidos los que se tramitaron por el procedimiento de emergencia -20 auxiliares de Enfermería y dos médicos- con el grupo privado Quirón Prevención.
Ayuso anuncia 1.500 rastreadores
A comienzos de septiembre, la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, defendía las actuaciones realizadas por su gobierno para contener la pandemia, como los test masivos o, en aquel momento, aseguraba que había 800 rastreadores trabajando en la comunidad. Y que, en octubre, se llegaría a los 1.500. "En realidad nadie sabe cuántos hay. Cada día dicen una cosa", abunda Mar Noguerol.
En los centros de salud, dice, siguen a lo suyo. Así lo decidieron durante el verano. Pese al colapso, decidieron no esperar a que Salud Pública llamara a los pacientes. Ocupándose de los positivos y los convivientes. "Si yo te veo porque tienes síntomas, te abro un episodio que se llama 'sospecha de coronavirus'. También me ocupo de los convivientes. En el momento en el que llega la PCR, si es positiva, abro otro episodio que se llama 'infección covid' que le salta inmediatamente a Salud Pública. Ahí es donde se tendrían que activar la búsqueda de contactos. Tendría que llamar al caso e identificar a todos los contactos estrechos no convivientes", afirma.
"Nos estamos encontrando con casos como el de una familia, que han llamado a dos y a otro, con la madre ingresada en el hospital con neumonía, no le han llamado", señala la médico
Sin embargo, en los últimos días, los médicos se han encontrado con que algunos pacientes han recibidos llamadas "de la Comunidad -en alusión a Salud Pública- y nos estamos encontrando con casos como el de una familia, que han llamado a dos y a otro, con la madre ingresada en el hospital con neumonía, no le han llamado. Luego, hay gente a la que le llaman y le dicen que su PCR es negativa y haga vida normal, cuando la prueba se la habían hecho por ser contacto de un caso. Y el contacto tiene que hacer la cuarentena de 14 días, aunque de negativa. Te encuentras de todo", relata la médico.
Noguerol admite que se están dando situaciones delirantes y hay pacientes desesperados porque nadie les llama y ellos mismos tienen que hacer el rastreo de sus contactos en caso de que den positivo. Otro problema, es que, cuando intentan ponerse en contacto con su centro de salud, las líneas están colapsadas y no lo consiguen. "No te llama nadie", reconoce Mar Noguerol que lo tacha de "fallo garrafal" de organización. y falta de recursos.
1 rastreador por cada 5.000 habitantes
Desde la Asociación Madrileña de Enfermería, Alda Recas, dice que llevan meses pidiendo "transparencia" sobre el número de rastreadores que hay en Madrid. "No se han contratado los suficientes. Los propios colegios están haciendo rastreos internos porque Salud Pública no aparece. Este tema es suficientemente importante como para que la comunidad ayude a profesores y enfermeras a hacer el rastreo para evitar la dispersión virus", señala.
Una treintena de virólogos, médicos, epidemiólogos, microbioólogos y economistas suscribían el pasado verano un documento, titulado #unaestrategiaintegral, en el que, de manera preventiva, pretenden ofrecer un cambio de rumbo para revertir el avance de contagios en España. Uno de los eje más importantes, era la necesidad de fomentar la detección precoz. "Puesto que la detección de contagios es clave, en el conjunto del territorio español se debe cumplir el ratio de 1 rastreador cada 4.000-5.000 habitantes; estos, además, tienen que pasar por una formación obligatoria reglada que será supervisada por el Ministerio de Sanidad", aconsejaban.
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