Un tren Alvia con 220 pasajeros que cubría la ruta entre Madrid y Ferrol descarriló ayer poco antes de las nueve de la noche, en la bifurcación de Grandeira y Santiago de Compostela a apenas unos kilómetros de la capital gallega. Ya son 80 las víctimas mortales en este suceso, y más de 140 heridos han sido trasladados al hospital, 20 de ellos en estado grave.
Fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) han confirmado a Europa Press que en el lugar del siniestro se han hallado ocho cadáveres más al mover los vagones siniestrados, que se suman a los 65 que ya habían sido contabilizados anteriormente.
Además, cuatro personas han fallecido en el centro hospitalario al cual habían sido trasladadas.
Hasta el lugar se desplazaron efectivos de la Policía Nacional, así como un equipo de bomberos para evacuar a los heridos. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado han pasado toda la noche atendiendo a las víctimas, a la vez que se inicia la investigación para saber qué provocó el descarrilamiento del tren. Técnicos de Fomento indican que el tramo donde se produjo el hecho, a dos kilómetros de Santiago e inaugurado hace menos de dos años, es una curva complicada.
Se trata del primer accidente de tren que se produce en España en una línea de alta velocidad y uno de los más graves ocurrido en nuestro país en décadas.
Testigos presenciales explicaron a Efe que el convoy se partió en dos, y la máquina y los cuatro primeros vagones descarrilaron, otro intermedio voló sobre un terraplén hasta caer muy cerca de las viviendas, y el resto volcó. Unos seis vagones quedaron de un lado del puente y otros cuatro del otro lado, además de la máquina. El ministerio del Interior descartó anoche la hipótesis de un atentado.
Según informa La Voz de Galicia, los dos conductores del tren salieron ilesos y prestaron su ayuda a las víctimas. El medio gallego indica que uno de los dos maquinistas hablaba por teléfono tras el accidente y no paraba de repetir "descarrilé, qué le voy a hacer, qué voy a hacer".
Los vecinos se vuelcan con las víctimas
Vecinos de la zona han indicado que el tren iba a entrar en la estación y que llegaron a escuchar un ruido, previo al descarrilamiento, y acto seguido ya se produjo una gran humareda.
"¡Cuánta gente muerta hay aquí, dios mío!", ha declarado una vecina de la zona a través de la Radio Galega. Mari, vecina del barrio que se encontraba tendiendo la ropa cuando se produjo el siniestro, ha afirmado, en declaraciones a la Cadena SER, que oyó una enorme explosión y después "un torpedo enorme de polvo y ruido". Por su parte, el alcalde de Santiago, Ángel Currás, ha declarado en Onda Cero que "un amigo íntimo mío, periodista, se encuentra probablemente dentro" de los convoyes que aún no han sido levantados.
Los vecinos de Bornais, en cuyas inmediaciones se produjo el descarrilamiento, colaboraron con mantas, rompiendo las ventanas del tren para ayudar a salir a los pasajeros y llevando a los heridos en sus coches al hospital
Más de cien heridos en la zona, donde se desplazaron varias ambulancias, bomberos, agentes de la Policía Local y de la Policía Nacional. La columna de humo que pudieron ver los vecinos de la zona fue intensa, y muchos de ellos han colaborado con mantas y también rompiendo por sí mismos las ventanas del tren para ayudar a salir a los pasajeros. De hecho, algunos han desplazado a los heridos en sus vehículos particulares hasta los centros sanitarios, para colaborar con el resto de efectivos.
El Ayuntamiento de Santiago de Compostela ha decidido suspender las fiestas que se celebran esta semana en honor del apóstol, en una tragedia que ha ocurrido apenas tres horas antes de que Santiago de Compostela celebrara su día grande, el 25 de julio, que también es el día nacional de Galicia. El Hospital Clínico de Santiago de Compostela dijo que buscaba donantes de sangre urgentemente para atender a los heridos atendidos en este centro aunque la respuesta ciudadana ha sido masiva y esta carencia ya está cubierta.
Atención a los familiares
Se ha habilitado un número de teléfono para atender y dar información a los familiares de los pasajeros. Se trata del número 981 55 11 00, según la agencia Efe, que ha añadido que la policía ha asumido las tareas de coordinación.
Además, Renfe ha puesto a disposición el teléfono 900 101 660 para atender a las familias de los afectados.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación