Desde que una persona infectada por coronavirus fallece en el hospital hasta que su muerte figura en el informe covid diario del Ministerio de Sanidad pueden pasar 2-3 días, sobre todo si se produce de viernes a domingo, cuando Sanidad no actualiza sus datos covid, o ante una excesiva carga de trabajo en las comunidades autónomas. Los sistemas de vigilancia epidemiológica de las comunidades autónomas funcionan las 24 horas, los siete días a la semana, pero de viernes a domingo, sus notificaciones se acumulan en Sanidad, que no empieza a cotejarlos hasta el lunes.
Rafael Martínez, responsable de la Unidad de Gestión Clínica (UGC) de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital de Jaén y presidente de la Sociedad Andaluza de Medicina Preventiva, afirma a Vozpópuli que "durante el fin de semana, en una situación de alerta como ahora, los sistemas de vigilancia epidemiológica deberían trabajar sin descanso a todos los niveles, incluyendo el Ministerio de Sanidad. En Andalucía, donde yo trabajo, hay guardias establecidas para la recogida y el envío de datos. A nivel nacional también deberíamos tener un sistema más continuo".
La práctica habitual en los medios de comunicación para anunciar las muertes diarias es restar las muertes del informe de Sanidad a las del informe anterior. Sin embargo, este dato es inexacto, pues no todas las muertes se notifican el mismo día que se producen, ya que el proceso debe pasar diversos filtros de calidad y, también, la falta de funcionamiento de Sanidad el fin de semana.
Proceso de registro de fallecidos
Martínez explica con claridad cuál es el procedimiento que se sigue desde que una persona con covid fallece hasta que se registra en el documento de Sanidad. En primer lugar, el facultativo que ha atendido al paciente en cuestión certifica su muerte y se pone en contacto con el Servicio de Medicina Preventiva del hospital.
Medicina Preventiva se encarga de elaborar la declaración correspondiente y enviarla a los servicios de vigilancia epidemiológica de la Consejería de Sanidad. "Esta fase es fundamental, pues es cuando los datos se validan y cotejan, permitiendo un control de calidad permanente", explica Martínez. A continuación, son enviados a los sistemas de vigilancia epidemiológica del Ministerio de Sanidad.
"Sanidad hace una labor parecida. Coteja los datos para que no tengan errores y tras su aprobación los notifica en los informes diarios". El proceso entre la muerte del paciente y la comunicación con Sanidad suele durar horas, pero si la carga de trabajo aumenta por el incremento de fallecimientos puede haber un decalaje de algunos días. De igual forma, si se acumulan los datos en Sanidad (sobre todo los fines de semana), se tarda más en notificar los fallecimientos.
A pesar de todo, Martínez considera que se ha mejorado mucho en la notificación de casos y fallecimientos por covid, aunque hay cosas que pulir. "Hay pequeñas diferencias de estructura entre las CCAA en cuanto a medios. Las diferencias en la posesión de estos medios lleva a pequeños retrasos en las declaraciones de defunción por covid", manifiesta este especialista, que también estima oportuno que todos los territorios utilicen el mismo software, cosa que a día de hoy no ocurre.
Exceso de muertes covid
Uno de los punto que puede despertar suspicacias sobre los informes diarios del Ministerio de Sanidad es que sus datos de fallecidos por coronavirus, 57.800, difieren en gran medida de el exceso de muertes registrado por el Instituto de Salud Carlos III en su sistema MoMo hasta hoy es de 74.613.
A este respecto, el presidente de Sempsph Andalucía señala que "puede haber diferentes causas. Una de las principales es que algunos pacientes pueden morir por complicaciones tardías asociadas al covid. Estos fallecimientos no se comunican a la red de alerta epidemiológica. Por eso, lo ideal es tener cruce de datos entre diferentes sistemas para obtener información sobre muertes atribuidas al coronavirus".
En abril de 2020, durante uno de los puntos álgidos de la primera ola de coronavirus, el vicepresidente de Castilla y León, Francisco Igea, sugirió al Gobierno que utilizase los certificados de defunción que firman los médicos para contabilizar las muertes por covid. Estos datos son los que recoge el Instituto Nacional de Estadística en su informa diario sobre causas de defunción.
El 31 de mayo de 2020, el informe de Sanidad apuntaba hasta ese momento 27.127 fallecidos por coronavirus. Esta cifra no coincide con la ofrecida por el INE, que en su informe sobre defunciones según la causa de muerte más frecuente para enero-mayo de 2020 apunta una cifra de 32.652 muertos con covid confirmado. Habrá que esperar a la publicación del INE para el resto del año para ver si en esta ocasión coincide con lo contabilizado por el Ministerio.