La pelea por la defensa de lo público en Madrid vive una nueva batalla con la donación de sangre. La Comunidad de Madrid firmaba en diciembre un convenio con Cruz Roja por el que centralizaba toda la recogida en la calle en manos de la institución humanitaria, por lo que recibiría un total de 9,3 millones de euros -67 euros por cada bolsa donada altruistamente-. La otra parte afectada, el Centro de Transfusiones de la Comunidad de Madrid (CTCAM), protesta por lo que consideran una privatización de un servicio público que siempre ha funcionado de manera eficiente.
El convenio firmado entraba en vigor el pasado 1 de enero, y establece que Cruz Roja se encargará de la captación y fidelización de donantes de sangre, de las campañas de donación y de la extracción de sangre en la calle, mientras que el Centro de Transfusiones lo hará del procesamiento de la sangre y la distribución a los centros sanitarios. Para ello, la Comunidad cederá todos los medios de los que dispone para realizar donaciones: 6 autobuses, 1 minibús, 5 furgonetas y 3 turismos. "Se llevan el material pero no el equipo humano que lo gestiona -conductores, médicos, enfermeros-, de manera que calculamos que habrá unos 130 despidos de trabajadores y se producirán modificaciones en las condiciones laborales", explica una de las trabajadoras del CTCAM.
Según el convenio, defendido por la Comunidad porque evita duplicidades, supondrá la cesión de todo el material para las extracciones, pero no de los trabajadores que lo gestionan, por lo que habría despidos
"Es una privatización. Entran en juego criterios diferentes al sanitario, y eso repercute en el servicio. Estamos hablando de algo como la donación de sangre, que salva vidas y que no se puede fabricar. Si esto va a ser sospechoso de dejar beneficios a algunos, no nos gusta. Hasta ahora ha funcionado perfectamente, y ahora, a partir del 1 de marzo, se van a llevar las unidades móviles totalmente equipadas de manera gratuita, y además, recibirán 67 euros por bolsa", alega Deli Edreira, una trabajadora del centro y responsable de prensa a Vozpópuli.
Desde Cruz Roja han emitido un comunicado en el que defienden que este nuevo convenio de colaboración, que pese a solicitarlo en siete ocasiones desde su firma no ha sido entregado a los sindicatos hasta esta pasada semana, supone una distribución de funciones en la donación, principalmente para evitar duplicidades y gastos y conseguir una mayor eficiencia y una "mejor canalización de la solidaridad, a través de un registro único de donantes". Y expresa que la entidad privada sin ánimo de lucro "no obtiene ningún beneficio económico con esta actividad", aunque señala que el objetivo firmado es que Cruz Roja extraiga 140.000 unidades de sangre anuales para asegurar el abastecimiento de la comunidad. "Como la institución no va a fraccionar y distribuir la sangre a los centros sanitarios, se ha hecho una estimación de compensación de gastos por dicha actividad, resultando un coste unitario de 67 euros por bolsa de sangre", afirman.
"Lo de 'evitar duplicidades' no es real. El CTCAM lleva 25 años funcionando, y recogemos el 90% de las transfusiones, mientras que Cruz Roja sólo obtiene el 10%, es como que el pez chico se come al pez grande. Ahora se va a hacer con todo el sistema de recogida en puntos de calle, será más difícil pedir explicaciones, y podría abrirse una puerta a la venta de sangre", alerta Edreira.
Con el conflicto servido, muchos se preguntan por la oportunidad de este convenio, y fuentes consultadas apuntan a una pérdida de clientes por parte de Cruz Roja en cuanto a receptores de sangre. Según el plan estratégico de la Comunidad de Madrid para 2011-2015, el CTCAM abastecería a 28 hospitales públicos, y Cruz Roja a 26 hospitales privados. Después de algunos problemas, el grupo Hospital de Madrid habría dejado de contar con la institución como proveedora y habría firmado un convenio con el Centro de Transfusión para que le abasteciera desde enero de 2013, algo que habría mermado la clientela de Cruz Roja.
"Lo que sí pedimos es que la gente done, aquí o en cualquier hospital público, pero no podemos consentir que esto peligre", explica una trabajadora del Centro de Transfusiones
Movilizaciones y protestas
Con esta situación, los trabajadores del CTCAM decidieron organizarse y han constituido la asociación de empleados del centro (@adecetma), con tres asambleas puntuales al día que se han convertido en un encierro que hoy cumple su séptimo día. Permanecerán ahí, dicen, hasta que la Comunidad de Madrid decida dar marcha atrás en la aplicación del convenio. "Estamos peleando por los puestos de trabajo que se perderán, pero también por el sistema público en algo como es donar sangre, porque la vida puede depender de ello en un momento dado", decía Edreira, que explicaba que Cruz Roja, actualmente presidida por Juan Manuel Suárez del Toro -presidente de Caja Canarias, imputado en el 'caso Bankia'- no es una ONG sino una institución humanitaria, y que el hecho de que no tenga ánimo de lucro no quiere decir que no pueda obtener beneficios.
Apoyados por diversos colectivos como la marea blanca, partidos políticos, sindicatos, o representantes de Metro o Telemadrid, han realizado ya dos concentraciones en esta primera semana de encierro. El pasado jueves más de 200 personas se congregaron en la puerta del centro en Madrid, y ayer sábado también manifestaron su descontento en Sol. Afirman además que seguirán haciéndolo mientras no obtengan una respuesta, aunque por el momento no se han marcado ningún plazo.
Este conflicto ha supuesto también que ciudadanos y donantes no tengan muy claro qué va a pasar con su gesto altruista ni dónde hacerlo. "Lo que sí pedimos claramente es que la gente done, porque es necesario, porque la vida depende de ello. La gente lo puede hacer en el Centro de Transfusiones o en cualquier hospital público, pero no podemos consentir que esto peligre", sentencia Deli Edreira.
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