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Malestar en Teruel por el diseño de su nuevo hospital, más pequeño y con menos servicios

El nuevo edificio, licitado por más de 103 millones de euros, podría tener hasta 5.000 metros cuadrados menos de lo anunciado. A los enfermos de cáncer, les preocupa que no cuente con radioterapia. Las obras del futuro hospital de Alcañiz, en la misma provincia, están paralizadas

En el epicentro de la España vaciada, Teruel y Alcañiz, en la misma provincia, llevan quince años clamando por tener nuevos hospitales. Los que tienen ahora están viejos y saturados. Los retrasos y las sucesivas paralizaciones de las obras han sembrado el desencanto entre los turolenses. Por ahora, solo las obras del hospital de Teruel están en marcha. Las de Alcañiz, han quedado paralizadas.

En Teruel, viven con escepticismo el avance de las obras del que será su nuevo hospital. Sanitarios y pacientes temen que que, lejos de mejorar al actual y deterioradísimo Obispo Polanco, el segundo hospital más antiguo de España, el centro sanitario que tanto tiempo llevan esperando, sea más pequeño y cuente con menos servicios. Como el de radioterapia. Esto obligaría a los enfermos de cáncer a seguir haciendo interminables viajes a Zaragoza para curarse, como sucede también desde Huesca. 

El tramo final, en 2022

Desde la Consejería de Sanidad del Gobierno de Aragón indican a Vozpópuli que las obras del nuevo hospital de Teruel “marchan a buen ritmo”. El plazo de fin de obra, aseguran, se mantiene en el tramo final de 2022. El nuevo edificio, licitado por más de 103 millones de euros, vendrá a sustituir a uno de los hospitales más veteranos de España: el Obispo Polanco, que data de 1953.

Un centro obsoleto y saturado, denuncian los turolenses, que atiende a unas 80.000 personas de toda la provincia, en plena España vaciada. Un hospital, continúan, donde faltan servicios y especialidades que obligan a los pacientes a acudir a Zaragoza para ser atendidos en hospitales como el Clínico o el Miguel Servet.

78 habitaciones dobles

Así las cosas, en Teruel, con unos 35.000 habitantes, miran con atención las obras del nuevo hospital. Un centro que, según el Servicio Aragonés de Salud, contaría con 64.423,61 m² construidos de los que 53.930,15 m² corresponden a zona asistencial y 10.493,46 m² a instalaciones y que se desarrolla en cuatro niveles principales (sótano, planta baja y dos plantas en altura).

Según quedó verificado por la Agencia Efe, en 2018 el ejecutivo aragonés había concedido la dirección de obra del nuevo hospital 289.256 euros a Arquilab, SL, una sociedad con sede en Valencia cuya administradora única es Nieves Sánchez, mujer del diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte.

Según dicha información, aunque el nombre de Guitarte no figura en la información publicada en el Registro Mercantil sobre este estudio de arquitectura, ingeniería y urbanismo, la empresa adjudicataria de las obras del hospital aparece citada como "Arquilab (Tomás Guitarte)" en el informe oficial sobre las tres ofertas presentadas al concurso.

El proyecto del nuevo hospital, siguen desde Salud, plantea un centro de 78 habitaciones dobles (156 camas) más 56 individuales (49 individuales y 7 polivalente que pueden usar como dobles o como individuales y que se ubicarán en el Servicio de Obstetricia). En total, 212 camas, más doce de UCI y cinco cunas de neonatos. 

Arranca la obra civil

El Departamento de Sanidad de Aragón señala que actualmente hay tres lotes trabajando en la parcela y la ejecución global es del 15.51% (el dinero gastado hasta ahora es de 13.5 millones de euros). Añaden que ya se encuentra finalizada la construcción de la estructura del edificio de consultas externas y está “muy avanzada” la del edificio de hospitalización. En las próximas semanas, detallan, entrará a trabajar el lote dos, que es el correspondiente a obra civil.

"Los partidos políticos no tienen demasiado interés en este nuevo hospital (mucho dinero para poco población)”, señala Paco Rodilla, delegado del Sindicato de Médicos de Aragón

Los médicos turolenses contemplan el proyecto de la obra con recelo e incredulidad. Tras quince años con “esta historia interminable, creemos que los partidos políticos no tienen demasiado interés en este nuevo hospital (mucho dinero para poco población)”, señala Paco Rodilla, delegado del Sindicato de Médicos de Aragón en el Obispo Polanco de Teruel.

Culpar a los médicos del retraso

“Aunque estarían encantados de 'hacerse la foto', por otro lado estarían encantados de encontrar alguien a quien echar la culpa de una nueva paralización de su construcción (y demorar la inversión unos cuantos años)”, asegura Rodilla.

Rodilla alude a las quejas que los facultativos han expresado en los últimos meses tras conocer los planos de los respectivos servicios del futuro hospital. Temen que, incluso, sea más pequeño y con menos servicios que el actual Obispo Polanco. “Han presentado un diseño francamente mejorable que ha generado críticas prácticamente unánimes”, se queja.

En el nuevo hospital ha habido dos modificaciones de los planos originales:  para adaptarlo al supuesto riesgo sísmico y por eficiencia energética

En el nuevo hospital, explica, ha habido dos modificaciones de los planos originales: la primera, para adaptarlo al supuesto riesgo sísmico y la segunda, por eficiencia energética. Todo ello ha llevado a disminuir la superficie construida en, al menos, una planta (unos 5.000 metros cuadrados, calculan). "Lo que sí pedimos es que ahora no  utilicen a los médicos como chivos expiatorios para justificar nuevos retrasos en las obras", añade.

Los enfermos, preocupados

“Sentimos una gran frustración”, señala Patxi García, gerente de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Aragón. Teruel y Huesca son dos de los puntos negros del nuevo mapa de la radioterapia en España que la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) quiere dibujar tras las donaciones de equipos recibidos en todos los hospitales españoles gracias a la donación de la Fundación Amancio Ortega.

Desde la provincia de Teruel, los enfermos de cáncer se ven obligados a hacer trayectos de hasta tres horas y media de ida, y otras tantas de vuelta, para recibir radioterapia en Zaragoza

Patxi García recuerda que, en la provincia de Teruel, los enfermos de cáncer se ven obligados a acudir a Zaragoza para recibir tratamiento de radioterapia. "Son trayectos de hasta tres horas de ida y otras tantas de vuelta desde algunos puntos de la provincia. Afortunadamente, gracias a la presión de la AECCC y de otras organizaciones, ahora el trayecto se hace se hace en taxi, no en furgonetas colectivas, pero las distancias siguen siendo las mismas".

Es un "problema grave", añade el gerente de la AECC en Aragón. El Obispo Polanco, añade, debía haber sido reformado y ampliado hace veinte años. Cuando se planificó el nuevo hospital, se contempló que, por fin, se dispondría de radioterapia para evitar el sufrimiento de los enfermos. "La preocupación  es que no tenemos la certeza de que realmente se esté planteando. Sanidad no nos ha afirmado rotundamente que vaya a ser así. Tampoco existe esa certeza en Huesca", indica García.

Pacientes sin tratamiento

El gerente de la AECC en Aragón denuncia que actualmente hay pacientes que no acceden al tratamiento por tener que trasladarse lejos de su domicilio. "Pacientes de paliativos que no pueden permitirse hacer viajes tan largos. En un territorio tan grande y tan poco poblado como el aragonés es más difícil que en otros sitios, pero esa circunstancia no solo pasa aquí y se ha puesto solución a los problemas", señala.

Vozpópuli ha preguntado a Sanidad de Aragón por esta cuestión. “Ya se se hace radioterapia intraoperatoria, y el Gobierno de Aragón se ha comprometido a que el futuro hospital tendrá la mejor solución tecnológica que haya cuando se vaya a inaugurar”, indican desde la Consejería que dirige la socialista Pilar Ventura.

Un hospital fantasma

En Alcañiz, la historia de su nuevo hospital es el cuento de nunca acabar. Organizaciones como la Plataforma de Servicios Públicos del Bajo Aragón Histórico llevan años reclamando un nuevo centro sanitario para las 75.000 personas que forman parte del sector sanitario de la localidad. El actual hospital comarcal, denuncian, no dispone de servicios tan esenciales como una Unidad de Cuidados Intensivos. La más cercana está a más de cien kilómetros: en Zaragoza.

La resolución del contrato de obra para la construcción del que iba a ser el nuevo hospital cayó como un jarro de agua fría en Alcañiz

El pasado diciembre, el Servicio Aragonés de Salud inició de oficio el expediente de resolución del contrato de obra para la construcción del que iba a ser el nuevo centro “por demora e incumplimiento de los plazos parciales que hacen presumir razonablemente la imposibilidad de cumplir con el plazo total de ejecución”. La noticia cayó como un jarro de agua fría en Alcañiz y recibió innumerables críticas de organizaciones sociales y de partidos como PP y Ciudadanos.

La resolución se notificó en diciembre a la contratista (la UTE formada por las empresas OHL y Dragados) y se ponía de manifiesto que la adjudicataria tan solo había ejecutado obra por importe de 5,4 millones de euros (un 9,5% del total de la misma), cuando debería haberse ejecutado por un importe de 23 millones de euros, lo que suponía una inejecución de casi 18 millones de euros en el contrato, indican desde Sanidad.

En noviembre, Salud había presentado un último requerimiento a la UTE para dotar a la obra de suficientes medios personales y materiales para recuperar el plazo de ejecución. Algo que no se cumplió. Salud recuerda que la adjudicación del contrato de obras de construcción del centro sanitario se produjo en junio de 2017 por un importe de 57,4 millones de euros y un plazo de ejecución de 52 meses. En estos momentos, dicen, se están contestando las alegaciones planteadas por la constructora.

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