Blanca Fernández-Capel está al frente de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP), referente en materia sanitaria de la comunidad y 35 años de historia a sus espaldas. La directora gerente de la entidad, repasa para Vozpópuli la importancia de la formación en salud pública en un momento clave en el que dice, lejos de salir fortalecidos, todos los sistemas sanitarios han salido "muy tocados" por lo vivido durante la pandemia. Por eso, la que fue histórica diputada del PP granadino ve con buenos ojos la idea de crear una Agencia Nacional de Salud Pública y Calidad Asistencial, como defiende el partido que lidera Pablo Casado. "Si funciona, sería ideal", apostilla.
La Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía informaba este mismo viernes que la comunidad registra ocho brotes de coronavirus en fase de control o de investigación, con un total de 156 casos confirmados y 27 positivos por PRC. Están localizados en las provincias de Málaga, Cádiz, Huelva, Almería y Granada, donde se ubica la sede de la EASP (en el Campus Universitario de Cartuja) y Fernández-Capel atiende a este digital.
La directora gerente de la EASP admite que le inquietan las noticias sobre los rebrotes. En Andalucía, dice, el rastreo de casos está funcionando. Pero "me preocupa porque veo que hay zonas donde parece que no hay un mañana y la gente tiene que salir por obligación; veo a gente sin mascarillas, que se abraza...muchísimas irregularidades, por gente mayor y muy joven. Granada es una ciudad universitaria y yo vivo en una zona de marcha donde siempre hay fiesta. No se trata de eso".
El sorprendente 'caso andaluz'
De lo que se trata, señala, es que si hay rebrotes no vuelvan a registrarse picos y puedan controlarse. Fernández-Capel admite que no quiere ni pensar en una marcha atrás. Y lo dice, reseña, desde una comunidad que ya se estudia, por baja su incidencia de casos de coronavirus respecto a la media nacional pese a sus 9 millones de habitantes, como un caso aparte. "Es verdad que en Andalucía tiene unos resultados sorprendentemente buenos, ya se habla del 'caso andaluz'", señala.
Dicho esto, matiza la gerente de la EASP, la crisis sanitaria se ha gestionado de diferente manera. "Nadie nos podemos sentir orgullosos de los resultados buenos, pero todos nos sentimos dolorosamente tocados por los resultados malos. Hay cosas que se podían haber hecho mejor, previsto en el tiempo, ser más prudentes. El equilibrio entre alarmar a la gente y tomar medidas era muy difícil".
Para Blanca Fernández-Capel "España tiene un sistema de salud magnífico, pero ningún sistema de salud por bueno que fuera resistiría una situación sobrevenida como la que hemos vivido", dice en relación a la pandemia. "Ahora tenemos que reflexionar. Estamos acostumbrados a un mundo donde siempre se iba a mejor", apostilla.
Formar a los trabajadores de residencias
La EASP es una empresa pública dependiente de la Consejería de Salud y Familias. "No sólo somos escuela de salud pública preventiva y de epidemiología, tenemos también el registro de cáncer más grande de España y Europa, que es el Registro de Cáncer de Andalucía. Me da mucha satisfacción ver que nunca dejamos de movernos", dice Fernández-Capel a este digital.
Entre las últimas iniciativas de la EASP está la puesta en marcha de un programa formativo dirigido a profesionales de las residencias de mayores en Andalucía. Quieren dotarles de herramientas de formación y consulta para la prevención de la transmisión y manejo de la covid-19. El proyecto forma parte de la Dirección General de Cuidados Sociosanitarios de la Consejería, con la finalidad de prevenir nuevos brotes en las residencias.
Una Agencia Nacional de Salud Pública
"La salud es una cuestión de Estado. Es un lujo que tenemos en España. Sería algo estupendo, peo hay que ver cómo hacerlo", sintetiza la gerente de la entidad cuando se le pregunta si sería partidaria de la creación, como defiende el Partido Popular, a través de la diputada Ana Pastor la creación de una Agencia Nacional de Salud Pública y Calidad Asistencial, bajo el paraguas de la Administración del Estado, con representación de las comunidades autónomas y que incluya una unidad de seguimiento de pandemias.
En su comparecencia del pasado 18 de junio ante la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados el ministro de Sanidad, Salvador Illa, mencionó la creación de un Centro Estatal de Salud Pública y, admitió, que este apartado merecía un refuerzo y atención que no ha tenido en los últimos años. Este organismo, dijo el ministro, fomentaría la vigilancia, la evaluación de impacto en la salud o la preparación y apoyo a la respuesta ante emergencias sanitarias, entre otras cuestiones.
Un instituto que no cuajó
Una iniciativa que también bendicen desde la sanidad privada. A mediados de este mismo mes, Juan Abarca, presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), comparecía ante la misma comisión como miembro del Grupo de trabajo de Sanidad y Salud Pública y desgranaba diez propuestas para refundir el sistema sanitario. Entre otras, apostaba por la creación de un organismo similar.
En Andalucía, explica Fernández-Capel, se hizo una propuesta en la misma dirección: la creación de un Instituto de Salud Pública. No cuajó. A nivel nacional, "un centro grande de salud pública que coordinara todo, que estuviera referenciado, que ante cualquier alerta, organizara a todas las comunidades, sería extraordinario", admite la directiva de la la dirigente de la Escuela Andaluza de Salud Pública.
Eso sí, matiza, "el asunto es que si se quiere centralizar un organismo y que luego no esté bien diseñado, no vale. Y pongo como ejemplo reciente la centralización de compras de material para el coronavirus. Las propuestas hay que hacerlas analizando su utilidad".
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