El cáncer de vejiga es uno de los cinco cánceres más diagnosticados en España y, según el informe ‘Las cifras del cáncer en España 2022’ de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2022 se diagnosticarán más de 22.000 casos.
Se estima que cada año se diagnostican más de 570.000 nuevos casos de cáncer de vejiga en el mundo, siendo 1,7 millones de personas las que viven con esta enfermedad. “A nivel urológico, el cáncer de vejiga se encuentra solo por detrás del cáncer de próstata y, a nivel global, se sitúa el quinto tras los cánceres colorrectal, mama, pulmón y próstata. Como siempre recordamos, y en el mes mayo aún más por ser el mes de concienciación sobre el cáncer de vejiga, la prevención y las revisiones son fundamentales para detectar a tiempo esta enfermedad. No debemos descuidar nuestra salud por vergüenza o por quitar importancia a los síntomas”, señaló el doctor Javier Romero-Otero, director del Departamento de Urología de HM Hospitales en Madrid y director médico de ROC Clinic.
Además, y a diferencia del cáncer de pulmón, pocas son las personas que relacionan este tipo de cáncer con el consumo de tabaco, a pesar de que es uno de los factores que mayor relación tiene con la aparición del tumor. Y es que el tabaquismo es el causante de al menos el 50% de los casos de cáncer de vejiga, incrementándose por cuatro el riesgo de padecerlo en pacientes fumadores.
Según el doctor Félix Guerrero Ramos, urólogo especializado en cáncer de vejiga y responsable de la Unidad de Uro-Oncología de ROC Clinic, “los tumores de vejiga son más frecuentes en hombres y generalmente se producen en mayores de 40 años, pero también hay casos en gente de menor edad”.
Asimismo, otros factores que influyen de forma notable en esta patología son la exposición ambiental y ocupacional al aluminio, los tintes, las pinturas, el petróleo o el caucho, entre otros, por lo que, como recomienda el doctor Guerrero, “además de evitar el tabaco, en el caso de estar expuestos es de vital importancia protegerse, prestando especial atención a si se ha sufrido exposición a radiaciones o ciertos agentes quimioterápicos como la ciclofosfamida”.
La vejiga es un órgano muscular hueco cuya función es almacenar la orina proveniente de los uréteres hasta su eliminación a través de la uretra. Cuenta con un revestimiento llamado urotelio, que está en contacto directo con la orina y es aquí donde el cáncer de vejiga se puede desarrollar, cuando las células del urotelio se multiplican de forma anormal y descontrolada, debido a una alteración en su material genético que puede aparecer de forma espontánea y es favorecida por los agentes carcinogénicos previamente mencionados.
Los expertos de ROC Clinic, centro médico-quirúrgico de Urología avanzada, explican que “existen dos entidades con pronósticos y tratamientos diferentes: el tumor vesical no musculoinvasivo, que respeta la capa muscular de la vejiga (75%) y el tumor vesical musculoinvasivo, que afecta a la capa muscular (25%)”. “Afortunadamente, entre el 75 y el 80% de los cánceres que se diagnostican no son invasivos; es decir, la raíz de este no llega a afectar al músculo de la vejiga, lo que permite conservar la vejiga en la mayoría de los pacientes con una serie de tratamientos, pero precisando siempre un seguimiento muy estrecho dado el riesgo de reaparición o progresión de esta enfermedad a estadios más invasivos”, detalla el Dr. Guerrero.
Detección y tratamiento
En cuanto a la sintomatología que destapa el cáncer de vejiga, existe un indicador que destaca por su alta frecuencia, pues en la mayoría de los casos (en torno al 80 y el 90%), se produce hematuria, es decir, sangrado al orinar, que en ocasiones puede ir acompañado de coágulos. Siendo también posibles manifestaciones los síntomas consistentes en aumento de frecuencia miccional, molestias tales como disuria o escozor y urgencia para orinar.
De forma general, los pacientes diagnosticados de estos tumores deben someterse a múltiples tratamientos y exhaustivas revisiones frecuentes con diferentes tipos de pruebas (analíticas de sangre y orina, cistoscopias, ecografías, TAC…), a lo largo de períodos de tiempo de hasta 10 años. Y es que, “aún diagnosticados y operados de forma temprana, hasta en un 80% de los casos estos tumores reaparecen y, aunque con menos frecuencia, pueden progresar a estadios más avanzados”, afirmó el doctor Guerrero
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