Sociedad

Un informe asegura que España es uno de los países con menor desigualdad real de Europa

Un estudio llevado a cabo por el Instituto Juan de Mariana precisa que considerar a España uno de los países más desiguales de Europa "constituye un relato tergiversado e ideologizado de la realidad social y económica de nuestro país".

¿Es España uno de los países más desiguales de Europa? Pese a que las informaciones publicadas por diversos autores y recogidas por los medios de comunicación así lo aseguren, un estudio llevado a cabo por el Instituto Juan de Mariana precisa que esta narración "constituye un relato tergiversado e ideologizado de la realidad social y económica de nuestro país". Y es que, según aseguran sus autores, Ignacio Moncada y Juan Ramón Rallo, "al contrario de lo que suele afirmarse, una lectura pormenorizada y rigurosa de las evidencias disponibles nos indica que España se halla entre las sociedades más igualitarias del mundo".

"Una lectura pormenorizada y rigurosa de las evidencias disponibles nos indica que España se halla entre las sociedades más igualitarias del mundo"

El informe, La desigualdad en España: ¿Realmente es España uno de los países más desiguales de Europa?, aborda uno a uno los mitos que se han convertido en una de las mayores obsesiones de los partidos políticos españoles y en uno de los indicadores preferidos por los medios para ilustrar las devastadoras secuelas de la crisis, que paso a paso los autores van refutandos:

  1. En primer lugar, el estudio quiere acabar con el mito de que "España es uno de los países de Europa con mayor desigualdad de riqueza", y es que sus autores apuntan que nos encontramos en la situación opuesta: que España es uno de los países de Europa con menor desigualdad de riqueza. Según el estudio, el índice Gini de riqueza (2015) para España es 0,67, uno de los menores de Europa junto con Bélgica (0,63) e Italia (0,67), y muy lejos de los países europeos con mayor desigualdad en la riqueza como son Dinamarca (0,89), Suecia (0,81), Austria (0,78) o Alemania (0,78). A las mismas conclusiones se llega si se analizan otras métricas habituales para medir la desigualdad de riqueza, como el porcentaje de riqueza en manos del 10% más rico del país o la ratio de la riqueza del 20% más rico frente al 80% menos rico. El motivo principal por el que España es uno de los países más igualitarios en riqueza es que la propiedad inmobiliaria está más extendida que en la mayoría de los países europeos.

    Además, en el informe se analiza el hecho de que las mediciones habituales de distribución de la riqueza, por diversos motivos, no contabilizan algunos de los activos más importantes de la sociedad y ello introduce un importante sesgo al alza en los resultados de desigualdad. Los principales son el valor capitalizado de las pensiones públicas, el valor actual de seguros y servicios estatales (sanidad, desempleo y otras rentas o servicios) y el valor del capital humano. La contabilización de estos activos mostraría que la desigualdad en la riqueza en la realidad es sustancialmente menor de lo que las métricas muestran.

  2. En segundo lugar, los autores explican que España no se encuentra a la cabeza de la desigualdad en Europa:

    La desigualdad de la renta real en España es sustancialmente menor de lo que se suele expresar una vez tenemos en cuenta rentas en especie como los alquileres y servicios públicos

    En materia de renta, las mediciones habituales sí parecen indicar que España se encuentra entre los países con mayor desigualdad en la distribución de la renta. Por ejemplo, el índice Gini de la renta (2013) para España es de 0,34, mayor que la media de la Unión Europea (0,31) y lejos de los países más igualitarios en renta como Suecia, Holanda o Finlandia (los tres en torno a 0,25). Sin embargo, esta medición es incompleta, pues se basa en rentas estrictamente monetarias. Si se le añade el valor de los alquileres imputados, el índice Gini de la renta de España (0,297) cae a niveles intermedios de desigualdad en el contexto europeo, comparable a los de Alemania (0,288) o Italia (0,291), e incluso inferior al de Francia (0,298). Además, de acuerdo con un estudio de la OCDE, si también incluyéramos otras rentas en especie que no se contabilizan en las mediciones, como servicios sanitarios, educativos o de vivienda social proporcionados por las Administraciones Públicas, el índice Gini para España se reduciría en torno a un 20%, una reducción en la media de la Unión Europea. La conclusión es que la desigualdad de la renta real en España, si bien no es de las menores de Europa, sí es sustancialmente menor de lo que se suele expresar una vez tenemos en cuenta rentas en especie como los alquileres imputados y servicios públicos no contabilizados. Estos matices proporcionan una visión más completa de la desigualdad real de la renta en España.

  3. Los autores también apuntan que considerar que los causantes principales de las desigualdades en la distribución de la renta en España son las abultadas rentas de capital y la desigualdad salarial no es un dato correcto y apuntan como la principal causa de esta desigualdad la elevada tasa de desempleo. "Existe, por tanto, una medida que contribuiría a reducir la desigualdad de la renta en España y al mismo tiempo sería respetuosa con la libertad individual: una liberalización profunda del mercado laboral". Para los autores, las barreras que impiden que en la actualidad muchas personas puedan acceder a un puesto de trabajo no sólo vulneran la libertad de dichas personas, sino que además exacerban la desigualdad de la peor manera posible: imposibilitando que quienes están peor puedan progresar por sus propios medios.

    El análisis de los datos de la desigualdad en el consumo arroja una conclusión clara: España se encuentra entre los países europeos con una menor desigualdad en el consumo

  4. Otra de las narraciones que buscan refutar los autores es que "España es uno de los países de Europa con mayor desigualdad en el bienestar real de su población". Múltiples autores afirman que la forma más adecuada de medir el bienestar real de la población no es midiendo la desigualdad de la renta sino la del consumo. Y según recoge el estudio, el análisis de los datos de la desigualdad en el consumo arroja una conclusión clara: España se encuentra entre los países europeos con una menor desigualdad en el consumo. El índice Gini de consumo (2010) es de 0,22 para España, al nivel de Suecia o Bélgica (0,22 en ambos casos), y por debajo de países como Dinamarca (0,23), Francia (0,23), Italia (0,26) o Alemania (0,27). Similares resultados se obtienen al analizar la ratio entre el consumo del 20% de la población que más consume y el 20% que menos. Además, las métricas de consumo también omiten partidas que sesgan al alza los resultados de desigualdad, como el consumo de servicios sanitarios o educativos que la población.

  5. Por último, los autores quieren acabar con le mito de que "España es uno de los países de Europa con menor movilidad social". Según el informe, "la realidad es que España figura como un país con una movilidad social intermedia en el contexto europeo", por encima de países como Alemania, Francia, Italia o Reino Unido, como muestran las medidas de elasticidad intergeneracional. La movilidad social hace que la desigualdad de la renta tienda a difuminarse entre generaciones. Por tanto, la desigualdad de renta de España, incluso teniendo en cuenta los matices anteriores, se diluye a un ritmo mayor que en los principales países de Europa.

En conclusión, los autores detallan que España es uno de los países de Europa con menor desigualdad en la riqueza y en el consumo; además, es un país con una desigualdad de la renta intermedia en el contexto europeo si tenemos en cuenta el valor de los alquileres imputados y la movilidad social.

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