Sociedad

El Parlamento Europeo no se atreve a prohibir el glifosato y vota extenderlo 7 años más

El pleno de Estrasburgo ha aprobado una prórroga de 7 años más para este potente herbicida inventado por la norteamericana Monsanto y sobre el que pesan acusaciones sobre la posibilidad de que contamine acuíferos o de que pueda producir cáncer.

El Parlamento Europeo ha votado, en sesión plenaria celebrada en Estrasburgo, por una nueva patada hacia adelante sobre si prohibir o no el glifosato, el pesticida/herbicida más utilizado del mundo y que fue inventado hace varias décadas por la multinacional norteamericana Monsanto. En una votación realizada en el mediodía de este miércoles, el legislativo comunitario ha optado por una fórmula intermedia: no aceptar los 15 años de prórroga que proponía la Comisión Europea pero reducir este periodo a 7 años. Un tiempo suficiente para que todo pueda cambiar.

Los Verdes proponen que Jean Claude Juncker se haga un test de orina para ver si su cuerpo tiene glifosato

Ha sido una intervención plenaria breve pero con muchas opiniones distintas. Excepto el grupo de Los Verdes, la duda sobre qué votaría cada formación política se ha mantenido hasta el final.  Este grupo ecologista, en el que se integran formaciones españolas como Equo, ha hecho una propuesta junto al resto de partidos de Los Verdes para que el comisario Jean Claude Juncker se haga un tests de orina para ver si se encuentra en ella trazas de glifosato. Restos de este producto han sido hallados en alimentos frescos y también en cerveza o vino. Por su parte, en Francia la prohibición está más cerca tras las recomendaciones de su agencia alimentaria sobre este aspecto.

Paloma Gómez Bermejo, eurodiputada española por Los Verdes, avisó de la necesidad de suspender el glifosato ya, como lo hizo la también eurodiputada Estefanía Torres Martínez, quien aseguró que "no podemos jugar con la seguridad de la gente" haciendo referencia al peligro para los propios agricultores que son los que aplican el producto.

Sin embargo, la división entre los diputados de distintos grupos fue clara. Por ejemplo, el diputado Jiří Pospísil, del Partido Popular Europeo, consideró que "no podía aprobar una prórroga del uso del glifosato" por motivos medioambientales y morales. Igualmente el socialista italiano Nicola Caputo declaró que "se ha demostrado que hay riesgo para la saludo en el uso del glifosato" y que Francia ya ha dado pasos para prohibirlo. Sin embargo, otro diputado popular, el irlandés Seán Kelly, pidió que la prórroga de 15 años se quedara en 7 "para dejar tiempo para ver si tomamos la decisión correcta o no y que los agricultores no tengan que parar de golpe".

Unos efectos dudosos

Aunque no están claros los efectos de este principio activo sobre el ser humano, sí queda claro su efecto devastador sobre la biodiversidad allí donde es utilizado, ya que el glifosato, como asegura Equo "no distingue entre las buenas y las malas hierbas sino que elimina todas, y con ellas la diversidad". Los agricultores defienden vehementemente su uso porque "es imposible quitar las hierbas a mano", tal y como aseguró la pasada semana en una mesa redonda el representante de Asaja en Valencia, Cristóbal Aguado.

Una opinión similar mantenía, por ejemplo la eurodiputada británica conservadora Vicky Ford que argumentó "debemos dejar a los agricultores y científicos hacer su trabajo. El este de Inglaterra produce con gran eficiencia y no sería lo mismo sin el glifosato".

Aunque el conocimiento de este compuesto no es muy amplio entre la población, una encuesta de YouGov publicada por 'The Guardian' sobre 7.000 personas en los cinco mayores países de la UE arroja que aproximadamente dos de cada tres ciudadanos está a favor de prohibir el producto inventado por Monsanto.

Ahora tendrá que ser el Consejo Europeo, formado por los países, el que decida el siguiente paso

Como casi todo en el complicado entramado político de la Unión Europea, esta votación del Parlamento no es definitiva. Tendrá que ser el Consejo Europeo, en definitiva el organismo que junta a los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 países comunitarios, el que tome una decisión definitiva. Sin embargo, la ciudadanía europea expresado a través del Parlamento Europeo ha decidido no mojarse en una prohibición, lo cual hace poco probable que un Consejo europeo tome una decisión diferente sobre este punto.

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