Fabiola de Mora y Aragón, la reina de los belgas durante más de treinta años por su matrimonio con Balduino I, murió este viernes a los 86 años en el palacio de Stuyvenberg, donde vivió con gran discreción los últimos años de su vida. Fuentes del Palacio Real indicaron a Efe que los reyes de los belgas, Felipe y Matilde, velan a la fallecida en ese palacio bruselense y que por el momento no podían precisar en qué momento se celebrará el entierro. Tras el fallecimiento, los reyes Alberto y Paola, padres del actual monarca de Bélgica, también se han trasladado al palacio de Stuyvesant.
Las fuentes tampoco han informado de las causas del fallecimiento de la reina Fabiola pero precisaron que "su salud era mala desde hacía unos años" y que "tuvo neumonía en 2009 y desde entonces su salud se deterioró". Desde el verano se habían agravado los problemas de salud de Fabiola, que nunca tuvo descendencia con Baldino, y estaba bajo asistencia respiratoria, señala el diario Le Soir en su edición digital.
Muy querida por los belgas, el diario francófono La Libre Belgique en su edición digital titula: "La reina Fabiola, madre de todos los belgas, ha muerto", mientras que Le Soir dice: "Fabiola, la pasión" y añadía que, si debía quedar una imagen de la reina, "como lo corroborarían los caricaturistas, sería la de su peinado", que mantenía imperturbable desde 1969. El periódico flamenco De Standaard destacó que Fabiola, que conservaba el título de reina desde el fallecimiento de Balduino I en 1993, sufría de osteoporosis y de falta de oxígeno en su sangre, lo que le dificultaba la respiración y le obligaba a utilizar una botella de oxígeno.
Incesantes muestras de apoyo a la Familia Real tras el fallecimiento
El primer ministro belga, el liberal Charles Michel, presentó a los reyes Felipe y Matilde su pésame en nombre del Gobierno federal y, según un comunicado, subrayó su "homenaje a la reina Fabiola por su compromiso con el país en lo social y cultural". Apuntó además que el país "ha perdido este viernes a una gran reina que destacó el nombre de Bélgica en el mundo entero. Era una gran dama cuyo nombre se inscribirá en la historia de nuestro país". También, el viceprimer ministro belga, Didier Reynders, transmitió a través de la cadena RTL sus "condolencias y simpatía a la familia real" y rindió homenaje a una dama "presente junto a su marido, el rey Balduino, de forma discreta", y que "continuó su acción después de la muerte de su esposo siempre a su manera, discreta".
La Comisión de Presupuesto y Finanzas de la Cámara de Diputados belga, que recibió la noticia de la muerte de la reina en plena reunión, guardó en ese momento un minuto de silencio antes de continuar la sesión en un tono más "sobrio", informó la agencia de noticias Belga.
Por su parte, los copresidentes del partido Ecolo, Olivier Deleuze y Emily Hoyos, enviaron sus condolencias a la familia real belga y destacaron en un comunicado que "numerosos son los ciudadanos que se acordarán de una reina, que junto al rey Balduino y en todo su reinado, fue próxima a los belgas, particularmente en los momentos difíciles". El ministro presidente de la región de Valonia, el socialista Paul Magnette, saludó "la memoria de la primera reina de una Bélgica federal. La reina Fabiola asumió sus deberes y tuvo una presencia constante durante un periodo largo e importante para el país", según un comunicado.
La polémica por su fundación
Retirada de la vida pública, el nombre de Fabiola volvió a ocupar las primeras páginas de la prensa en 2012, cuando salió a la luz que, con su fundación privada "Fons Pereos" en Bélgica, podía evitar que sus herederos pagaran impuestos de sucesión. La criticada fundación, que finalmente quedó disuelta, podría haber permitido a Fabiola de Mora y Aragón legar a sus sobrinos su capital esquivando el 70 % de gravamen que impone la Hacienda belga a las herencias sin sucesores directos.
La polémica generada en torno a esta fundación fue tal en Bélgica que llevó al entonces primer ministro del país, el socialista Elio di Rupo, a presentar una propuesta pactada entre ocho partidos políticos para reducir la dotación que la reina emérita recibía del Estado.
Fabiola, que antes de su boda era enfermera de un hospital católico, era muy aficionada a la música y a la pintura, e incluso fue autora de cuentos infantiles, que se publicaron en los años 50, como "Los doce cuentos maravillosos". Balduino I y Fabiola de Mora se conocieron en Madrid en junio de 1960 y en diciembre de ese mismo año contrajeron matrimonio en Bruselas, en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula. Fabiola se convirtió así en la quinta soberana de una dinastía fundada en 1830 y la única reina de origen español en toda la historia de la realeza belga, aunque nunca pudo tener descendencia y sufrió cinco abortos.
Aunque dejó de ser reina de los belgas, conservó el título de reina Fabiola y, tras el fallecimiento de su esposo, pasó a ocupar un segundo plano dentro de la familia real belga, pero no dejó de asistir a numerosos actos sociales, religiosos y musicales.