Hoy es el gran día. Se avecina una ciclogénesis explosiva imparable que veremos en nuestros televisores este sábado a eso de las diez de la noche. Me refiero, claro está si han leído con atención el título de esta pieza irresponsable, a la entrevista de Esperanza Aguirre en La Sexta Noche. La candidata a la alcaldía de Madrid se sienta en un plató de la cadena a la que tanto ataca por su cercanía a Podemos. Ella es una mujer muy versada en estas lides y, de hecho, días atrás se sometió a un trance similar ante quien esto escribe. Es difícil pillarla en un renuncio. Pero lo mejor es que contesta con una franqueza que linda con la supuesta candidez de los animales políticos.
Más aún, si cabe, en una televisión en directo, donde no hay manera humana de salvarse si uno mete la pata hasta el fondo. Nos gusten o no sus opiniones, que eso es harina de otro costal, hay que agradecer a Aguirre su valentía para afrontar el reto, justo al contrario de la tónica dominante en su partido, donde, sin ir más lejos, el jefe del cotarro prefiere hablarle a un plasma antes que mirar el rostro despiadado de los perversos informadores. Además, en este caso hay más picante añadido porque Aguirre visita otra vez un canal que no para de criticar. Su paso por Salvados no dejó indiferente a espectador alguno. Y hoy, en campaña de facto, la tensión es fácil de vaticinar. Se avecina tormenta y los nubarrones se oscurecen a cada segundo, en suma.
También hay que aplaudir la iniciativa La calle pregunta de ese atrayente producto que es La Sexta Noche. La cosa consiste en situar a determinados políticos –Pablo Iglesias o Albert Rivera ya han pasado por ello- frente a los ciudadanos, al estilo de aquel Tengo una pregunta para usted que evidenció, por ejemplo, la soberbia de Carod-Rovira o la ineptitud de Zapatero.
Ver a la gente normal y corriente haciendo entrevistas es, amén de un soplo de aire fresco, una verdadera lección para tanto periodista engreído que se cree el más listo del universo. ¿Qué mejor que los votantes para señalarles a los políticos sus contradicciones, sus promesas falsas o sus mentiras? Si sigue así, el programa de Iñaki López tiene cuerda para convertirse en un clásico de nuestra televisión. Esta semana le toca el turno a Rosa Díez, líder de UPyD, que no pasa por su mejor momento pero que no se cortará a la hora de responder.
Lo determinante del asunto es tratar de averiguar para qué diablos sirven estos artefactos públicos –sea una cadena, sea un consejo audiovisual- que dicen velar por el interés general
En el complejo universo televisivo esta semana se ha hablado bastante de una resolución del Consejo Audiovisual de Cataluña contra Informe Semanal. El organismo dependiente de la Generalitat asegura que el programa de TVE fue prácticamente demoníaco al emitir una pieza sobre Artur Mas y su desafío independentista. La verdad es que es realmente perezoso bajar al lodo de los detalles de este caso. Poco importa si Mas o TVE tienen razón, porque lo realmente determinante del asunto es tratar de averiguar para qué diablos sirven estos artefactos públicos –sea una cadena, sea un consejo audiovisual- que dicen velar por el interés general cuando hasta el último mono sabe que sirven a unos intereses partidistas determinados.
Dicen que lo peor del mal es cuando se banaliza de forma que sucesos trágicos, injustos, malvados en sí mismos son interpretados como lógicos y normales tanto por sus protagonistas como por sus espectadores. Con los artilugios públicos que tienen que ver con los medios de comunicación ocurre exactamente lo mismo. A cualquier observador ya le parece normal que TVE, controlada por el Gobierno del PP, manipule a favor de las tesis del Ejecutivo. Y también se le presenta como lógico que exista un consejo audiovisual controlado por la Generalitat que, por supuesto, siempre defiende a la misma y ataca a sus oponentes. En suma, las anomalías en los medios que debiéramos combatir o desterrar dejan de indignarnos porque son demasiado habituales. Así, si en una conversación alguien se queja de lo que ha hecho TVE contra Mas, pronto escuchará cómo su interlocutor le recuerda mil y un ejemplos de cómo manipula TV3. Y así hacia el infinito, sin solución plausible.
Milá sigue provocando; cuando se acerca la nueva edición del famoso 'reality', ella reaparece para soltar sandeces como “mis tetas ya son conocidas por quien quiera mirarlas en Google”
Teniendo en cuenta toda esta asquerosa relación entre la política y los medios públicos, parece igualmente lógico –aunque es igualmente deplorable- que muchos ciudadanos se olviden de Informe Semanal y se entreguen por completo a creaciones (sic) como Gran Hermano. Y así, es de entender que personajes como Mercedes Milá se conviertan en trending topic aunque solo digan que esta boca es mía. La presentadora sigue a lo suyo. Es decir, continúa dedicándose a provocar al personal con algunas palabras gruesas de vez en cuando para llamar la atención. Ahora, cuando se acerca la nueva edición del famoso reality, reaparece para soltar sandeces como “mis tetas ya son conocidas por quien quiera mirarlas en Google”. Pues eso, juzguen ustedes mismos.