La crisis económica ha provocado en los últimos años que muchos intenten obtener fondos de debajo de las piedras. Esto ha dado como resultado que las cifras de fraude a las aseguradoras se hayan disparado, con un crecimiento del 7% y y el 11% en 2012 y 2013 respectivamente, según un informe de la aseguradora Axa sobre el fraude en España, basado en 44.000 siniestros susceptibles de ser un engaño.
Las compañías se ven obligadas a invertir más recursos para la detección de estos engaños, que podrían suponer además subidas de precio en el resto de asegurados
El interés cada vez mayor por "engañar" al seguro ha provocado que las aseguradoras se hayan visto obligadas a incrementar sus inversiones en detección de fraudes, multiplicándose por dos en algunos casos. "Los datos son el resultado de la confluencia de dos hechos: por un lado, los cada vez mayores esfuerzos que estamos haciendo en la detección del fraude al seguro; y por otro, la crisis económica", explica Arturo López, responsable de Gestión del Fraude y Recobros de Axa, compañía que se ha ahorrado más de 63 millones de euros evitando unos 17.000 casos de pagos fraudulentos el pasado año. Para ello, ha multiplicado por dos su inversión hasta superar los 5 millones de euros en 2013 y ha aumentado un 17% los efectivos personales para combatir esos casos, hasta formar un equipo de 28 personas.
Según el estudio, el fraude ocasional -de importe menor de 600 euros- aumentó un 21% en 2013, mientras que los intentos de fraude por cuantía superior a 600 euros crecieron un 6,5%. Sólo en los últimos cuatro años, este tipo de fraude habría aumentado en más de un 40%. Los ejemplos más habituales entre estos fraudes de baja cuantía serían aquellos de quienes pretenden renovar electrodomésticos por daños causados por la corriente eléctrica o los 'causados' por robos denunciados falsamente.
Además, los datos señalan que la línea de negocio donde más estafas se detectan es en el seguro de coche, con más de un 60% de los casos, mientras que los de Industrias, Accidentes, Transportes, Vida y Salud ocupan el 28% de los intentos de fraude. Según explican desde Axa, la práctica más habitual, en 6 de cada 10 casos, es que el asegurado reclame una indemnización por daños que ya existían antes de que ocurriera el siniestro, mientras que un 35% presenta una reclamación desproporcionada para lo que realmente cubría su contrato. Además, un 25% opta directamente por simular un siniestro para cobrar la póiliza.
Este tipo de actuaciones irregulares terminan afectando al total de los asegurados en la compañía, como recuerda Arturo López: "Es importante tener presente el perjuicio que supone el fraude, ya que las pérdidas en que incurren se transforman en mayor siniestralidad y afectan al precio, además de que los casos pueden ser constitutivos de delito", comenta. Según el estudio, esta lucha contra el fraude habría evitado una subida del 5% en los seguros de automóvil y de un 27% en los de Responsabilidad Civil.
La compañía, tras este estudio, ha indentificado tres tipos de defraudadores, como son el oportunista, el ocasional o los que corresponden a una trama organizada. Además, alerta del nuevo riesgo que supone el fraude digital.
Pese a estos datos, el director de comunicación, responsabilidad corporativa y relaciones institucionales de la aseguradora recalca que aquellos que defraudan son una minoría, pero recuerda la importancia de la concienciación de los ciudadanos frente al fraude. "No es picaresca, es un delito de estafa que acarrea penas de entre seis meses y tres años", decía en rueda de prensa poco después de presentarse el fraude por regiones, donde las tasas más altas de estafa son para Ceuta (1,94%), Andalucía (1,7%), Melilla (1,55%), Asturias (1,37%) y Murcia (1,34%). En el lado opuesto de la balanza aparecen País Vasco (0,76%), Aragón (0,81%) y La Rioja (0,85%), lugares con menos casos de fraude.
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