El Gobierno de Estados Unidos acaba de agotar todas las existencias para los próximos tres meses del remdesivir, el único medicamento que ha recibido el visto bueno de Europa para tratar la covid-19, dejando a la Unión Europea, Reino Unido o cualquier otro país sin posibilidad de hacerse con reservas.
Según ha informado este miércoles el periódico británico The Guardian, esta decisión por parte de Estados Unidos preocupa bastante, ya que alarma sobre cómo actuará el país cuando se descubra una vacuna, por ejemplo. De acuerdo con las fuentes citadas por el diario británico, la Administración de Donald Trump se ha hecho con más de 500.000 dosis, lo que supone toda la producción de Gilead Sciences para el mes de julio y más del 90% de la producción de agosto y septiembre. La primera tanda fabricada de este fármaco, que fueron más de 140.000 dosis ya se había agotado, ya que ha sido donada por la farmacéutica para llevar a cabo ensayos clínicos en todo el mundo.
El remdesivir ha sido uno de los pocos medicamentos en demostrar cierta eficacia contra la covid-19, por lo que se ha convertido en el foco de atención de miles de gobiernos. Según los resultados de un estudio publicado en The New England Journal of Medicine, lograr reducir el tiempo en el que se recuperan los pacientes con cuadros clínicos moderados y reduce hasta cierto punto la mortalidad.
Más de 2.000 euros por paciente
No obstante, según explicaba este lunes el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón, no se trata de una cura contra el virus. "Es una ayuda, pero no es la panacea", estableció, tras lo que aseguró que confía en que se logre un tratamiento mejor.
No obstante, Gilead ya está logrando beneficios a través de este medicamento. Este lunes anunció el precio que cobrará -y que ha cobrado ya a Estados Unidos- por paciente: más de 2.000 euros. El tratamiento consta de seis viales, a más de 300 dólares cada uno.
La realidad es que Estados Unidos ya ha demostrado en varias ocasiones que tiene especial capacidad a la hora de llegar acuerdo con la industria farmacéutica. Fue uno de los primeros en asegurarse dosis -antes de ser fabricadas- de la vacuna en la que está trabajando la Universidad de Oxford junto al laboratorio AstraZeneca.
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