Miedo a no poder aguantar. A no estar a la altura. A derrumbarse. “Si caemos nosotros, ¿quién vendrá mañana a trabajar?”. Son algunas de las inquietudes que en estos días trasladan los sanitarios del Gregorio Marañón de Madrid, un hospital con 600 pacientes infectados por Covid-19, al grupo de psicólogos y psiquiatras del mismo centro que les asisten para pasar el trance. Ya han atendido a 200 compañeros.
Ansiedad, insomnio, bloqueo, impotencia….reacciones emociones y psicológicas propias de situaciones de catástrofe. “Son mecanismos de defensa que ponemos en marcha ante situaciones de drama colectivo”, explica el psiquiatra Emilio Sánchez, coordinador de las interconsultas de apoyo psicológico, que el Hospital Gregorio Marañón de Madrid puso en marcha a mediados de marzo, cuando describe lo que se está encontrando su equipo, liderado por el doctor Celso Arango, al atender a los sanitarios que combaten en primera línea el coronavirus.
Sanitarios desbordados
La primera necesidad de poner en marcha las interconsultas, a cargo de profesionales del Instituto de Salud Mental y Psiquiatría, surge de los propios sanitarios. Desbordados a medida que iban llegando, cada vez en mayor número, los pacientes y sus familiares, a los que también había que atender en circunstancias extraordinarias.
“Están desbordados primero por la impotencia y la frustración de no poder atender a todo el mundo; pero también por la vivencia de los familiares y los pacientes, que al estar aislados, se encuentran en una situación de desamparo, porque no pueden comunicarse”, explica el psiquiatra del Gregorio Marañón.
Fue en esos días cuando los centros madrileños fueron elaborando estrategias para poder brindar atención psicológica a sus compañeros, estableciendo un enfoque emocional en relación al Covid-19. Sobre todo, asistencia psicológica. Lo primero que hicieron (y siguen haciendo) fue acercarse “a las unidades para medir el termómetro de la situación” y ver cómo se encontraban médicos, enfermeras, auxiliares, celadores…
Se hacen terapias de apoyo para "que ventilen emociones", con minigrupos en las mismas áreas donde trabajan; también individuales y por teléfono
Con el paso de los días, señala Emilio Sánchez, las cosas han ido empeorando. Se pasó a las intervenciones, sobre todo psicológicas, in situ, en las plantas de coronavirus, en las urgencias, en las habitaciones donde estaban ingresados compañeros infectados... Son terapias de apoyo para "que ventilen emociones", con mini-grupos en las mismas áreas; pero también se hacen terapias individuales y por teléfono. Se ha a reclutado varios psicólogos y psiquiatras para incorporarse. También residentes.
Miedo a volver a casa
Emilio Sánchez indica que se están encontrando mucha ansiedad. También miedo (hay casi 4.000 sanitarios contagiados en toda España). “Saben que están ayudando, pero también expresan su temor a volver a casa y contagiar a sus familias. Por eso, en algunos casos han empezado a agruparse, a dormir juntos varios compañeros. Pero, claro, eso genera sensaciones ambivalentes. Toman esa decisión pero dejan a sus familias al margen y tampoco se sienten bien”, añade el especialista.
Además, subraya, “está el sentimiento de culpa por no poder ayudar a todo el mundo, por el déficit de medios (falta de equipos) y porque están desbordados”. Pesa, además, la incertidumbre de no saber cuánto tiempo va a durar esta emergencia sanitaria.
Los aplausos curan
“El miedo a no poder aguantar, a no estar a la altura, a derrumbarse, a caer. ‘Si caemos nosotros, ¿quién va a venir a trabajar mañana?’, se preguntan”, explica Emilio Sánchez cuando dibuja las emociones que se están encontrando en estos días. Y, la presión, de dentro del hospital, y de la calle. Eso sí, los aplausos diarios sanan, dice el psiquiatra. “Sienten que hay un apoyo. Que remamos todos en la misma dirección”, apunta.
La atención, obviamente, también se dirige a los familiares. Y a los pacientes, también en las unidades de paliativos. Con las familias, sobre todo es intervención telefónica. O cuando se les da la información médica. “Y ver la mejor manera de cómo se pueden comunicar con sus familiares contagiados, porque no están pudiendo despedirse”, señala Sánchez.
Atención psicológica urgente
Precisamente hoy, el sindicato de Enfermería SATSE ha pedido la puesta en marcha urgente de programas de atención psicológica para atender a los miles de sanitarios que estos días combaten sin tregua el Covid-19. Reclama al Ministerio de Sanidad que coordine con las comunidades autónomas la puesta en marcha urgente de programas y gabinetes de atención.
Recuerdan que todos los profesionales sanitarios “están viéndose sometidos a una gran carga de ansiedad, estrés y, en muchos casos, de desgaste emocional, que está yendo a más ante la creciente sobrecarga laboral que sufren por el incremento de casos de personas afectadas o sospechosas de estarlo, así como por los riesgos que están asumiendo por la falta de equipos de protección individual (EPIs)”.
Desde hace semanas, diferentes iniciativas, públicas y privadas, han ofrecido asistencia psicológica gratuita a pacientes y familiares
“El esfuerzo sobrehumano que están realizando, en estos momentos, las enfermeras y enfermeros puede soportarse durante un periodo de tiempo determinado, pero si la situación se prolonga puede tener repercusión, no solo de forma inmediata, sino también a largo plazo”, dicen desde SATSE. Un periodo de ansiedad prolongado, inciden, aumenta también el riesgo de depresión.
Desde hace semanas, diferentes iniciativas, públicas y privadas, han ofrecido asistencia psicológica gratuita a pacientes. En Madrid, la Clínica Universitaria de la Universidad Rey Juan Carlos hace días que ha puesto en funcionamiento un servicio telefónico de atención psicológica gratuita para aquellos ciudadanos que estén experimentando síntomas como agobio, ansiedad o ataques de pánico a consecuencia de las medidas de confinamiento.
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