La Infanta Cristina ha retomado su trabajo diario en las oficinas de La Caixa de Barcelona. La Duquesa de Palma llegó a la entidad a primera hora de la mañana, caminando tranquilamente e intentando pasar desapercibida entre los otros trabajadores que llegaban a esa hora. Sonriendo y con un portátil en la mano, Cristina lucía curiosamente la identificación de la entidad bancaria colgada del cuello.
En contraste con esta imagen de normalidad, Urdangarin ahora sin trabajo, negocia con Telefónica una compensación por ruptura de contrato que podría ascender a 4,5 millones de euros.
Doña Cristina es directora del área internacional de la Obra Social de la entidad catalana, cargo que mantuvo durante su estancia en Washington y que la obligaba a viajar constantemente a Barcelona y también a países en los que la entidad tenía proyectos en marcha. Ahora, de nuevo en Barcelona, Doña Cristina acudirá diariamente a su despacho y podrá volver a reunirse con sus compañeros con los que mantiene un trato muy cordial.
Al parecer, la decisión de volver a Barcelona se ha debido al deseo del Duque de Palma de preparar mejor su defensa, lo que unido al hecho de que la Infanta Cristina temía el desarraigo de sus hijos por estar tanto tiempo fuera de su país, han hecho a la familia tomar esta decisión que nadie esperaba. Por lo pronto, los cuatro hijos de la pareja volverán a estudiar en el Liceo Francés, en el que estudiaban antes de su partida a Estados Unidos.
Los duques han puesto a la venta su casa de Pedralbes, que tiene una carga hipotecaria con La Caixa de 6.316.000 euros, entidad que será la encargada de venderla.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación