Sociedad

El 'bullying' está normalizado en las aulas: los jóvenes "no saben identificar" qué es acoso porque les "falta empatía"

La mitad de los jóvenes no hacen nada cuando presencian acoso escolar y los profesores alertan de que sus alumnos ven la violencia como algo normal

El bullying ha echado raíces con fuerza en nuestro país. Pese a los múltiples y persistentes intentos de explicar a los jóvenes la diferencia entre una broma y un delito, uno de cada diez estudiantes asegura que él o alguno de sus amigos está sufriendo alguno de estos casos de abuso en el colegio o el instituto y, lo que es más preocupante, uno de cada dos reconoce que no hace nada cuando lo presencia.

Los datos se extraen de una encuesta realizada a más de 9.300 alumnos y alumnas de entre 11 y 14 años y más de 450 docentes de cinco comunidades autónomas: Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Castilla-La Mancha y Baleares. "En muchas ocasiones no saben identificar qué es acoso y nos lo dicen cuando estamos allí dándoles talleres de formación", explica Benjamín Ballesteros, de la Fundación ANAR. "Es en estas circunstancias cuando los alumnos confiesan que han llevado a cabo a acoso sin saberlo".

El 'bullying' y el 'ciberbullying' se han vuelto parte del día a día de los adolescentes por diferentes y complejos motivos, por lo que son parte de una misma lacra que en la actualidad es difícil de erradicar por completo. El anonimato en redes permite a los acosadores actuar sin consecuencias inmediatas, como explica a Vozpópuli la psicóloga infanto-juvenil Blanca Alcanda, "lo que refuerza su comportamiento abusivo". Además, esto se une al hecho de que internet es un lugar "donde los adolescentes buscan su validación y su lugar en el mundo" —apunta la experta—, un entorno digital que les sirve "para reforzar su identidad".

El estudio La Opinión de los Estudiantes, que la Fundación ANAR realiza de la mano de la Fundación Mutua Madrileña cada año, refleja otros datos de interés, como que el 47% de los alumnos aseguran que las situaciones de 'bullying' duran meses mientras que 27% revelan que se prolongan durante más de un año. Por suerte, la mayoría de los alumnos confía en la respuesta de sus profesores ante este tipo de abusos, con un 71,4% que afirma que los docentes actúan consecuentemente y solo un 28,6% que cree que "no hacen nada".

Sin embargo, es preocupante que haya prácticas que muchos no sepan identificar como 'bullying', como son expulsar a un compañero de un grupo de WhatsApp en el que sí están los demás o calificar en Instagram como "mejores amigos" a toda la clase menos a una persona. Este caso supone que todos podrían ver, por ejemplo, los comentarios que se hacen en una foto menos el excluido, con la carga psicológica que eso conlleva.

Aunque los adultos pueden identificar con mayor facilidad estos hechos como 'bullying', los jóvenes ni siquiera se plantean, por eso el portavoz de la Fundación ANAR hace hincapié en el reforzamiento de la empatía en los chicos de estas edades: "En muchas ocasiones los abusadores confiesan que no se eran conscientes de que podían estar haciendo tanto daño a la otra persona, por eso es esencial que los chavales, chicos y chicas estén bien formados en este buen uso de la tecnología", asegura a Vozpópuli.

Las encuestas a los profesores también evidencian que los jóvenes no están sabiendo identificar el problema. El 87,9% de ellos piensa que sus alumnos han normalizado la violencia, lo que supone un gran factor de riesgo para que se puedan dar casos de 'bullying'. "Cuando un menor agrede físicamente a otro es cuando más huella queda y, en cambio, las formas más sutiles, psicológicas, en muchas ocasiones, hacen bastante más daño y son las que predominan en la actualidad", señalan desde la Fundación ANAR. Es por esto que el estudio señala el peligro que suponen las redes sociales, que el 87,4% de los docentes también consideran un factor de riesgo para los casos de acoso escolar.

Los teléfonos móviles, armas para el 'bullying'

El estudio de las fundaciones ANAR y la de Mutua Madrileña desvela que las chicas son más propensas a sufrir 'bullying' por redes sociales, y es que ellas son víctimas del 52% de los casos que se producen por internet, los cuales tienen lugar principalmente en WhatsApp (el 71,9%), seguido de redes sociales como Instagram (44,8%) y TikTok (41,7%).

Aunque el estudio señala que el 'bullying' presencial se produce mayoritariamente en chicos de 11 y 12 años, el 'ciberbullying' es más frecuente a partir de los 13 y los 14: "En el momento en el que ya tienen un teléfono móvil con libre uso ya pueden hacer publicaciones y por eso es esencial enseñarles dónde pueden estar los peligros y qué clase de situaciones se pueden llegar a producir", subraya Benjamín Ballesteros, de la Fundación ANAR.

Los móviles pueden ser usados para el 'bullying' desde el anonimato.
Los móviles pueden ser usados para el 'bullying' desde el anonimato.

Los tres canales que ha identificado este estudio como los más frecuentes son WhatsApp, Instagram y TikTok: "Se suelen producir con las mismas formas de maltrato que en la vida presencial, es decir, motes, burlas, en un momento determinado reírse de la persona y, muy frecuentemente, provocando un vacío a través de un aislamiento social, es decir, no respondiendo cuando esta persona habla o ninguneando a la persona si saca alguna información".

La psicóloga Blanca Alcanda señala las grandes diferencias que existen entre esta generación y las de hace 20, 30 o 40 años, ya que han crecido en un entorno digitalizado y eso les ha llevado a comunicarse y entender el mundo de una forma radicalmente distinta: "Los adultos se sorprenderían al saber que los chicos de entre 14 y 17 años tienen una gran dependencia emocional de estas redes sociales. Para ellos es mucho más que entretenimiento, son el epicentro de su vida social".

Para muchos adultos, puede parecer superficial, pero para ellos, "los 'likes' y los comentarios tienen un impacto emocional real", añade la experta.

"Muchos padres no tienen idea de lo que sus hijos hacen en las redes o del tiempo que pasan allí", asegura Alcanda, que señala que los jóvenes tienen una obsesión por la imagen —"la cultura del selfie y los filtros—, sienten una presión por estar al día que los lleva a estar siempre conectados a internet —llamado "miedo a perderse algo"— y sufren una gran presión por "pertenecer" y "no quedarse excluidos", por lo que participan en las tendencias virales que están de moda.

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