Rumanos y búlgaros tampoco son bienvenidos en Alemania. El primero en avisar fue Reino Unido. El empeño del gobierno de David Cameron se remonta a enero de 2013. Faltaba menos de un año para que los ciudadanos del Este tuvieran pleno derecho a trabajar en toda la Unión Europea y desde las islas británicas les advertían con un contundente "no vengas a Reino Unido, está lleno". El último caso de endurecimiento de las leyes migratorias lo protagonizó Bélgica el pasado mes de febrero. El aviso a navegantes, aquellos que supusieran "una carga excesiva" para el país, afectó especialmente a búlgaros, rumanos y españoles. De hecho, la Oficina de Extranjería belga invitó a salir a 323 nacidos en España por "abusar de las ayudas".
Ahora es Berlín quien pone sobre la mesa sus recelos con el resto de ciudadanos europeos. "El que no encuentre trabajo, tiene que irse". Así definía esta semana el rotativo germano 'Frankfurter Allgemeine Zeitung' los pasos que el Ejecutivo de Angela Merkel quiere dar en materia de inmigración. Con la vista puesta, fundamentalmente en rumanos y búlgaros, sobre todo de etnia gitana, aunque en realidad afectaría a todos los comunitarios, Alemania invitará a salir de su país a aquellos europeos que no encuentren un trabajo en un plazo de tres ó seis meses para evitar que se aprovechen de su generoso sistema de bienestar.
Se trata, en definitiva, de impedir abusos. "Lo que están haciendo tanto Bélgica como Alemania es evitar la picaresca. Nos guste o no, no violan nada, ni normativas nacionales ni europeas", expresa Dolores Rubio, especialista en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.
Y es que la gran coalición compartida entre la Unión Demócrata Cristiana (UCD) de Angela Merkel y el Partido Social Demócrata (SPD), a sabiendas de que entre 2012 y 2014 el número de rumanos y búlgaros que han llegado a Alemania ha crecido un 414 por ciento y de que a lo largo de este año podrían llegar otros 200.000, atraídos tanto por la prosperidad de la 'locomotora alemana' como por las generosas ayudas sociales que reciben todos los que tengan un contrato de trabajo, ha aprobado un informe de 133 páginas para evitar que la situación se convierta en "un problema a gran escala", en palabras del ministro alemán del interior, Thomas de Maiziere, y que se utilice la libertad de circulación, pilar básico de la UE, para aprovecharse de las ayudas que imperan en territorio alemán.
"No se les expulsa, se les borra del registro oficial"
Pese a la "avalancha" de ciudadanos procedentes de Europa del Este, cabe destacar que en la actualidad viven en Alemania casi 270.000 rumanos y alrededor de 146.000 búlgaros, y sólo un 7% se encuentra desempleado. La cifra de españoles ronda los 135.000. Conviene aclarar también que no se trata de una expulsión porque son ciudadanos europeos y por tanto, no están ilegales, simplemente se les borra del registro oficial para que no reciban ayudas. "No te van a dar ninguna ayuda para que te mantengas allí", remata Rubio.
"Lo que está haciendo tanto Bélgica como Alemania es evitar la picaresca. Nos guste o no, no violan nada, ni normativas nacionales ni europeas"
La norma europea reconoce el derecho de residencia para los trabajadores, pero no de manera ilimitada, por lo que la decisión dependerá de la legislación de cada Estado miembro. Es decir, la ley comunitaria permite moverse libremente pero no permanecer indefinidamente. Los europeos tienen derecho a residir en un Estado miembro de acogida durante un período no superior a tres meses sin ser sometidos a ninguna formalidad más que la de tener el carné de identidad o pasaporte válidos. Para estancias más prolongadas, la libertad se condiciona a no representar una carga excesiva para el sistema de ayuda social del país de acogida.
A partir del cuarto mes, la situación es muy distinta en función del país receptor. El extranjero comunitario podrá prolongar su estancia si es trabajador, ya sea por cuenta propia o ajena, si es estudiante, si dispone de los recursos suficientes para sobrevivir y de un seguro de enfermedad o si es familiar de alguien que cumpla esos requisitos. Los que se encuentren en paro tras haber trabajado en dicho país tampoco podrán ser 'expulsados' mientras demuestren que se encuentran buscando empleo activamente.
Acabar con los "chupópteros"
Dentro del paquete de medidas incorporado en el documento Cuestiones jurídicas y desafíos en el uso de los sistemas de seguridad social por parte de los nacionales de los Estados miembros de la Unión Europea, que Alemania concretará a partir del próximo junio, se incluye por ejemplo el endurecimiento de las condiciones para acceder a ciertas prestaciones como las que se cobran por los hijos a cargo, unos 184 euros por cada vástago, para evitar que los inmigrantes, que pueden recibir ayudas por los menores que mantienen fuera de Alemania, perciban subvenciones dobles.
Sólo un 7% de los rumanos y búlgaros que viven actualmente en Alemania se encuentra desempleado
Además, el panel de expertos que ha elaborado el texto recomienda que quienes cometan un delito de fraude social, sean no sólo expulsados sino que también se les castigue con la prohibición temporal de regresar a Alemania. La idea es controlar con mayor intensidad a los denominados "turistas sociales" y hacer posible la expulsión de todas las personas que hayan engañado.
"Es una buena noticia que los inmigrantes vengan para trabajar, educarse o estudiar y contribuyan al desarrollo y bienestar de Alemania pero no deberíamos estar ciegos sobre los problemas que puede traer esta llegada de población", concluyó el titular de Interior germano, en referencia a búlgaros y rumanos, que paradójicamente representan el 0,7% de los solicitantes de ayudas.
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