El papa Benedicto XVI abandonará el pontificado el 28 de febrero próximo, aseguró hoy la agencia italiana Ansa. Lo ha anunciado el propio pontífice en latín durante el consistorio para la canonización de los mártires de Otranto. Benedicto XVI anunció oficialmente que renuncia al pontificado por su "edad avanzada". El cardenal Angelo Sodano ha declarado que se trata de un "acontecimiento imprevisto".
La decisión de renunciar se tomó "hace muchos meses, tras el viaje a México y Cuba, y con una reserva que nadie pudo romper, después de haber examinado ante Dios reiteradamente la propia conciencia a causa de la acanzada edad", según explica el director del diario oficial de la Santa Sede, L'Osservatore Romano, Giovanni Maria Vian, en un editorial de este martes. El Papa realizó un viaje a Cuba y México entre el 23 y el 29 de marzo de 2012, con lo que la decisión anunciada este lunes se habría tomado hace poco menos de un año.
Una decisión "muy importante" para la Iglesia
El Vaticano espera que el cónclave de cardenales, que todavía no ha sido convocado, elija al sucesor de Benedicto XVI en marzo, afirmó hoy el portavoz, Federico Lombardi. Benedicto XVI "nos ha pillado a todos por sorpresa", aseguró Lombardi, comentando la renuncia al Pontificado anunciado por el Papa Ratzinger, de casi 86 años.
Lombardi informó en una rueda de prensa de la decisión de Joseph Ratzinger, que considera "muy importante" para la Iglesia. El jesuita precisó que el Papa aprovechó que hoy se reunía con los cardenales presentes en la Curia para aprobar varias fechas de canonizaciones para anunciar su decisión.
"Lo hizo en latín, al final del consistorio de cardenales", señaló Lombardi, que se refirió a la carta escrita por el papa para anunciar su renuncia, medida que ha adoptado por motivos de edad, al notar que les faltan las fuerzas para gobernar la Barca de Pedro.
Lombardi también destacó que el papa ha tomado la decisión en plenas facultades mentales y recordó que la renuncia de un Papa está prevista en el Código de Derecho Canónico, que establece que para que sea válida es necesario que sea libre y precisa que no puede ser aceptada por nadie.
Benedicto XVI fue elegido Papa el 19 de abril de 2005, tras la muerte de Juan Pablo II. Han sido casi ocho años de pontificado. Estas han sido las palabras con las que ha anunciado su renuncia:
"Queridísimos hermanos,
Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia.
Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando.
Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de San Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado.
Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos.
Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria".
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