Uno de los temas más candentes dentro de la Sanidad española es lo mucho que ha crecido en los últimos años el gasto farmacéutico. Según los últimos datos disponibles publicados por el Ministerio de Hacienda, en 2018 alcanzó los 17.482 millones de euros, un 4.63% más que el año anterior. Desde entonces, se han puesto sobre la mesa múltiples medidas para intentar reducir esta partida sanitaria.
La última se dará a conocer esta semana, cuando el Ministerio de Sanidad haga público su 'Plan de acción para fomentar la utilización de medicamentos biosimilares y genéricos' con el que puede llegar ahorrar millones de euros. La medida, muy esperada dentro del sector sanitario, consiste en fomentar el uso entre los pacientes de fármacos biosimilares para abaratar la lucha de enfermedades como el cáncer, la hepatitis C o la esclerosis múltiple, entre otras.
Una decisión que adelantó el jueves pasado María Luisa García-Vaquero, subdirectora Adjunta de Calidad de Medicamentos y Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad, durante la presentación de la Guía de Medicamentos Biosimilares para Pacientes 2019, elaborada por la Asociación de Medicamentos Biosimilares (BoSim), una asociación que agrupa a los laboratorios que desarrollan este tipo de fármacos. Según afirmó entonces García-Vaquero, se trata de una estrategia con acciones directas que se pondrá en común con las comunidades autónomas en el Consejo Interterritorial de Salud.
Según explicó, el plan aspira a reducir los tiempos en los que un biosimilar o genérico esté disponible en el mercado, incentivará a la industria para que apueste por este tipo de productos e intentará fomentar su prescripción entre los profesionales sanitarios.
Medicamentos biosimilares
Era una de las normativas que más resonaba dentro del sector, ya que es una forma de abaratar costes bastante sencilla y sin aparente perjuicio para el paciente. Pero, ¿en qué consiste el uso de biosimilares? Un medicamento biosimilar es un tipo de fármaco equivalente, por lo que se parecen a los genéricos, pero no son lo mismo.
El uso de este tipo de medicamentos continúa siendo muy reducido en nuestro país. La penetración de los biosimilares en España ronda el 30%, mientras que la media de la Unión Europea está en un 50%.
A diferencia de los genéricos, cuyo principio terapéutico se obtiene por síntesis química, es un medicamento biológico, lo que significa que se producen a partir de organismos vivos, como células modificadas mediante biotecnología. Esto implica que no son una copia química exacta del original, pero sí lo suficientemente parecida para tener la misma eficacia que su fármaco de referencia. Por otro lado, sólo pueden salir al mercado una vez haya vencido la patente del medicamento de referencia, al igual que los genéricos y en España, suelen introducirse en el mercado por un precio mucho inferior.
Un ahorro de más de 500 millones en 2019
Según un estudio de la Fundación Weber sobre el impacto económico de la introducción de biosimilares en el Sistema Nacional de Salud, la apuesta por este tipo de medicamentos supondrá un ahorro de unos 574 millones de euros sólo en 2019. De aumentarse los biosimilares financiados por la Seguridad Social en nuestro país, este ahorro podría dispararse, ya que incluso con la poca introducción existente a día de hoy, en 2020 el ahorro aumentará a 593 millones de euros.
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En total, los expertos estiman que el ahorro derivado directamente del uso de biosimilares entre 2009 y 2020 ascenderá a 2.443 millones de euros, lo que supone un 1,5% del gasto farmacéutico total durante esos años. Este impacto económico se produce por dos razones, principalmente.
Por un lado, como se trata de medicamentos que se fabrican en base a conocimiento científico ya existente, no es necesario repetir todos los estudios clínicos realizados con el medicamento biológico original, son mucho más baratos. En España, particularmente, se venden por un 30% menos que su fármaco de referencia. Como consecuencia de la introducción de este tipo de productos, el resto de medicamentos dentro de su mercado también bajan de precio de manera automática para poder hacer frente a su nuevo competidor.
Según la Fundación Weber, el 78% del ahorro se produce por la bajada de precios de los fármacos originales que provoca la llegada de los biosimilares, mientras que el 22% restante es consecuencia de la venta del biosimilar.
España, a la cola de Europa
Una de las cosas que denuncian desde BioSim es que el uso de este tipo de medicamentos, a pesar de su bajo coste y efectividad, continúa siendo muy reducido en nuestro país. La penetración de los biosimilares en España ronda el 30%, mientras que la media de la Unión Europea está en un 50%.
A día de hoy, en nuestro país se han autorizado un total de 42 medicamentos biosimilares de 15 principios activos -o composición de los fármacos originales- lo que supone un gran aumento en comparación con los siete fármacos autorizados que había en 2013. Lo cierto es que todavía cuentan con muchas barreras de entrada en el mercado español, caracterizado por “la particularidad” del paciente nacional, que carece de información sobre los mismos y desconfía tradicionalmente de las terapias alternativas.
El objetivo de elaborar la guía en la que la García-Vaquero adelantó la decisión del Ministerio de Sanidad, precisamente, tiene como objetivo informar sobre la existencia de estos fármacos. Así se manifestaba durante el acto el presidente de BioSim, Joaquín Rodrigo, que aseguraba que la guía "está hecha por y para los pacientes. Además, se ha tenido en cuenta la particularidad del paciente español". “Los biosimilares contribuyen a la sostenibilidad del SNS. Son una herramienta para garantizar un mayor acceso por parte de los pacientes a la salud”, concluyó.
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