España contará en 2022 con 45 millones de habitantes -un 2,5% menos que este año-, cifra que en 2052 se reducirá hasta los 41,5 millones de habitantes -un 10,2% menos que en la actualidad-. Estos datos se desprenden de las últimas Proyecciones de Población difundidas este lunes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que revelan un escenario de pérdida progresiva de habitantes en las próximas décadas.
La tendencia demográfica española hará que dentro de cuarenta años haya desaparecido la décima parte de la población, una situación que comenzará a notarse en 2018, año en el que ya habrá más defunciones que nacimientos.
En los próximos años España continuaría registrando un paulatino descenso de la natalidad, un tendencia determinada por la propia estructura de la pirámide poblacional, debido a una progresiva reducción del número de mujeres en edad fértil.
De mantenerse los ritmos actuales de reducción de la incidencia de la mortalidad por edad sobre la población de España, la esperanza de vida al nacimiento alcanzaría los 86,9 años en los varones y los 90,7 años en las mujeres en 2051 (con un incremento de casi ocho años y de seis años, respectivamente). Una estructura demográfica cada vez más envejecida produciría un continuo crecimiento del número anual de defunciones. Así, en los próximos 40 años morirían en España unos 17,9 millones de personas, un 34% más que en los últimos 40.
Con todo ello, el saldo entre nacimientos y defunciones entraría en una dinámica continuamente decreciente. De hecho, estos resultados ofrecen una perspectiva de crecimiento natural negativo desde 2018, lo cual aceleraría el declive poblacional.
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